Ir al contenido principal

Todos estábamos en Micro.

Teníamos todos dos o tres hermanos y escuchábamos más música de la que sueñan escuchar ahora los jóvenes. Estábamos en Micro o en La Nave, y un Esteiro semi-ruinoso era nuestro punto de reunión. Había porros, litros de cerveza y peleas constantes. A unos nos gustaban Los Limones y otros atesoraban discos de Barón Rojo, pero ahí estábamos todos, con una incipiente barba, pantalones remangados o con beisboleras bicolor. En esas tardes-noches en la que intentábamos dar nuestros primeros besos asistimos a los estrenos de auténticos himnos que siguen escuchándose hoy: Don´t worry be Happy, You're always on my mind o Faith alternaban con En algún lugar o con Camino Soria. Se estrenaban El Imperio del Sol, Mujeres al borde de un ataque de nervios o Dirty Dancing.
Corría el año 1988 y mientras ETA mataba o secuestraba a Emiliano Revilla, Hugo Sánchez marcaba casi todos los goles del Real Madrid o Dustin Hoffman ensombrecía al omnipresente Tom Cruise en Rain Man, los babyboomers tomábamos nuestras primeras decisiones y cometíamos nuestros primeros errores.
En Ferrol ya llevábamos años con la reconversión naval, y los drogadictos infestaban las calles como muertos vivientes: Era raro llegar a casa sin que te hubieran pedido dinero, amenazado con una jeringuilla o enseñado una navaja. Si llevabas un polo con la bandera de España eras un fachita de la marina, y ningún joven hablaba gallego. Eran los años del felipismo y de los pelotazos, y a nosotros poco más nos importaba que las turgencias de alguna conocida o las malas notas que habían vuelto a ponernos.
Hoy han pasado los años y el mundo es distinto: Nos hemos formado, hemos estudiado, nos hemos casado y divorciado, hemos sido padres, salido del armario y nos hemos muerto; ya no estamos todos porque algunos pudieron escapar y otros lo hicieron aunque no quisieran. La población de la ciudad bajó de cerca de noventa mil a poco más de sesenta y cinco millares de ferrolanos. Muchos hemos enterrado a nuestros padres y hermanos e incluso a algún amigo de prematura marcha.
Los que estaban naciendo en esa época quieren tomar el cielo al asalto sin haber vivido aquellos años grises de huelgas y amenazas, de yonkies y peleas y de telediarios informando de otro sangriento atentado; los que entonces mandaban empiezan a retirarse como corresponde, y todas las cicatrices reales o figuradas son ya parte de nosotros para siempre como señal eviterna de que el tiempo ya ha pasado.
Y ahora me encuentro a muchos de ellos en el último lugar en que esperaba verlos: Estamos todos en San Julián, acompañando a nuestros hijos a Catequesis; el que siempre se peleaba, el de la guitarra y el que tenía ese pelo que gustaba tanto a todas. También la que nos hacía dar suspiros a su paso y el que entró en la marina, el que flirteaba con las drogas, la que se casó de penalti y el que jugaba en los cadetes del OAR: Hay unos veinte bancos con ocho niños cada uno. No llegan a doscientos y nunca conocerán lo que vivimos, porque sus sinsabores serán otros.
Y son el futuro, el de ellos y el de nosotros mismos. Y por eso, cuando entro un poco antes de las doce, me río por dentro; porque sé que estoy poniendo la misma cara que cuando entraba en Micro y hacía como que no veía a alguien y alguien hacía como que no me veía a mí.
Y porque ahora estamos en el culmen de nuestro tiempo, sé que pronto llegarán otros detrás que no habrán estado en Micro, ni en La Nave, ni en Esteiro, y que un día también llevarán a sus hijos a Catequesis, y tal vez ese día piensen en lo inconscientes que eran, como pienso yo en esa ya lejana adolescencia de Duncan Dhu, Gabinete y Pet Shop Boys en las que volvíamos a casa bajo la lluvia desde Micro tarareando una canción de los Limones y sin sospechar que pronto nos haríamos mayores.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Querido Javier... o querido Ignacio.

