Ir al contenido principal

Dispensario antituberculoso, que hermoso.

Entre 1908 y 1911 se construyó en Ferrol un edificio de lo más singular: Para empezar no es obra de Ucha, sino de Julio Galán Carvajal, lo cual ya lo enrarece un poco; además es un edificio completamente exento, está en perfecto estado de conservación y encima se utiliza (es la sede de la Cruz Roja en Ferrol).
Bueno, pues la cosa es que ahí es precisamente donde debería estar el mejor restaurante de Ferrol. ¡No, no, nos alarmemos, no pretendo echar a nadie todavía de ningún sitio! Bien, volvamos a lo que ibamos... a ver¡Ah, sí! Como ya he escrito en numerosas ocasiones un gobierno con algo de imaginación ya estaría pensando que retranqueando la estación hasta la prolongación de la Avenida de las Pías (esa cuya trinchera se eliminará cuando gobierne el PP) se liberaría un espacio enorme lindante con los cuarteles del Ejército de Tierra que redefiniría el concepto de las comunicaciones y de las dimensiones de la ciudad, convirtiendo la Puerta Nueva en el verdadero nudo de comunicaciones y en el centro de toda la zona urbana. También habría leído el documento en el que el jefe de la Armada dice que el Parque de Automóviles va a cesar su actividad en la avenida del Rey... Pues está más que claro ¿No?
En esa ciudad de servicios que he planteado en anteriores entradas tiene más que cabida la Cruz Roja,a la que se podría dotar de un edificio moderno en el que además seguramente tendrían mejor encaje y cabida sus medios que en el antiguo dispensario.
Pero claro ¿Y que hacemos en el pequeño y hermoso edificio de la Calle del Sol? Pues está más que claro: Otra cosa distinta.
Yo creo que en cosa de poco tiempo se podría convertir en el restaurante más coqueto de Ferrol,otros dirán que un museo (sobre todo Burgoa, que necesita un museo urgentemente) y los que sean más de izquierdas que un centro cívico para el barrio  (y además dirán que es una reclamación de la ciudadanía). Los de la Universidad, en caso de que se enteren, pedirán otra residencia de estudiantes porque siguen sin saber que detrás de la Casa del Patín hay una residencia vacía y los de las cofradías que sea su sede, que están hartos los pobres de dar vueltas.
Así luce el Dispensario cuando se hace de noche.
Seguramente todos soñamos un Ferrol, y no creo que sea reprochable.Espero que pronto veamos algún avance en algún sentido... y si abren el restaurante os invito a cenar a todos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Demasiados talveces, demasiados quizases.

Es una mañana bonita, con los rayos de sol colándose entre nubes de colores, de esas que siempre aparecen después de la tormenta. La ciudad está dormida, como la Vetusta de Clarín, y sin embargo ya algunos leen la prensa con un café, otros pasean y algunos peregrinos comienzan su viaje con la expectativa de que al final se encontrarán a sí mismos al divisar las torres de la Catedral de Santiago. Ferrol es un punto de partida, que duda cabe: De Ferrol han partido barcos desde que empezaron a hacerse, peregrinos desde que se encontró la tumba de Santiago el Mayor, ferrolanos desde que los marinos hicieron de la ciudad una de sus sedes. Hoy, se dice que hay 15.000 ferrolanos que viven dispersos por el mundo, e incluso hay quien asegura que se podría hacer un programa dedicado sólo a esos emigrantes que no se sabe por qué, hicieron de la canción de Santi Santos su himno y su filosofía de la vida. Yo ya marché y ya volví, y nunca juré que no lo haría. Vivir fuera es tal vez la mejor vacu

Querido Javier... o querido Ignacio.

Estoy dándole vueltas acerca de a quién escribirle esta carta, porque ya me estoy cansando de que nadie me responda. Empecé con Mel Gibson, luego fue Antonio Banderas, Amenábar... creo. Nada, que nadie me responde, y encima Scarlett Johanson no se ha comprado un piso en Ferrol, pero voy a probar otra vez, a ver qué pasa esta vez. Si la carta fuera para Javier Gutierrez le diría que empiece a abandonar su discreción y se compre un casoplón y publique alguna foto en los mejores restaurantes de la ciudad, o en donde le dé la gana pero que sean sitios que molen, y que vaya pensando en producir alguna película (y protagonizarla) en la que nuestra ciudad esté presente. En cambio, si la carta fuera para Ignacio Rivera,en cambio, le diría que vaya a conocer a Marcial Pita y a su proyecto Astillero en Esmelle. ¿Que por qué? Pues porque los señores de Estrella Galicia están invirtiendo en vios una mantecá y bajo la marca Ponte da Boga, ya están sacando unos monovarietales que, conociendo a Don

De prólogos y epílogos.

Desde mi más tierna infancia y desde hace generaciones, las fiestas de la Natividad de Jesús marcan un fin de ciclo en la vida de millones de personas. El año nuevo cristiano trasciende las creencias y tiene algo de metamorfosis en el que tanto de forma individual como colectiva, muchos se proponen enmendar los errores del pasado y mejorar en lo venidero. Muchos somos una excepción y nos agarramos al "Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy" en lo personal, pero Ferrol no vive su mejor momento, y eso es algo que para muchos es una parte consustancial a nuestra vida. Sí: La crisis es algo en lo que muchos ferrolanos han nacido, crecido y vivido, e incluso hay quien no recuerda un Ferrol ajena a ello... Pero crisis es un término que tuvo un significado que es al que debemos agarrarnos: el cambio. Hemos cambiado desde siempre, o al menos desde que somos lo que somos; nacimos para hacer barcos y dar cobijo a las naves de la Armada Real, y eso es también consustancial

Una rodaja del Mistral

Esto de los blogs se complica cada día, y por eso sólo voy a escribir una breve nota de algo que no va a pasar: El Museo Naval de Ferrol y EXPONAV han solicitado a la Armada que, una vez se concluyan la desmilitarización y baja en la Armada del submarino Mistral, les sea proporcionada una rodaja del mismo para que sea musealizada y visitable. Se está a la espera de la respuesta. Y del envío.

El tiempo que pasa, inexorable.

1. El Alvia.  Como si fuera un punto de fuga en un cuadro de Tintoretto lo primero que me atrajo aquella muy temprana mañana de verano, húmeda y lluviosa, fueron esas velas que recordaban la tragedia pasada hacía muy pocos días en Angrois. Yo estaba a punto de coger el mismo tren, el Alvia de Madrid, pero en el sentido inverso de la marcha. Reinaba cierta conmoción en la estación, pese a estar prácticamente vacía. Después de equivocarme de tren y estar a punto de acabar al otro extremo de España ocupé al fin mi asiento y me dispuse a disfrutar del viaje. A mí me encanta viajar en tren y ese trayecto era completamente nuevo para mí, ya que mi último viaje desde La Coruña fue por la vía antigua. El brusco descenso de la velocidad del convoy me indicó que ya estábamos llegando a la famosa curva y afiné mi atención. Como siempre cierto pudor me hizo dudar por un instante, pero al final la visión del punto exacto del desastre me hizo santiguarme y pedir en muda oración por las alma