Ir al contenido principal

He vuelto a subir a Chamorro.

Todos los años he intentado subir a Chamorro en primavera, para permitir a mis sentidos relajarse y, muy especialmente, para permitir a mi vista recrearse con un paisaje finito pero inmenso que acerca a toda la tierra de Trasancos a esa especia de laguna que es desde sus alturas la Ría de Ferrol.
Resultado de imagen de chamorro ferrol
Chamorro en los años 60. Fuente http:/visionesdeferrolterra.blogspot.com.es/
Los años no me han dado una inteligencia especial ni una madurez digna de considerarse plena; la inmensa marea de todo lo que desconozco, empero, no ha hecho mella en mi deseo de intentar llevar mis conocimientos cada vez un poco más lejos. Chamorro para mí es un pequeño mundo desde que mi padre nos llevaba allí a desfogarnos brincando entre sus rocas hasta la cima del Pico de Loro. Cuando consigues llegar hasta allí y no está atestado de jóvenes enamoriscados que se regalan sus primeros besos te pones por encima de los problemas: Puedes intentar reconocer sitios o dejarte llevar, sentarte en una piedra mirando al futuro o pensar en el pasado y en el camino que hemos recorrido para llegar hasta allí.
Dicen los sapientes que Chamorro es un lugar mágico desde la noche de los tiempos, de esos que aprovecharon los primeros evangelizadores para arrimar el ascua a su sardina, esperando tal vez a que los conquistadores trajeran las patatas para acompañarlas en las celebraciones. Independientemente de que bajo la ermita hubiera o no un lugar de culto, que en las primeras romerías hubiera druidas o que haya mámoas o petroglifos que atestigüen que había vida antes de la cristianización, hoy nos encontramos con una montaña poblada de bichejos que no encuentran el camino de San Andrés, con apenas unos ralos árboles que no parecen atreverse con los tojos, unos cuantos caminos descuidados hoyados por el paso de los años, un rosario de piedra que sube campo a través, un Via Crucis maltratado que sube por la carretera, una fuente que merecería un poco más de respeto, un eucalipto que seguramente fue testigo de los besos de nuestros abuelos, una ermita con una terraza que hace a su vez de mirador a la que ya faltan algunos de sus elementos distintivos (¿Qué fue del barco de latón, quién lo robó?) un crucero sin un cruce de caminos... y además una celebración ancestral con esas tradicionales rosquillas que los niños ya ni conocen (yo prefiero las blancas, como casi todo el mundo)... y mucha decadencia y abandono.
Hay quien dice que los propietarios son los culpables del estado de las cosas, hay quien dice que la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol, hay quien dice que no sabe y hay quien dice que no se puede... pero yo no soy así y puedo imaginar desde que esculpan todas las rocas que jalonan los senderos hasta que ayuden a crecer al bosquete que hay llegando ya a Mougá. Tal vez algún día un soñador lidere un proyecto para adecuar un camino, construir un mirador y plantar unos árboles, tal vez alguien se atreva a esculpir una roca o a pintarla de colores, tal vez alguien ponga un banco más bonito del mundo...
Lo que sí sé es que desde la pequeña y sombría fraga de Menáncaro hasta la cumbre de Chamorro no debes tener los ojos cerrados, porque en cada uno de sus rincones hay una piedra, un recuerdo, la sombra de unos jóvenes que se daban la mano por primera vez, el eco de la oración de una madre por el feliz regreso de su hijo, la piel de unas rodillas que cumplieron una promesa y las gotas de un vino casero que alegró una fiesta.
Para mí Chamorro es mucho más que una cumbre o un espacio natural: Para mí es el ejemplo de lo que no vemos, y por eso cada vez que siento la presencia de la ermita, vigilante y sola en su llano cerro, me imagino que un día habrá un camino rodeado de árboles que den sombra a los peregrinos, que sufrirán en su corteza el deseo de eternidad de unos novios aún en lo más verde de su edad adulta, ignorantes de cuánto les queda por andar e inconscientes de que esas viejas piedras seguirán allí cuando ellos y su amor tan solo sean cenizas movidas por el Nordés que apellida a su Virgen.
Y por eso, cada año y cuando puedo, vuelvo a subir a Chamorro a renovar mis ilusiones.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La evolución de los museos de Ferrol.

