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En el Camino Inglés.

Aquí comienza el Camino Inglés.
Sábado por la mañana, es bastante temprano y pese a que el cielo está encapotado hace bastante calor. Me cruzo un grupo bastante numeroso de peregrinos: Son cerca de treinta, en la cola va una monja con un hábito oscuro, cerrando la marcha. Llevo bastantes días viendo pasar grupos de peregrinos, parece que el Camino ya sale también de Ferrol. El otro día el jugador de baloncesto más famoso de Grecia, Nikos Galis, hizo camino al andar de Ferrol a Compostela en cinco días; hoy, el obispo de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol, ha dicho que va a hacer lo posible para que los peregrinos de los dos caminos que atraviesan la Diócesis se sientan acompañados por la Iglesia, independientemente de sus creencias.
El Camino en Esteiro, en la antigua puerta del astillero.
¿Habrá llegado ya nuestro momento y seremos al fin capaces de subirnos al carro en el que tantos llevan tiempo instalados? Porque el Camino es fe, pero también es superación y encuentro con uno mismo, y también deporte y cultura, e historia y turismo, y etnografía y folclore...
Porque es tantas cosas siendo sólo una creo que en nuestra ciudad deberíamos hacer lo posible para llegar a un gran acuerdo y que toda la sociedad se implique en su difusión, promoción y estudio, como ya hiciera en los noventa el profesor Leira desde la Facultad de Humanidades.
Hace bien poco me decía un conocido que no era de recibo que no hubiera albergue, o algún recordatorio del antiguo hospital de peregrinos en el Puerto, y que los mojones no estén claros o el trazado cuidado. Sé que son muchos peros, pero también sé que una simple carrera ayudaría a que la gente conociera su trazado, que recorrerlo con los niños les uniría a una parte de su pasado, que adecentarlo en lo posible mejoraría la imagen que damos a propios y foráneos cuando vienen a purgar sus penas o a registrar nuevos recuerdos, tal vez imborrables ya.
El tramo de Caranza, pegado al mar.
Ojalá todas las señales que nos van llegando -como la Oficina de Atención al Peregrino- cuajen como una nieve en invierno y tengamos algo más de lo que sentirnos orgullosos; ojalá parte de los fondos que se han recibido sirvan para que las cosas mejoren; ojalá salgamos pronto de esta travesía por el desierto, aunque sea -al menos por ahora- caminando.

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