Intensos, los últimos días: Se aprueba el programa de las corbetas árabes y la SEPI releva al director de Navantia por una ingeniero de montes madrileña que se dedicaba al medio ambiente en Andalucía. En la prensa los bailes de encuestas, números y errores de becarios se suceden constantemente. Al final el PP elige a Pablo Casado como presidente entre los pucheros de Soraya y de la izquierda, que considera que el candidato de la derecha es muy de derechas, lo cual teniendo en cuenta que a Rajoy lo llamaban fascista casi a diario no tiene especial importancia. Si la tiene que Sánchez se haya mostrado igual de inconsistente que su predecesor socialista y mucho más atolondrado. Pobre, es un joven de sólo 46 años que quiere ir a un concierto y utiliza el Air Force One.
Yo paseo mi Ferrol: De ese (al menos para mí) maravilloso pero mejorable paisaje urbano que va de la Puerta del Parque y la antigua sala de Armas del Arsenal hasta la Malata. Alguien me sugiere que se destine la planta baja de la actual residencia logística a un museo de la artillería naval: Los salones irían incorporando cañones y montajes tras su restauración, que con una buena explicación serían el complemento perfecto al Museo Naval y a EXPONAV. Ojalá se pudiera hacer, pero yo lo primero que pediría es que se retire la verja, se anchee notablemente la acera y se excave lo que quede de foso o incluso de la antigua parroquia de San Julián.
Pero sigo, y vuelvo a preguntarme a quién se lo ocurrió ocultar la esquina de La Cortina con un seto ¿Algún iconoclasta botánico empedernido? ¿Pero no quedamos en que bajo esa zona están los restos de ese foso navegable en el que se abrigaban las embarcaciones menores cuando hacía malo? Tal vez un día alguien se de cuenta de la estupidez, pero yo sigo paso a paso.
El viejo Curuxeiras parece renacido, pero me pregunto si en los tres kilómetros de línea de atraque no había otro sitio para poner la gasolinera que en donde está: en el mismísimo comienzo del Camino Inglés, donde normandos y bretones atracaban para cumplir con su peregrinación hacia los restos del Apóstol.
Un poco más hacia adelante me dirijo hacia la lonja, y me pregunto por qué en Coruña liberan los muelles interiores y en Ferrol hay un antiestético vallado que impide el acceso al muelle Calvo Sotelo, en el que se acumulan efectos diversos que van desde turbinas a chatarra y aparejos de pesca. ¿Pero por qué no se abre y se construye allí algún local de hostelería o incluso un albergue de peregrinos? ¿Por los veinte días en los que atracan cruceros o por la rampa RO-RO que apenas se usa? ¡Con lo que ganaríamos si pudiéramos acercarnos al mar! Aprovecho y tomo unas fotografías, que la tarde está magnífica. Desde allí observo que el tráfico está cortado en la Cortina, luego me entero de que hay un campeonato de triatlón, que se une al Rally de Ferrol, a la Fiesta de la Cerveza artesana y a varios conciertos entre los que destaca el que ofrece Nuevo Plan con Gurruchaga y Segarra. Este es uno de esos fines de semana en los que en Ferrol no hay nadie ni nada que hacer.
Ya hacia La Malata vuelvo a observar apenado que a nadie parece importarle que la Autoridad Portuaria de Ferrol sólo haya retranqueado un tramo de su cierre: ciclistas, peatones y corredores se agolpan al estrecharse la acera, que apenas permite el paso de dos peatones a la vez. ¿Pero es que nadie ha observado que tras la verja lo que hay es una calzada de como cuarenta metros? Pues no entiendo para qué tiene el ayuntamiento un representante en el consejo del puerto ¿Para cobrar los 500 euros de dietas que les pagan por reunión? Y en estas andamos y anuncian que quieren duplicar el tráfico de pasajeros ¡Toma, como todos los puertos! ¿Y qué pretenden hacer? Pues la verdad es que todo lo que cuentan son inconcreciones del tipo promocionar, difundir, mejorar... ¡Pero si tienen la antigua Comandancia de Marina en ruinas sin darle ningún tipo de provecho!
Sigo queriendo disfrutar, y la soleada y ventosa tarde me ayuda, como a tantos otros que pasean o se ejercitan; escucho un grito y veo que en la también infrautilizada Casa del Mar tres adolescentes juegan a ver si se despeñan por el pronunciado talud, dejándose colgar de una oxidada valla a la que falta un trozo... pasan unos viandantes y escucho que mencionan que desenterrar a Franco no va a generar empleo ni a traernos riqueza. Sonrío amargamente... qué cierto es.