Que en Ferrol hay cuatro museos es una realidad, como lo es que (sin entrar a valorar sus particulares gestiones) hay cosas mejorables desde un punto de vista global. Efectivamente, no hay que tener un grado en gestión del patrimonio ni ser experto en museología para comprobar que se mueven a distintas velocidades y que el innegable interés de gran parte de los fondos expuestos podría ser mejorado con ayuda pública y una coordinación entre ellos que dista mucho de notarse. El primer museo en abrir en la ciudad fue el Aula de la Naturaleza que la Sociedad Gallega de Historia Natural tiene en Canido. Las actuales instalaciones en la Casa del Coronel son su segunda sede, puesto que su inauguración fue en 1983 en el antiguo hospicio de la Plaza de Amboage. Tiene algunos fondos que merecen la visita por si mismos, como la espectacular ballena que cuelga del techo en su planta alta, algunos fósiles extraordinarios y varias curiosidades que siempre despiertan el interés de los visitante...

Querido Javier... o querido Ignacio.

Estoy dándole vueltas acerca de a quién escribirle esta carta, porque ya me estoy cansando de que nadie me responda. Empecé con Mel Gibson, luego fue Antonio Banderas, Amenábar... creo. Nada, que nadie me responde, y encima Scarlett Johanson no se ha comprado un piso en Ferrol, pero voy a probar otra vez, a ver qué pasa esta vez. Si la carta fuera para Javier Gutierrez le diría que empiece a abandonar su discreción y se compre un casoplón y publique alguna foto en los mejores restaurantes de la ciudad, o en donde le dé la gana pero que sean sitios que molen, y que vaya pensando en producir alguna película (y protagonizarla) en la que nuestra ciudad esté presente. En cambio, si la carta fuera para Ignacio Rivera,en cambio, le diría que vaya a conocer a Marcial Pita y a su proyecto Astillero en Esmelle. ¿Que por qué? Pues porque los señores de Estrella Galicia están invirtiendo en vios una mantecá y bajo la marca Ponte da Boga, ya están sacando unos monovarietales que, conociendo a Don ...

Coronavirus COVID-19. El confinamiento.

No, no... ni se os ocurra pensar en que os voy a proporcionar ninguna información valiosa acerca de la recientemente declarada pandemia de ese llamativo virus que ataca a las vías respiratorias. Entre la infinitud de los conocimientos que no tengo están los de medicina, y la virología no es precisamente el área en la que mejor me desenvuelvo. Pero sociológicamente hablando estamos asistiendo al desarrollo de esas fases  que desarrolló la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross en su teoría de las 5 etapas del duelo, publicada en el año 1969. Acabamos de traspasar la fase de la negación (recordemos que el pasado domingo no pasaba absolutamente nada, pese a que ya había muertos y los infectados se contaban por centenares). Seguramente por eso ahora estamos en la fase de la ira, con un cabreo de agárrate y no te menees porque ninguno comprendemos por qué coño el domingo el gobierno central negaba que fuese peligroso reunir a dizque 120.000 feministas en Madriz o por qué narices Feijoo...

En el Siglo XVIII.

En el Siglo XVIII -o en el XIX, que tanto da- los ciudadanos españoles vivían de una forma diferente a la que vivimos nosotros ¿A qué sí? Pues es cierto: No había suministro de luz eléctrica, depuración, ferrocarril, automóviles, internet o teléfono. Así se proyectó Ferrol (Fuente http://ferrolbello.blogspot.com.es/ ) En Ferrol, en aquellos tiempos y reinando Carlos III, se decidió construir un barrio totalmente nuevo para dar cabida al crecimiento de la población generado por todo aquello que hace de Ferrol lo que hoy es: La decisión de Felipe V en 1726 de que se instalasen en Ferrol los astilleros del norte de España y se convirtiera en capital de Departamento Marítimo y la de Fernando VI en 1749 de que en Esteiro se construyeran los definitivos generaron una trama urbana racionalista y moderna que, tras una serie de vicisitudes económicas que impidieron que todas las casas fuesen porticadas, fue construida a partir de los años sesenta del Siglo XVIII ...

Los catalanes... y los gallegos.

Si eres un padre que sigue con preocupación lo que está pasando en Cataluña, que crees que el estado se ha inhibido, al menos en parte, ante el discurso separatista, tal vez es necesario que no olvides dónde están para algunos las trincheras. La cosa es que no tienen ningún miedo de acusar al gobierno de dictatorial, llamar a la lucha, mentir o cualquier cosa con tal de convencer a tu hijo o a tu hija menor de edad. Sí, a esa niña tan mona que acaba de empezar la ESO y a la que tú has mandado para que se prepare para la vida. Porque la cosa es así: Tú te callas porque crees que Juanito no necesita meterse en esas cosas; tu amigo Andrés tampoco le ha contado a Patricia que en España hay separatistas; Silvia y Antonio hace tiempo que no hablan de política con nadie, ni entre ellos, además de que en casa tienen Imagenio y sólo ven Viajar o canales de cocina. Pero hay otros que están diciéndole a tus hijos que el PP y el Rey son los herederos de Franco y que en España no hay libertad...