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Las canteras deportivas.

El accionista mayoritario del Racing de Ferrol vive de hacer feliz a la gente: No sólo es descendiente directo de los fundadores de la cervecera Estrella Galicia, sino que ha prometido a la plantilla del primer equipo del ya casi centenario club departamental que si no descienden a tercera división les regala un viaje a Punta Cana. Están atónitos, los muchachos.
Tal vez la modestia con la que se ha manejado el club en los últimos años es lo que ha motivado el llamativo auge de la práctica de otros deportes en la ciudad: El magnífico Star Center Universitario de Ferrol flirtea con competiciones europeas y ya es segura su clasificación para el play-off por el título por segundo año consecutivo; el O Parrulo sufre pero juega en la División de Honor del fútbol sala; el Rugby Ferrol acaba de lograr su segundo título gallego consecutivo, y ahí están los éxitos de otros clubes de Ferrol y comarca en natación, remo, atletismo, triatlón... y todos basados en una gestión honesta y en el mimo a sus canteras. Desde mi punto de vista todo está relacionado.
En Ferrol nunca hemos tenido un equipo de primera división de fútbol, ese deporte rey déspota y no ilustrado que enseñorea la mitad de los informativos de este país. En las ciudades en las que hay predominio del balompié la gente ahorra para ir a ver al Madrí o al Barsha, al Aleti o al Valencia, al Bilbao o al Sevilla... y aquí no hay nada que ahorrar, porque no vienen nunca. La sobre-exposición mediática de los astros balompédicos les hace ganar jugosos contratos, y máxime si son equipos "europeos". Hago aquí un inciso para contaros las revelaciones de un amigo que dirigía un hotel en Sada que se llenaba de periodistas cuando el Dépor era súper y jugaba la Champion's, para que os deis cuenta del impacto económico que propicia un primer espada en la ciudad en que se asienta, sobre todo en las pequeñas y medianas.
En Ferrol no tuvimos nunca esa suerte: ¿Imagináis cuánto costarían los hoteles si fin de semana sí y fin de semana no estuvieran ocupados por la plantilla y el cuerpo técnico de un grande y por los aficionados que arrastran estos equipos? Pues bien, tal vez esa debilidad propició que los niños hicieran lo que les apeteciera, y de ahí la profusión de practicantes de surf, hípica, pádel, tenis, baloncesto, remo, baloncesto, rugby, triatlón o kayak-surf: En esta ciudad si hay instalación tarda en llenarse lo que tarde la gente en darse cuenta.
Hace poco se llenaron los pabellones de Esteiro y La Malata de aficionados que jalean a desconocidos para las grandes masas, porque ciertamente salvo los aficionados ningún ferrolano es capaz de reconocer ni a las estrellas de nuestros equipos más grandes; sí, ya sé que si pasa una chica altísima con pinta de extranjera la relacionamos directamente con el baloncesto femenino, igual que si vemos a Gómez Noya ¿Pero a los demás?
Pues yo hacia estos equipos lo que siento es un profundo agradecimiento y respeto, por su entrega y por su amor al deporte que practican, y creo que todos los ferrolanos deberíamos exigir a nuestras autoridades que les presten todo el apoyo posible, principalmente haciendo todo lo posible porque las instalaciones estén bien mantenidas y nuestros deportistas puedan seguir llevando el nombre de nuestra ciudad por toda España. Y creo que la ciudad ganará mucho si nos convencemos de que hay que mimar a nuestras canteras deportivas. Y creo que el Racing ascenderá a Segunda División más pronto que tarde, y espero que ese día la afluencia a los partidos de Copa del Rey y las eventuales visitas de equipos históricos no resten aficionados al resto de disciplinas que tanto han hecho y siguen haciendo por la ciudad. Con los pies en el suelo podemos llegar muy lejos, sólo hace falta tenacidad, perseverancia, humildad y un poco de sentido común.

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