Ya de regreso pienso en lo fantástico que sería que todo ese terreno en desuso o infrautilizado se arreglara, veo el antiguo Yate en obras y las terrazas a reventar de clientes que disfrutan de un ocaso mágico. Me encuentro un amigo, profesor de la universidad, que me cuenta con cierta resignación que el problema del Campus es que hay tan pocos jóvenes que ni las carreras con salidas profesionales son capaces de cubrir todas sus plazas, con las excepciones de Enfermería y Diseño Industrial.
Regreso por el Camino, por la Calle San Francisco, y observo que la Plaza Vella se ha convertido en un lugar bullicioso en el que los niños juegan mientras los adultos parlotean en las terrazas. Ya ni veo las ruinas, sólo los proyectos.
El domingo la ciudad está extenuada: Casi solo por Irmandiños, encuentro a dos peregrinas perdidas y les indico que van en sentido contrario. Me responden en inglés y conversamos un rato: No, la oficina de turismo está en el puerto, pero ahora está cerrada, Sí: sigan pegadas siempre al mar y sigan los mojones, de nada, buen Camino...
Y veo que todo está ahí: el patrimonio, la gente, los conocimientos, las ganas, el camino, la iniciativa, los anhelos, la juventud...
Y pienso que es una gran verdad que el camino se hace al andar, por más que los peregrinos se pierdan o los presidentes del gobierno utilicen un avión del Ejército del Aire para acudir a un festival de música. El problema es que el mundo se construye golpe a golpe y verso a verso, y a esta esquina del mundo plagada de gaviotas y de anclas nos llevan demasiados años tocando más golpes que versos.
PD: Me encuentro en una red social una llamada al optimismo, una queja hacia los que denigran Ferrol. Muestra fotos del festival de la cerveza y del concierto de los años 80: En ambas, miles de ferrolanos disfrutan sin pensar en gradas ni ferrocarriles, en una catarsis colectiva llamada a que nos creamos lo que somos y deseemos ser más que ahora. Yo estoy en esas filas, no en las de los que creen que no es bueno arreglar una iglesia del siglo XVIII que forma parte de la candidatura de Ferrol a Patrimonio Mundial porque su ceguera y su incultura se manifiestan como el más rancio de los anticlericalismos.
Cualquier día algún imbécil querrá destruir La Piedad porque muestra un Cristo agonizante en brazos de Su Santa Madre. Que ambos nos muestren el camino, porque con los borricos que nos dirigen a lo más que hemos llegado es a creernos que traer un barco de refugiados para que los cuide Cáritas es un hecho histórico, o que el bobo del presidente se ponga unas gafas de sol dentro de un avión con las persianas bajadas, o cualquier otra cosa que se le ocurra al bobo que aconseja al bobo.
Yo paseo mi Ferrol: De ese (al menos para mí) maravilloso pero mejorable paisaje urbano que va de la Puerta del Parque y la antigua sala de Armas del Arsenal hasta la Malata. Alguien me sugiere que se destine la planta baja de la actual residencia logística a un museo de la artillería naval: Los salones irían incorporando cañones y montajes tras su restauración, que con una buena explicación serían el complemento perfecto al Museo Naval y a EXPONAV. Ojalá se pudiera hacer, pero yo lo primero que pediría es que se retire la verja, se anchee notablemente la acera y se excave lo que quede de foso o incluso de la antigua parroquia de San Julián.
Pero sigo, y vuelvo a preguntarme a quién se lo ocurrió ocultar la esquina de La Cortina con un seto ¿Algún iconoclasta botánico empedernido? ¿Pero no quedamos en que bajo esa zona están los restos de ese foso navegable en el que se abrigaban las embarcaciones menores cuando hacía malo? Tal vez un día alguien se de cuenta de la estupidez, pero yo sigo paso a paso.
El viejo Curuxeiras parece renacido, pero me pregunto si en los tres kilómetros de línea de atraque no había otro sitio para poner la gasolinera que en donde está: en el mismísimo comienzo del Camino Inglés, donde normandos y bretones atracaban para cumplir con su peregrinación hacia los restos del Apóstol.
Un poco más hacia adelante me dirijo hacia la lonja, y me pregunto por qué en Coruña liberan los muelles interiores y en Ferrol hay un antiestético vallado que impide el acceso al muelle Calvo Sotelo, en el que se acumulan efectos diversos que van desde turbinas a chatarra y aparejos de pesca. ¿Pero por qué no se abre y se construye allí algún local de hostelería o incluso un albergue de peregrinos? ¿Por los veinte días en los que atracan cruceros o por la rampa RO-RO que apenas se usa? ¡Con lo que ganaríamos si pudiéramos acercarnos al mar! Aprovecho y tomo unas fotografías, que la tarde está magnífica. Desde allí observo que el tráfico está cortado en la Cortina, luego me entero de que hay un campeonato de triatlón, que se une al Rally de Ferrol, a la Fiesta de la Cerveza artesana y a varios conciertos entre los que destaca el que ofrece Nuevo Plan con Gurruchaga y Segarra. Este es uno de esos fines de semana en los que en Ferrol no hay nadie ni nada que hacer.
