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Los Rolling Stones en la Plaza de Armas.

Compruebo con cierta tristeza que hay ciertas tendencias que no acaban de corregirse, o ciertas heridas que no acaban de cerrarse.
Hace muchos años que expresé mi disgusto por el hecho incontestable de que la prensa autonómica (de la nacional ya no lo pensaba) ignoraba casi completamente una de las celebraciones que más visitantes atrae de toda Galicia, que además fue declarada sucesivamente de interés turístico gallego, nacional e internacional. Sí, claro que me refiero a la Semana Santa ferrolana, y opino que en poco o nada se ha mejorado pese a tenr una media de más de 200.000 visitantes concentrados entre el Jueves Santo y el Domingo de Resurrección.
Esa falta de apoyo -compartida con casi todas las administraciones- contrasta con el apoyo a la romería vikinga de Catoira, a la Rapa das Bestas de Sabucedo o al Festival Folk de Ortigueira. Creo que el Corpus de Ponteareas tampoco sale muy bien parado en las comparaciones. La arribada en Bayona es casi desconocida y "la fiesta" es la de Santiago Apóstol, cosas de ser la capital. Con todo la falta de apoyos o de promoción no consigue evitar que la Semana Santa de Ferrol dure nueve días y que la planta hotelera de la ciudad sea muy superior a la del resto de las localidades que albergan estas celebraciones tan arraigadas y tradicionales... o no. Vamos, que aquí nos podemos desgañitar alabando una romería, pero no por eso Coruña va a dejar de tener unas fiestas que duran un mes, en las que actúan grupos de primer nivel y en las que se suceden atracciones para propios y extraños que suelen dinamizar la ciudad hasta acercarla por momentos a la intransitabilidad, perdonando el palabro.
Pero este hecho aparentemente aislado no lo es tanto si observamos la extraña aparición anual de un extraordinario paraje en todos los medios de comunicación. ¿Responde a una estrategia? Pues ni idea, oiga, pero no deja de extrañar que Redes se haya convertido últimamente en lo que recientemente era Combarro y que haya pueblos sorprendentes en su belleza que apenas aparezcan mencionados en ningún sitio, pese a ser de sobras conocidos.
Y ha vuelto a pasar: He vuelto a leer un especial de los caminos de Santiago en el que no se menciona el Camino Inglés, pese a que en lo que va de este año lo han hecho más de diez mil personas y pese a que tiene un crecimiento bastante notorio. Y eso sin apoyo de casi nadie, sin albergue en Ferrol y sin que se haya invertido en mucho más que en poner unos cuantos mojones al tuntún y en desbrozar unos centenares de metros en Caranza.
Con las agendas de ocio esas que publican los viernes pasa lo mismo: En Ferrol no hay nada porque nadie quiere que lo haya. Si no lo creéis fijaos en cómo cierta prensa adora ciertas celebraciones que no pasan de ser locales y de poblaciones pequeñas y no menciona otras de mucho más calado. Me da igual que sea la Fashion Night que Las Meninas, el Quilómetro del Terror, Las Pepitas o el Tapéate Ferrol: Simplemente no existimos a no ser que venga alguien de esos que se promociona solo, en plan Bunbury o Loquillo.
Y por eso cuando alguien de Coruña me dice que ha probado una empanada de la comarca y que son las mejores que ha tomado en su vida o veo que se vende el requeixo fuera de nuestra comarca (o los pimientos del Couto, el pan de Neda, la ternera del Forgoselo o los quesos del Eume) me pregunto si algún día seremos capaces de hacer tanto ruido como para que alguien se fije en nosotros de una vez sin necesidad de que un barco destroce un puente, el alcalde fume en la bañera o pase cualquier desgracia. No sé... ¿Los Stones actuando en la Plaza de Armas? Ni idea chico, y encima mi abuela era de Teruel, que tampoco existe, por lo que ni puedo emigrar a un sitio más conocido.

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