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Mostrando entradas de febrero, 2015

Cartas marruecas.

Era una tarde fría de un invierno que se alargaba demasiado. Después de un duro día de trabajo leía las Cartas Marruecas de Cadalso mientras un tibio rayo de sol me impelía a dormitar. En el preciso instante en que me empezaba a abandonar a los brazos de Morfeo escuché cerrarse la puerta de la calle: Sin duda mi mujer había salido para hacer algo. El súbito golpe de la puerta me despertó y me trajo de vuelta de finales del Siglo XVIII, por lo que decidí proseguir con la lectura en la que me hallaba enfrascado. La correspondencia entre los protagonistas del escrito describían los caracteres de las distintas provincias de España: "Los gallegos, en medio de la pobreza de su tierra, son robustos; se esparcen por la península a emprender los trabajos más duros, para llevar a sus casas algún dinero físico a costa de tan penosa industria. Sus soldados, aunque carecen de aquel lucido exterior de otras naciones, son excelentes para la infantería por su subordinación, dureza de cuer

Brotes verdes.

Hay días grises de invierno en los que sientes que ya es hora de que empiece la primavera; la insistencia del clima de persistir en sus viejas manías, como si fuera un viejo comunista, te va llenando de una melancolía que ni las importadas fiestas de los enamorados o las paganas fiestas de don Carnal logran siquiera paliar. Hay días en los que el contacto con una heladora llovizna no logra despejarte y más bien te hunde en ese estado al que los americanos llaman blue , que además de azul quiere decir nostálgico, melancólico y taciturno; para que nos entendamos es la diferencia entre que te apetezca beber un honesto brandy envejecido o un whisky puro de malta con un hielo y que te apetezca un gin-tonic con bayas de enebro, rodajas de fresa y un poco de perifollo en una copa de balón. ¿Comprendéis lo que quiero decir? El caso es que estos días no te anima mucho una subida del PIB del 0,3, o que enchironen a cualquiera de nuestros históricos sinvergüenzas, orgullo patrio al menos des

Una teoría del derecho.

Cuando empecé a estudiar derecho, allá por los primeros noventa, todo el temario me pareció farragoso, teórico en demasía, cargado de referencias históricas, de usos, de costumbres, de principios generales y de interminables articulados que había que memorizar como dogmas inalterables, pese a que desde entonces han sido alterados constantemente por leyes de todo rango. Seguramente eso motivó que el segundo año todo mi ser se manifestara contrario en su naturaleza al estudio de las leyes y colgara la toga antes de ponérmela, cosa de la que nunca me he arrepentido. Una de las primeras cosas que te enseñaban era el Principio de Competencia, que viene siendo en román paladín que no te metas donde no te llaman o, más coloquialmente ¿A ti quién te ha dado vela en este entierro? A este principio tan cargado de razón le seguía el Principio de Jerarquía, que se resume en "donde hay patrón no manda marinero", principio que se saltan constantemente -al igual que al anterior- cuanta a

El dron de los órganos y el volante del futuro.

Bueno, pues resulta que en las últimas semanas se ha dado cuenta en la prensa local, pero también en la autonómica y en la nacional, de que un grupo de cuatro chicas gallegas de la Escuela Universitaria de Diseño Industrial de Ferrol han quedado finalista en un concurso a nivel mundial con su diseño de un drone  para el transporte de órganos. Es sin duda una buena noticia, pero podría verse como un caso aislado o un golpe de ingenio de alguna alumna aventajada de la misma. Pero resulta que también ha quedado finalista un muchacho que ha diseñado un volante para un concurso convocado por una multinacional del automovilismo y ha estado en Alemania explicando su propuesta. Ambas noticias se unen al incesante goteo de buenas nuevas que provienen de un campus que cada día es más alabado por su jardín botánico y su disposición, heredadas ambas del muy racional Hospital de Marina que allí se emplazaba cuando Ferrol era la primera ciudad de Galicia y un hervidero de vida en sus calles.

Etica grupal.

Ya sé que normalmente mis entradas tienen un tono marcadamente localista o bien reivindicativo, pero a veces conviene ponerse serio y tratar de aportar mi personal punto de vista acerca de la causa de los problemas que aquejan a la sociedad española del Siglo XXI. Como indica el título de la entrada lo que pretendo exponer es que las socidades maduras se han caracterizado a lo largo de la Historia por compartir una ética conocida y asumida por el conjunto de la sociedad; y esto no se trata de que todos nos comportemos de la misma manera ni de que tengamos las mismas creencias o motivaciones, si no que compartimos una base común dentro de cuyos parámetros nos entendemos. Durante el régimen del General Franco en España existían unas normas oficiales de conducta que se suponía todos debíamos seguir, al menos públicamente. Esto no quiso decir que no existiera aquello que "estaba mal visto" como pudiera ser la prostitución, el adulterio, la homosexualidad, las drogas, la porn

La libertad de prensa y los peces de colores.

No es que vaya a escribir acerca de los atentados de París contra la revista satírica que nadie conocía hasta entonces ni de los límites a la libertad de expresión. Como gracias a Dios el ser humano es libre de pensar lo que quiera según su propio criterio no voy a tratar de convencer a nadie de que el límite de la libertad de expresión está en el mismo sitio que los límites a cualquier otra libertad: En la línea donde choca con la de los demás. Llegados a este punto es importante que todos tengamos claros que la dictadura de lo políticamente correcto nos ha llevado a un punto en el que se expulsa a dos cantantes de un programa por emitir su opinión contraria a la homosexualidad o en el que un actor de Hollywood llora desconsolado por haber dicho "gente de color" refiriéndose a los negros, e incluso en el que una asociación de gitanos "exige" a la Real Academia de la Lengua que quite del diccionario la acepción de gitano de ladrón. Todo esto no va a hacer