Ya hacia La Malata vuelvo a observar apenado que a nadie parece importarle que la Autoridad Portuaria de Ferrol sólo haya retranqueado un tramo de su cierre: ciclistas, peatones y corredores se agolpan al estrecharse la acera, que apenas permite el paso de dos peatones a la vez. ¿Pero es que nadie ha observado que tras la verja lo que hay es una calzada de como cuarenta metros? Pues no entiendo para qué tiene el ayuntamiento un representante en el consejo del puerto ¿Para cobrar los 500 euros de dietas que les pagan por reunión? Y en estas andamos y anuncian que quieren duplicar el tráfico de pasajeros ¡Toma, como todos los puertos! ¿Y qué pretenden hacer? Pues la verdad es que todo lo que cuentan son inconcreciones del tipo promocionar, difundir, mejorar... ¡Pero si tienen la antigua Comandancia de Marina en ruinas sin darle ningún tipo de provecho!
Sigo queriendo disfrutar, y la soleada y ventosa tarde me ayuda, como a tantos otros que pasean o se ejercitan; escucho un grito y veo que en la también infrautilizada Casa del Mar tres adolescentes juegan a ver si se despeñan por el pronunciado talud, dejándose colgar de una oxidada valla a la que falta un trozo... pasan unos viandantes y escucho que mencionan que desenterrar a Franco no va a generar empleo ni a traernos riqueza. Sonrío amargamente... qué cierto es.
Ya de regreso pienso en lo fantástico que sería que todo ese terreno en desuso o infrautilizado se arreglara, veo el antiguo Yate en obras y las terrazas a reventar de clientes que disfrutan de un ocaso mágico. Me encuentro un amigo, profesor de la universidad, que me cuenta con cierta resignación que el problema del Campus es que hay tan pocos jóvenes que ni las carreras con salidas profesionales son capaces de cubrir todas sus plazas, con las excepciones de Enfermería y Diseño Industrial.
Regreso por el Camino, por la Calle San Francisco, y observo que la Plaza Vella se ha convertido en un lugar bullicioso en el que los niños juegan mientras los adultos parlotean en las terrazas. Ya ni veo las ruinas, sólo los proyectos.
El domingo la ciudad está extenuada: Casi solo por Irmandiños, encuentro a dos peregrinas perdidas y les indico que van en sentido contrario. Me responden en inglés y conversamos un rato: No, la oficina de turismo está en el puerto, pero ahora está cerrada, Sí: sigan pegadas siempre al mar y sigan los mojones, de nada, buen Camino...
Y veo que todo está ahí: el patrimonio, la gente, los conocimientos, las ganas, el camino, la iniciativa, los anhelos, la juventud...
Y pienso que es una gran verdad que el camino se hace al andar, por más que los peregrinos se pierdan o los presidentes del gobierno utilicen un avión del Ejército del Aire para acudir a un festival de música. El problema es que el mundo se construye golpe a golpe y verso a verso, y a esta esquina del mundo plagada de gaviotas y de anclas nos llevan demasiados años tocando más golpes que versos.
PD: Me encuentro en una red social una llamada al optimismo, una queja hacia los que denigran Ferrol. Muestra fotos del festival de la cerveza y del concierto de los años 80: En ambas, miles de ferrolanos disfrutan sin pensar en gradas ni ferrocarriles, en una catarsis colectiva llamada a que nos creamos lo que somos y deseemos ser más que ahora. Yo estoy en esas filas, no en las de los que creen que no es bueno arreglar una iglesia del siglo XVIII que forma parte de la candidatura de Ferrol a Patrimonio Mundial porque su ceguera y su incultura se manifiestan como el más rancio de los anticlericalismos.
Cualquier día algún imbécil querrá destruir La Piedad porque muestra un Cristo agonizante en brazos de Su Santa Madre. Que ambos nos muestren el camino, porque con los borricos que nos dirigen a lo más que hemos llegado es a creernos que traer un barco de refugiados para que los cuide Cáritas es un hecho histórico, o que el bobo del presidente se ponga unas gafas de sol dentro de un avión con las persianas bajadas, o cualquier otra cosa que se le ocurra al bobo que aconseja al bobo.
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