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Ébola, ebony, ivory.

Y ahora que parece que afortunadamente María Teresa se ha curado voy a emitir una breve opinión sobre este desagradable pasaje de nuestra historia reciente:

1º Es asqueroso que todavía haya tanto anticlericalismo en España y se haya intentado manchar el buen nombre de los misioneros que sólo tratan de ayudar a los demás, aunque lo hagan para buscar la salvación eterna. El hecho de que alguien crea que el Mandato Divino justifica más que sobradamente realizar buenas acciones no debería ser considerado nada más que meritorio. Debemos dejar de comparar cometer fechorías en nombre de Dios con hacer buenas acciones en nombre de Dios, porque una buena acción nunca es criticable. Y más aun cuando se ha gastado un dineral en rescatar a un espeleólogo y nadie ha clamado contra ello.

2º Igual de asquerosa es la manipulación torticera que hacen de la información determinados grupos. Montajes fotográficos, noticias falsas, ocultación de la información, basura contra todo tipo de instituciones públicas y privadas que poco o nada tienen que ver con el caso. Estamos llevando al paroxismo las teorías más radicales de la manipulación de la información amparándonos en la falta de legislación al respecto y en la nula capacidad judicial de actuar contra las mismas. Desgraciadamente esto es el pan nuestro de cada día.

3º Es asqueroso ver como se buscan presas de caza a la menor oportunidad. Ignoro si la Ministra de Sanidad ha hecho un papel tan malo en la legislatura como se dice, sé que me parece una política de escasa capacidad y considero que nunca se va a quitar la etiqueta de esposa de un corrupto; todo lo anteriormente expuesto no justifica que se la culpe del contagio de una auxiliar de clínica de un centro competencia de una Comunidad Autónoma. Es como si culpan al Ministro de Educación de que un profesor de mal las clases de Euskera en Bilbao: Estúpido y malintencionado.

4º ¡Qué humanos nos volvemos cuando se habla de un perro! Desde Pérez Reverte a una legión de mentecatos enfervorizados se ha tratado de hacer cuestión de estado el sacrificio de un animal para garantizar la seguridad. Ante las eutanasias, abortos, suicidios asistidos e incluso ante las ejecuiones de los yihadistas callamos cobardemente porque no nos interesa, pero montamos en cólera porque se trate de mitigar el riesgo de contagio sacrificando a un perro, aun a sabiendas de que los animales son vectores de transmisión del virus del ébola.

5º Que poco nos importa que mueran en África los negritos mientras nos dejen tranquilos en nuestra jaula de oro. Salvo cuando la Brunete quiere que salten a cientos las vallas de Ceuta o Melilla; ahí nadie pide certificados sanitarios. Tampoco parece importar especialmente que en los aeropuertos españoles haya vuelos al continente negro a diario, o los atraques de cientos de buques con bandera y origen en países en los que la infección está extendida y en los que sus capacidades sanitarias no son capaces de contener ni un catarro. Nuestra ingenuidad, para lo que queremos, nos está convirtiendo en auténticos gilipollas.

6º El marido de la Auxiliar de Clínica es un auténtico ejemplo de demagogo aprovechado, espero que sea pagado con la misma moneda cuando haya ocasión. Yo si fuera su mujer me sentiría avergonzado de como siempre ha antepuesto al bendito Excalibur a ella misma.

7º No hay cortina de humo que no nos ciegue ni noticia que aguante la aparición de otra. El ser humano se está empezando a parecer peligrosamente a un pez que se cae del anzuelo y coge impulso para volver a morderlo. Las tarjetas negras, Excalibur y la Púnica se han sucedido del mismo modo que hoy alguna noticia sucedera a las anteriores ¿La condena de Isabel Pantoja? ¿Los resultados de Podemos en la encuesta del CIS?  No tengáis prisa por saberlo: Muy pronto lo veremos.

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