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La libertad de prensa y los peces de colores.


No es que vaya a escribir acerca de los atentados de París contra la revista satírica que nadie conocía hasta entonces ni de los límites a la libertad de expresión. Como gracias a Dios el ser humano es libre de pensar lo que quiera según su propio criterio no voy a tratar de convencer a nadie de que el límite de la libertad de expresión está en el mismo sitio que los límites a cualquier otra libertad: En la línea donde choca con la de los demás.

Llegados a este punto es importante que todos tengamos claros que la dictadura de lo políticamente correcto nos ha llevado a un punto en el que se expulsa a dos cantantes de un programa por emitir su opinión contraria a la homosexualidad o en el que un actor de Hollywood llora desconsolado por haber dicho "gente de color" refiriéndose a los negros, e incluso en el que una asociación de gitanos "exige" a la Real Academia de la Lengua que quite del diccionario la acepción de gitano de ladrón.

Todo esto no va a hacer que la gente respete más a los homosexuales, a las personas de raza negra o las de raza y cultura gitana, qué va: Lo único que va a conseguir este sistema de vetos tan parecido al de los barcos en los astilleros de Ferrol es a que cambiemos los tabúes de hace unos años por otros nuevos, aunque yo me pregunto ¿Pero no será más fácil respetar a todo el mundo y ya está? ¿Pero no hemos aprendido que la opinión no se impone y que el insulto sólo descalifica al que lo emite? Que no, hombre, que no: No hemos aprendido nada y por eso lo de la publicación francesa se ha dejado enfriar tan rápido: Porque en el fondo lo que eran (y no me refiero a las personas) era una pandilla de gilipollas y de maleducados.

Y como nunca he pretendido ser polémico con mis letras diré que siento mucho que hayan asesinado a esa gente, y que jamás lo justificaré; no estoy a favor de la pena de muerte en ningún caso, ni para los autores de los crímenes más execrables, violentos y pervertidos, pero en ningún momento justificaría la libertad de insulto o de blasfemia que nos quieren imponer desde donde siempre: Desde donde deciden a quien se puede o no se puede insultar.

Y además de esto me quedan pocas dudas de que este año el Premio José Couso a la libertad de prensa que otorgan los periodistas gallegos va a ser para el citado semanario, y estoy casi seguro de que no van a mandar a nadie a recogerlo y que además los premios seguirán siendo algo local, descafeinado y oportunista. Y todo esto lo creo porque al autoproclamado "Cuarto Poder" hay que hacerle ver que está tan ensimismado como los otros tres: No confiamos (los ciudadanos) en ustedes más que en los gobernantes-legisladores (primer y segundo poder refundidos desde hace mucho tiempo) o en los jueces (tercer poder pervertido en muchos casos por los otros dos), por lo que no esperen que ahora nos creamos sus palabras a pies juntillas: Siguen siendo una parte importante del problema.

PD: Los convocantes del José Couso deberían hacer presidenta de honor a Su Majestad la reina Letizia e invitarla a que venga; sigo diciendo que el Jofre se merece una carallada estilo la de Oviedo, que no todo va a ser recibir palos.

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