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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Propósitos de fin de año.

El otro día leí uno de los mejores chistes relativo a los propósitos de fin de año: Uno que se alegraba que de los cuatro kilos que se había propuesto perder ya sólo le quedaban siete. A mí me parece que en este país pasa un poco lo mismo: De todas las cosas que teníamos que haber arreglado sólo hemos empeorado en todas y en alguna otra, y yo no soy de los pesimistas y sé reconocer cuándo se toman iniciativas buenas. Hablando de mí Ferrol, como siempre, me encuentro con que su corporación municipal se ha convertido en uno de los ejemplos de cómo las cosas se pueden hacer mal o simplemente no hacer con ánimo de no sé sabe qué. No me preocuparía especialmente si no fuera porque la izquierda en este país (España, que no hay más) es sectaria y corporativista, por lo que nunca apoyará una moción de censura; la parte buena es que la exigua minoría que sustenta al alcalde no le permite tirar el dinerito porque no ha sacado adelante ningún presupuesto en los dieciocho meses que lleva en la

A mi caballo.

Uno de los seres más extraordinarios que conozco es un caballo... bueno, en realidad es una persona con alma de caballo: Noble, luchador y creado para ser libre. En nuestras extensas conversaciones llegamos juntos a conclusiones de escasa utilidad pero de alto valor moral. En una de las últimas departimos acerca de profesionales y de cómo calificarlos. Trataré de explicarme: En toda organización jerarquizada -y yo no conozco ninguna que no lo esté- existe una base y una serie de responsables que, conforme vaN subiendo en la organización, son mejor tratados y remunerados porque son acreedores de esas gratificaciones; al menos en teoría. En la base de las organizaciones la principal obligación de los miembros es acatar y realizar sus tareas de forma eficaz (cumpliendo sus cometidos) y eficiente (utilizando el mínimo de recursos para ello). Por penoso que sea un trabajo no hay ninguno en el que ésto no sea así: Mineros, soldados, carteros, dependientes, jueces, médicos... todos ocupa

Hay días tristes.

Hoy puede ser uno de esos días tristes a los que a veces nos enfrentamos colectivos más o menos numerosos. A un fin de semana sembrado de atentados islamistas sigue una semana cargada de noticias tristes, duras o indignantes. En Francia van a penar por ley disuadir a una mujer para que no aborte. Claro, esa es la libertad de expresión que ha quedado cuando un Feijoo elevado a los altares por los "progreconservadores" dice que el aborto es un fracaso pero que cuando el feto no es viable es decisión de la mujer; ahora que su "pareja" está embarazada le recomiendo que piense qué le pasaría a su futuro hijo si después de nacer lo deja un par de noches a la intemperie en el invierno compostelano: Proteger al que lo necesita nos hace humanos, creer que podemos decidir sobre quién debe o no debe vivir nos convierte en estúpidos. También se difunde que el arzobispo de Santiago ha ordenado sacerdotes a una pareja homosexual que convive como tal, y que eso se une a las d

¿Cuando nos volvimos gilipollas?

Cuando era niño a todos nos gustaban, sin excepción, las películas americanas: Las de guerra, las de indios y vaqueros, las de Disney, las del espacio, las de superhéroes, las de Spielberg... además veíamos, gracias a la única televisión de entonces, películas españolas, que eran francamente mejores que ahora en fotografía, interpretaciones y argumento, hasta el punto de que cada vez que reponen una de Marisol la ve más gente que cualquier gran éxito del -autoproclamado- mundo de la cultura. Un día decidimos arremeter contra todo lo malo que había y contra todo lo malo que no había: La defensa del mundo homosexual, la negación de la existencia de fieles o actos religiosos, el antipatriotismo, la demonización de cuanto haya hecho España en su historia o la relativización de todo lo que se considere bueno ha traído como consecuencia lógica que el cine español sea insostenible y que haya que subvencionarlo. Sin embargo hoy existe un vector en la transmisión de la opinión que antes no