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Optilistos y pesitontos.

A mí me encantan las encuestas, y cualquiera que me conozca sabe que pese a que soy combativo contra la desinformación y el populismo es bueno saber qué piensa el respetable acerca de ciertos temas generales o concretos. También sé que las encuestas se utilizan por los grupos de presión para hacer ingeniería social y que la sola formulación de las preguntas ya puede ser utilizada para manipular a los participantes, pero...


... cuando leo en mi diario local de cabecera que en Ferrol sólo hay un trasvase de un concejal entre los dos partidos que sustentan al alcalde me quedo perplejo, y no por los porcentajes de estimación de voto de cada partido, si no por los comentarios de anónimos opinadores aficionados (entre los que me suelo incluir de forma habitual) acerca de las supuestas virtudes y defectos de cada partido y aquellos que prietas las filas engrosan sus listas.


Y creo que hay optimistas, optilistos y optitontos, con sus correspondientes antagonistas, en cada uno de los cinco o más bandos que torean ahora en el ruedo de la gestión pública. Vamos, que aquello de "gracias a nosotros hay empleo" opuesto a lo del "sí, pero es precario" a mí me empieza a cansar hasta la médula.


Todos hacen algo bien de vez en cuando, y todos cometen errores a menudo; los tirios y los troyanos van librando escaramuzas que van equilibrando la balanza en función de lo que les dictan los poderes fácticos que manejan las corrientes de pensamiento en la sombra. Al final todas estas diferencias se reducen a nada y escuchas a un ministro del PP defendiendo el aborto, el federalismo solidario de las Comunidades Autónomas, la ideología de género y la ley de la memoria histórica y no pasa nada, porque no gobiernan para nosotros y al final acaban trabajando en la banca o en las eléctricas.


No obstante, tampoco es cierto que no hagan nada, y la prueba de ello es que vivimos francamente mejor que hace relativamente poco tiempo y que disfrutamos de unos servicios y unos derechos impensables hasta hace muy poco y de una calidad media.


Con todo esto a lo único que os animo es a acceder a esa prensa que no está tan alineada con los intereses de los grandes grupos económicos, tomaros un buen lacón con grelos con un buen vino y darle un beso a vuestro cónyuge antes de rezar un padrenuestro y acostaros en paz; en serio: No hemos llegado de primeros y no vamos a irnos de últimos, no os hagáis los malasangre, sed buenos y agradeced a Dios todo lo bueno que hay en este mundo, que de verdad que es mucho.

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