Estoy dándole vueltas acerca de a quién escribirle esta carta, porque ya me estoy cansando de que nadie me responda. Empecé con Mel Gibson, luego fue Antonio Banderas, Amenábar... creo. Nada, que nadie me responde, y encima Scarlett Johanson no se ha comprado un piso en Ferrol, pero voy a probar otra vez, a ver qué pasa esta vez. Si la carta fuera para Javier Gutierrez le diría que empiece a abandonar su discreción y se compre un casoplón y publique alguna foto en los mejores restaurantes de la ciudad, o en donde le dé la gana pero que sean sitios que molen, y que vaya pensando en producir alguna película (y protagonizarla) en la que nuestra ciudad esté presente. En cambio, si la carta fuera para Ignacio Rivera,en cambio, le diría que vaya a conocer a Marcial Pita y a su proyecto Astillero en Esmelle. ¿Que por qué? Pues porque los señores de Estrella Galicia están invirtiendo en vios una mantecá y bajo la marca Ponte da Boga, ya están sacando unos monovarietales que, conociendo a Don

Una rodaja del Mistral

Esto de los blogs se complica cada día, y por eso sólo voy a escribir una breve nota de algo que no va a pasar: El Museo Naval de Ferrol y EXPONAV han solicitado a la Armada que, una vez se concluyan la desmilitarización y baja en la Armada del submarino Mistral, les sea proporcionada una rodaja del mismo para que sea musealizada y visitable. Se está a la espera de la respuesta. Y del envío.

Demasiados talveces, demasiados quizases.

Es una mañana bonita, con los rayos de sol colándose entre nubes de colores, de esas que siempre aparecen después de la tormenta. La ciudad está dormida, como la Vetusta de Clarín, y sin embargo ya algunos leen la prensa con un café, otros pasean y algunos peregrinos comienzan su viaje con la expectativa de que al final se encontrarán a sí mismos al divisar las torres de la Catedral de Santiago. Ferrol es un punto de partida, que duda cabe: De Ferrol han partido barcos desde que empezaron a hacerse, peregrinos desde que se encontró la tumba de Santiago el Mayor, ferrolanos desde que los marinos hicieron de la ciudad una de sus sedes. Hoy, se dice que hay 15.000 ferrolanos que viven dispersos por el mundo, e incluso hay quien asegura que se podría hacer un programa dedicado sólo a esos emigrantes que no se sabe por qué, hicieron de la canción de Santi Santos su himno y su filosofía de la vida. Yo ya marché y ya volví, y nunca juré que no lo haría. Vivir fuera es tal vez la mejor vacu

El tiempo que pasa, inexorable.

1. El Alvia.  Como si fuera un punto de fuga en un cuadro de Tintoretto lo primero que me atrajo aquella muy temprana mañana de verano, húmeda y lluviosa, fueron esas velas que recordaban la tragedia pasada hacía muy pocos días en Angrois. Yo estaba a punto de coger el mismo tren, el Alvia de Madrid, pero en el sentido inverso de la marcha. Reinaba cierta conmoción en la estación, pese a estar prácticamente vacía. Después de equivocarme de tren y estar a punto de acabar al otro extremo de España ocupé al fin mi asiento y me dispuse a disfrutar del viaje. A mí me encanta viajar en tren y ese trayecto era completamente nuevo para mí, ya que mi último viaje desde La Coruña fue por la vía antigua. El brusco descenso de la velocidad del convoy me indicó que ya estábamos llegando a la famosa curva y afiné mi atención. Como siempre cierto pudor me hizo dudar por un instante, pero al final la visión del punto exacto del desastre me hizo santiguarme y pedir en muda oración por las alma

El juego de la oca.

Bueno... ocas no he visto, pero patos hay mogollón. Efectivamente, la Ría de Ferrol se ha llenado de ánades reales (azulones) en un periodo de tiempo relativamente corto; quiero decir que antes no era tan habitual verlos acompañando a las gaviotas reidoras y a las argénteas. De unos años a esta parte nuestro Mare Nostrum lo tenemos en condominio con una serie de pajarracos que antes no eran tan habituales: Garzas reales, garcetas, cormoranes... y así hasta una treintena de especies con miles de ejemplares representándolas. Como sería excesivo enumerar todo lo que hay y como se llama os adjunto un enlace a una entrada del blog Bichos e demais familia ( http://bichosedemaisfamilia.blogspot.com/2015/01/ria-de-ferrol-censo-completo-y.html ) en el que su autor censa 29 especies de aves con un total de 4.766 individuos. Quiero señalar que la entrada es de 2015 y, por lo tanto, anterior a la puesta en marcha de la EDAR de Prioriño Chico: En la Ría no había depuración y ya tenía mayores den