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Querido Javier... o querido Ignacio.

Estoy dándole vueltas acerca de a quién escribirle esta carta, porque ya me estoy cansando de que nadie me responda. Empecé con Mel Gibson, luego fue Antonio Banderas, Amenábar... creo. Nada, que nadie me responde, y encima Scarlett Johanson no se ha comprado un piso en Ferrol, pero voy a probar otra vez, a ver qué pasa esta vez. Si la carta fuera para Javier Gutierrez le diría que empiece a abandonar su discreción y se compre un casoplón y publique alguna foto en los mejores restaurantes de la ciudad, o en donde le dé la gana pero que sean sitios que molen, y que vaya pensando en producir alguna película (y protagonizarla) en la que nuestra ciudad esté presente. En cambio, si la carta fuera para Ignacio Rivera,en cambio, le diría que vaya a conocer a Marcial Pita y a su proyecto Astillero en Esmelle. ¿Que por qué? Pues porque los señores de Estrella Galicia están invirtiendo en vios una mantecá y bajo la marca Ponte da Boga, ya están sacando unos monovarietales que, conociendo a Don

El funeral de Pablo.

No me digas que tú crees que ha estado bien, porque me da igual, y si quieres dejar de leer no tienes más que hacerlo: Ya os he dicho muchas veces que seguiría escribiendo aunque no tuviese un solo lector... y mira que respeto yo a mis lectores. Pero resulta que la cosa no va de eso, de que esté o no esté bien; no: Pablo Casado ha dado carpetazo a todos los votantes que consideran que el sistema está podrido y que así no es sostenible. Pablo Casado no busca ya recuperar el voto de los que supuestamente abandonaron sus simpatías por el Partido Popular, porque lo ha dado por perdido y ha escuchado a sabe Dios quién que le ha dicho que la única manera de gobernar es recuperando el centro, que disputa con Arrimadas en una clara desigualdad de condiciones, habida cuenta de que el PP siempre será la derecha para todos los partidos del arco parlamentario. Atrás queda ese discurso melifluo de la prensa conservadora, atrás queda cualquier intento de presentar una alternativa única, atrás queda

Una rodaja del Mistral

Esto de los blogs se complica cada día, y por eso sólo voy a escribir una breve nota de algo que no va a pasar: El Museo Naval de Ferrol y EXPONAV han solicitado a la Armada que, una vez se concluyan la desmilitarización y baja en la Armada del submarino Mistral, les sea proporcionada una rodaja del mismo para que sea musealizada y visitable. Se está a la espera de la respuesta. Y del envío.

Mar, piedra y madera.

Lo creáis o no, el número de peregrinos que inician el Camino de Santiago desde Ferrol está recuperándose en este final del verano. Es fácil comprobar que por el descuidado trazado que une el Muelle de Curuxeiras con la tumba del apóstol transitan diariamente personas que han decidido que si la epidemia no les deja hacer otra cosa, pasarán sus días de vacaciones caminando hacia la capital gallega. Los que tenemos verdadero interés en que Ferrol salga de la sima en la que nos han metido, preguntamos y observamos un poco más que aquellos que siempre encuentran una excusa para abandonar la nave, y ayer mismo hablaba con un amigo que regenta un conocido local en las inmediaciones de ese kilómetro "0" tan difícil de concretar: el verano ha sido muy bueno, como apuntan los datos de ocupación hotelera y como nos mostró la ocupación de los locales de restauración a los que intentábamos hacernos con una mesa en este caluroso y atípico verano... Y este verano ha sido atípico pero no lo

De madera.

¿Os he mencionado alguna vez lo que disfruto con la gastronomía? No creo, y como no quiero arriesgarme a que os quedéis sin conocer esa parte tan importante de mi personalidad, os diré que espero impaciente el desarrollo de esa Chá de Brión en la que exactamente hace doscientos veinte años nos dedicamos a degollar ingleses como si no hubiera otra cosa mejor que hacer. Hoy es 25 de agosto, festividad de San Luis Rey de Francia, cuyos cien mil hijos nos devolvieron a la estupidez borbónica después de dejarnos la bolsa y la vida expulsando a los gabachos del solar patrio. Algo me dice que esos montes de Brión debían ser bastante diferentes a como son ahora, concretamente me lo dicen mis cada vez menos frecuentes lecturas y la escasa formación que atesoro como oro en paño. A mí me gusta girarme para mirar atrás cuando hay algo que merece la pena, pero mi anatomía me dicta que camine mirando hacia adelante para evitar romperme la crisma, por lo que he descartado que tengamos que volver al p

Chipirones y zamburiñas (2)

Asistí no hace mucho tiempo a una conferencia en la que el Capitán de Navío Sánchez-Feijoo, que fue Director del Museo Naval de Ferrol, aseveró que en Ferrol teníamos la mayor colección de anclas del mundo; él mismo, como respondiendo a una inexistente pregunta del público, explicó con una gran sonrisa que esto era así porque él lo había dicho y nadie le había contestado lo contrario. Aplastante ¿Verdad? Pues pasa lo mismo con los chipirones y las zamburiñas de Ferrol, que por ahora son los mejores de Galicia, lo que quiere decir de España y del mundo. No quiero que penséis que mi imaginación se agota en tan sabrosos moluscos, especialmente teniendo en cuenta que quedan vacantes los tronos de las nécoras, los bueyes, los santiaguiños y los bogavantes, y está por ver si se puede disputar el dominio de las langostas de la Ría de Arosa y el de las centollas de Bueu, además de que algún día hablaremos de por qué nadie menciona que los lenguados del Golfo Ártabro ya eran mencionados por los

Año santo de barcos y comidas.

Hay cosas que pasan más o menos desapercibidas y que tienen una importancia tan grande que pueden resultar estratégicas para una región, un país o una ciudad. En este extraño agosto en el que la segunda oleada de coronavirus llegó con adelanto, nos hemos centrado fundamentalmente en la vida y milagros del anterior jefe de estado y no en cosas más prosaicas que sí podrían afectar a nuestro futuro inmediato. La primera es el cambio radical del modelo vacacional en todo el mundo y en la ventaja que podría suponer para Galicia que las aglomeraciones se hayan quedado temporalmente fuera de las tendencias turísticas; las brutales caídas de ocupaciones hoteleras a lo largo y ancho de la piel de toro han afectado de forma desigual a las zonas de acogida, y más allá de que repentinos rebrotes hayan vaciado los establecimientos de determinados destinos, parece claro que una apuesta basada en el turismo familiar lento y poco masificado es el caballo ganador. Los grandes conciertos, las fiestas m