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Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2018

En el Mercado.

Bastante cola, la verdad, pero intento cumplir mi ritual sabatino de ir al Mercado. Primero doy la vuelta a la Pescadería, siempre lo hago, y me vuelvo a sorprender con la cantidad de cosas que antes no había habitualmente. Los puestos buenos siempre tienen gente que se lleva unos prodigiosos lenguados, cocochas y marisco, mucho marisco. Yo voy al menudeo y me conformo con parrochas y peones. Recuerdo que me hace falta embutido y me dirijo directo a la charcutería, pero me paro porque veo un costillar de vaca de color rojo oscuro intenso; hoy no es el día, pero tengo que llevarme un día un chuletón. En la charcutería me quedo esperando mirando las cositas buenas que van apareciendo: Quesos del Eume y de Villalba, de Arzúa... ¿Qué es eso? ¡Vaya, cacholas ahumadas! No sabía que... ¿Y ese queso? ¡Eso es nuevo! Me atienden: - ¿La mantequilla es casera? - De Queserías del Eume, pero es muy buena, y no la tiene que llevar entera que se la corto. - Bueno, hoy voy con prisa, pero otra

Una senda para Doniños.

Pues la cosa es que un día un alguien dijo que se iba a hacer una senda peatonal que rodeara toda nuestra costa, y algunos nos lo creímos... y alguien perdió las elecciones y la senda no se hizo. Es lo que hay. Bueno, no: Hay trozos, y son alucinantes, la verdad. Si empiezas en el Castillo de San Felipe te encuentras una send -que ya muestra cierta falta de mantenimiento- que une la fortaleza (como me mola a mí eso de la fortaleza) con las baterías de San Cristóbal y San Carlos. Quitando que los días de mucha afluencia no hay quien aparque, la verdad es que merece muchísimo la pena recorrer la boca de la Ría por un sendero amplio y con poco desnivel que va mostrándonos bosquetes y calas de aguas cada vez más cristalinas. De verdad que felicito de forma efusiva al que la ideo, proyectó, presupuestó y ejecutó, o a todos los que la hicieron posible. Hay otro trozo no menos espectacular en Ponzos, aunque en este caso sí tiene un pronunciado desnivel. ¿Problema? Nada, poca cosa... que ad

¿Quién pide qué?

Os leo, y lo sabéis. Me gusta que lo sepáis, y también que me leáis, así de iluso soy; y no puedo menos que agradeceros a todos y cada uno de vosotros que os toméis la molestia de leer opiniones con las que (a la vista de vuestra nula interacción) estáis completamente en desacuerdo. Y por eso me gustaría que reflexionaseis acerca de esa especia de megáfono diabólico que utilizáis para tratar de convencernos de lo que nos importa y de lo que no nos importa. Yo sé que en Ferrol la izquierda quiere peatonalizar todo el barrio histórico, e independientemente de que cronológicamente el Barrio de la Magdalena sea el tercero en antigüedad y de que no están resueltos los problemas que plantearía prohibir el tráfico, el problema es que nadie lo ha pedido, y matizo: sí que es cierto que en las bases electorales de los partidos de la izquierda se habla constantemente del tema (órdenes son órdenes), pero repito que cuando yo paseo, compro, corro, vivo... jamás he escuchado a nadie decir que hay

Una ciudad nueva.

Compartí recientemente una entrada en la que -hace poco menos de un año- exponía la que sería mi propuesta para vertebrar todo el Ensanche "A" con Santa Marina, Joane y Canido. Como toda opinión personal, es más que discutible -sin duda- y cualquiera que más o menos me siga debería saber que a mí me encanta discutir en el sentido de confrontar diferentes ideas. En absoluto quisiera acusar a nadie de provocar, llegar al insulto o menoscabar mis opiniones; antes bien, los pocos que opinan suelen hacerlo de manera muy respetuosa y exponiendo otro punto de vista que muchas veces es bastante más brillante que el mío... y sin embargo sigo echando de menos una idea de ciudad. Porque hay cosas que serían estupendas, otras que no tanto y otras que seguramente no servirían para nada e incluso empeorarían el conjunto y la vida de sus cada día más escasos y envejecidos habitantes. Sacando del olvido algunas de las propuestas que nunca se realizaron creo que de las más provechosas ser

Promesas cumplidas, o profecías, qué se yo.

