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Quod natura non dat, Salamantica non praestat.

Lo creáis o no tenía en mi agenda hablar de una serie de temas que me preocupan a largo plazo mucho más que estas pequeñas miserias, pero al final la vida diaria, las vivencias cotidianas, te llevan por otros derroteros más domésticos y la cosa sale como sale.

Tenía pensado volver a escribir de algunas propuestas creo que eficaces para mejorar Ferrol (un pequeño proyecto para alargar el paseo de Doniños -Paseo de los lagartos- hasta Penencia para revalorizar el baluarte y el lago), de lo que me preocupa que en un país con una sangría demográfica brutal se defienda más el despenalizado aborto que a las familias con hijos, de los atentados contra la libertad religiosa y la falta de reacción de absolutamente todos los partidos políticos ante la agresión a una monja (se ve que ni es mujer  ni minoría y que su religión no merece ser respetada) o el intento de quemar la Capilla de la Autónoma, de la impresión que tengo de que la extraña vida política de Ferrol está más centrada en las elecciones de 2019 que en los problemas diarios o incluso de lo extraño que me parece que en el Baluarte del Infante se haya instalado una escombrera con los residuos de las obras que la Diputación de La Coruña está financiando en Ferrol para adecuar los pasos de cebra, de la ejemplar reacción de muchas entidades y ciudadanos de Ferrol ante la vandálica quema de la hoguera de Esteiro... imposible: Hay días en que ni las ideas morales ni las propuestas de mejora consiguen acallar el runrún que llega a aturdirme, y que a la larga acaba turbando mi estado de ánimo.
FAF-10-5-1
Resulta que en Ferrol hay un déficit de policías que tiene entre sus causas -tal vez la principal, eso lo saben mejor los que se dedican a la política- que la crisis de la que no acabamos de salir impide convocar plazas para cubrir las platillas necesarias en todas las fuerzas de seguridad del estado y locales. El caso es que es difícil ver policías, y por lo que sé no es porque no trabajen, sino porque no hay más. Os cuento varias sucesos que he vivido estos días:
1º Recorriendo la comarca el otro día me cruzo yendo hacia Moeche a una cantidad importante de vehículos de esos que ahora se llaman "tuneados". Recuerdo que se está celebrando un rally en Narón, pero no deja de sorprenderme que en vías públicas sin señalizar vayan a esa velocidad. El lunes la noticia pasa a hurtadillas por la prensa local: Positivos en alcohol, más aun en drogas, un centenar de sanciones por exceso de velocidad... incivismo e irresponsabilidad cometidos por decenas de ciudadanos.
2º Voy a la playa como los payasos, en un coche feo; el pobre sufre sus achaques cuando sube a Valón e, inevitablemente, genero una pequeña cola de cuatro vehículos cuyos ocupantes estarán al menos tan deseosos como yo de refrescarse en las cada vez más concurridas aguas de Doniños. al llegar a la primera recta voy a la máxima velocidad permitida para la vía, y sin embargo llevo a los cuatro coches pegados a distancia de colisión fatal en caso de frenazo. Un potente sedán inicia el adelantamiento con un gran acelerón, sin duda tratando de adelantarme antes de llegar a la línea continua y a la cerrada y señalizada curva que se divisa a unos trescientos metros. El segundo vehículo le sigue y acaba rebasándolo a no menos de cien kilómetros por hora en una curva cerrada sin visibilidad. Veinte segundos después pasa una camioneta en sentido contrario y me hace pensar en las terribles consecuencias que habría tenido que el hado, la suerte o la fortuna -la casualidad- hubieran hecho que su conductor hubiera apagado el pitillo, el café o el reparto unos segundos antes. Inevitablemente pienso en ese pobre panadero que falleció en canarias tras una colisión frontal contra un idiota, imbécil o drogado que decidió recorrer la autovía del sur de Tenerife en sentido contrario.
3º En la calle del instituto unos jóvenes casi imberbes evolucionan sin camiseta delante de unas adolescentes, parkour se llama el deporte, y consiste en hacer cabriolas utilizando el mobiliario urbano. Pasa un ciclomotor que hace más ruido que un avión de caza porque han modificado el tubo de escape, molestando con sus cincuenta centímetros cúbicos a todos los viandantes. Por supuesto su velocidad excede los límites permitidos y su conductor parece ignorar el significado de todas las señales verticales y horizontales que indican ese complicado cruce.
4º Mañana de San Juan. Observo un coche que gira a toda velocidad en la rotonda de Gonález-Llanos. Va hacia el mismo sitio que yo y nos paramos en el mismo semáforo. Lo ocupan tres mozalbetes que sin duda no pagan el vehículo ni sus gastos. El conductor y sus ocupantes no han dormido, no están serenos y deciden burlarse de mí todos a una, como cervatillos envalentonados por la testosterona. giran hacia la Carretera de Castilla como si los persiguiera un dinosaurio.
5º Me cuenta una señora que los alcohólicos y drogadictos que se han desplazado desde la Plaza de Armas a la de España ya no sólo orinan y defecan en los jardines, sino que ya mantienen relaciones sexuales a plena luz del día en esos frondosos e incómodos jardines que convierten a la plaza en un laberíntico vergel donde una gran familia de gatos compite con las gaviotas por la comida que les proporiona la dueña de un local de hostelería que no sólo proporciona cerveza a los indigentes sino que se dedica a asustar a las gaviotas portando una vara a modo de lanza. Se ve que a ella los gatos le gustan pero las gaviotas no; será que como decía Orwell algunos animales son más iguales que otros.
6º Voy a pasear al muelle (así lo llamamos los de Ferrol) y trato de ver con optimismo los pequeños arreglos que se van haciendo. Comento que tengo esperanza en que se acelere el proceso de mejora mientras me apoyo en la barandilla al lado de las lanchas de Mugardos: El agua está llena de botellas vacías, plásticos, envases...
Irresponsabilidad, falta de civismo, inmadurez, falta de respeto, carencias educativas... cuántas veces pienso que estamos lejos de llegar a esa civilización que tanto alabamos. Pero claro, lo fácil es culpar a los políticos que gestionan mal, pero no sabemos hacer autocrítica ni de ver que el mundo ni es, ni puede, ni debe ser un guardería en la que unos señores nos digan a los ciudadanos lo que se debe o no se debe hacer. Qué necesario es en España que aprendamos primero a tener educación.

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