Bueno, pues al final empiezan a mostrarse las fumatas blancas pre-electorales a los ávidos ojos de los contribuyentes. Comentaban estos días en la prensa que el 2017 fue el año con menos inversión pública en mucho tiempo, y que este año se esperaban aumentos de hasta el 50% en algunas cosas... bueno, era visto, que se dice por Galicia: No vamos a malgastar el rédito político en un país en el que se llama VIP a una muchacha que vive de lucir curvas por los platós. Sí, a mi también me pasa y también lo considero síntoma de envejecimiento que cuando salen mozas y mozos de buen ver en la televisión no tengo ni idea acerca de los méritos que les han llevado a ese estudio de grabación... pero a lo que iba no era a eso: yo me imagino a un gestor que tiene buena intención comentando con sus colaboradores algo así como "¿Pero no veis que si lo arreglamos ahora cuando haya elecciones no se van a acordar?" Y claro, intentan ajustar los tiempos para que los ciudadanos premiemos su bue

Gilipollas

Yo odiaba las matemáticas, y no porque se me dieran mal. No: La cosa es que odio las convenciones sin aplicación práctica en la vida real, y por eso cuando mi mujer me explica airada que en una operación de sumas y multiplicaciones primero se hacen las multiplicaciones independientemente de dónde estén ubicadas me rebelo y pego un bufido diciendo que en Europa los cristianos hacemos las cosas de izquierda a derecha, y que si quieren que 3+3+4 x11 sean 50 que pongan el 11 al principio. Me contesta (con razón) que la regla es así, y yo contesto que el que la inventó es gilipollas, o los que la inventaron. Y sí, ya sé que empezar por la izquierda es otra convención, pero perfectamente lógica cuando es común a todos y facilita la comprensión de un texto (porque si un escritor -o todos- decidieran que primero se lean las palabras que empiezan por vocal seguro que llevaría a cometer errores ¿No?). Lo bueno de la palabra gilipollas es que es una palabra universal que siempre concuerda en gé

La APP del ABC.

No, que va, yo de aplicaciones de telefonía y esas cosas no hago uso ¿A quién le importaría que un cuasi-ignorante en esas moderneces como soy yo escribiera una entrada hablando de ese tema? Porque yo si el ABC tiene una aplicación o no la tiene lo ignoro, señora mía... pero al final uno se acaba acostumbrado a la costumbre americana de usar acrónimos para todo y me he lanzado a crear uno propio: La Afinidad al Pijerío Popular del ABC: Esa es mi APP. Porque si hubo un diario conservador en este país era el que actualmente dirige el cedeirés Rubido (de los Kennedy de Cedeira, que decía un amigo), pese a su desmedida afición ochentera a la pechuga y el desenfado, o tal vez mismamente por eso. Y en este país en el que lo más progre era una señora en porretas en la portada del Interviú, ahora hemos decidido que si una chica va casi en pelotas es feminismo, aunque eso tal vez sólo sea un ardid para que enseñen más, quién sabe. Y mientras, Bibiana dice que en "este país" (España

I Semana del mar de Ferrol.

Algo que siempre me ha extrañado es que en Ferrol no haya una feria del naval de verdad, de esas a las que viene todo tipo de gente relacionada con la construcción, la industria, las empresas auxiliares, la vela... también me ha extrañado siempre que en Ferrol se construyan tantas cosas importantes y ninguna menor: barcos de vela, recreo y cosas así. ¿No os extraña que habiendo tantas instalaciones con poco uso no se puedan alquilar o adjudicar como concesión como hace la Autoridad Portuaria con sus terrenos o como se ha hecho para construir los jackets? Vistas del Arsenal desde los jardines de Herrera. Pues esta es la cosa: En Ferrol hay astilleros grandes y pequeños, una escuela de ingenieros, centros de formación profesional, industrias auxiliares del naval, una empresa de transporte marítimo local, empresas de remolcadores y estibadores, un centro de investigación autonómico en La Cabana, una unidad mixta de investigación entre la industria y la universidad, dos cátedras en l