Vaya por delante que, pese a que siempre hay un lugar para la crítica, me encantan los diarios que surgen sin apoyo, en los que se suele mostrar mucho más cariño que en los respaldados por grandes grupos de comunicación con sus vetustos diarios de papel. Y a mí también me encanta un periódico recién comprado, y me parecería fatal que cerraran, pero creo que van a quedar para bares y clubes sociales.
Porque muchas veces estos grandes diarios hablan de lo que a nadie importa, y eso es lo que hace años vengo advirtiendo: Que ha vuelto la prensa local, y esta vez para quedarse... aunque sea en forma de blog o página web.
Y es que entras en diarios regionales como La Voz de Galicia y ya se descantillan, pese a sus múltiples ediciones, y con El Correo Gallego y El Faro de Vigo pasa como pasaba antes con el ABC... y es que se dedican demasiado a su entorno inmediato. La deconstrucción de El Ideal Gallego en varios pequeños diarios es una buena idea, pero hay lunes y festivos... en los que informan lo mismo que el Washington Post.
Entonces ¿Para qué sirve realmente la prensa digital si todos los periódicos trabajan con agencias y hablan de lo mismo? Pues es muy sencillo: Los diarios digitales están poblados de los outsiders de la prensa generalista; y con outsiders me refiero a gente que, pese a tener una trayectoria dilatada que les permitiría predicar casi desde cualquier cabecera deciden no pasar por más aro que el suyo propio y, movidos a veces por su ego y a veces por principios, empiezan a buscar la verdad.
Cuando empezó la TDT se vio que había sido un error la democratización del espectro electromagnético, por lo que se maniobró para concentrar los canales en los mismos medios de comunicación que había previamente, pero como nadie es idiota se recurrieron leyes y sentencias hasta que ha llegado el apagón de unos cuantos canales que eran de los mismos que tenían otros cuantos pero que provenían de fusiones de los canales que nacieron sin respaldo, como la Sexta y Cuatro ¡Lo que son las cosas!
Hace unos años uno de los líderes de opinión más reputados del país opinó delante de mí que Público era una sana competencia para El País, y se equivocó de cabo a rabo, porque es un periódico que no hacía falta, lo que provocó que tras arrebatarle audiencia al anterior se hundiese y se llevara a esos náufragos en el naufragio.
Hay más ejemplos de diarios que nacieron para llenar huecos de público objetivo como La Gaceta de Intereconomía (que ha durado muy poco) y que tuvieron un cierto sustento de canales de la TDT.
Al final lo cierto es que todo esto ha motivado que en España se lea, aunque sea en invierno, y que se puedan contrastar las opiniones. Y aunque en general es más fácil encontrarte gente con ganas de guerrear que gente con ganas de esclarecer la verdad lo cierto es que las redes sociales y la prensa digital pueden lograr el sueño de los enciclopedistas, aunque sea a medio plazo.
Vamos, que dentro de unos años se estudiará nuestra era y se hablará de Internet como se habla de la imprenta cuando se estudia la edad moderna. Y yo, iluso como soy, creo que debemos abrir bien los ojos, porque nos a poco que nuestros jóvenes aprovechen la oportunidad nos encaminamos a un tiempo de prodigios.
Porque muchas veces estos grandes diarios hablan de lo que a nadie importa, y eso es lo que hace años vengo advirtiendo: Que ha vuelto la prensa local, y esta vez para quedarse... aunque sea en forma de blog o página web.
Y es que entras en diarios regionales como La Voz de Galicia y ya se descantillan, pese a sus múltiples ediciones, y con El Correo Gallego y El Faro de Vigo pasa como pasaba antes con el ABC... y es que se dedican demasiado a su entorno inmediato. La deconstrucción de El Ideal Gallego en varios pequeños diarios es una buena idea, pero hay lunes y festivos... en los que informan lo mismo que el Washington Post.
Entonces ¿Para qué sirve realmente la prensa digital si todos los periódicos trabajan con agencias y hablan de lo mismo? Pues es muy sencillo: Los diarios digitales están poblados de los outsiders de la prensa generalista; y con outsiders me refiero a gente que, pese a tener una trayectoria dilatada que les permitiría predicar casi desde cualquier cabecera deciden no pasar por más aro que el suyo propio y, movidos a veces por su ego y a veces por principios, empiezan a buscar la verdad.
Cuando empezó la TDT se vio que había sido un error la democratización del espectro electromagnético, por lo que se maniobró para concentrar los canales en los mismos medios de comunicación que había previamente, pero como nadie es idiota se recurrieron leyes y sentencias hasta que ha llegado el apagón de unos cuantos canales que eran de los mismos que tenían otros cuantos pero que provenían de fusiones de los canales que nacieron sin respaldo, como la Sexta y Cuatro ¡Lo que son las cosas!
Hace unos años uno de los líderes de opinión más reputados del país opinó delante de mí que Público era una sana competencia para El País, y se equivocó de cabo a rabo, porque es un periódico que no hacía falta, lo que provocó que tras arrebatarle audiencia al anterior se hundiese y se llevara a esos náufragos en el naufragio.
Hay más ejemplos de diarios que nacieron para llenar huecos de público objetivo como La Gaceta de Intereconomía (que ha durado muy poco) y que tuvieron un cierto sustento de canales de la TDT.
Al final lo cierto es que todo esto ha motivado que en España se lea, aunque sea en invierno, y que se puedan contrastar las opiniones. Y aunque en general es más fácil encontrarte gente con ganas de guerrear que gente con ganas de esclarecer la verdad lo cierto es que las redes sociales y la prensa digital pueden lograr el sueño de los enciclopedistas, aunque sea a medio plazo.
Vamos, que dentro de unos años se estudiará nuestra era y se hablará de Internet como se habla de la imprenta cuando se estudia la edad moderna. Y yo, iluso como soy, creo que debemos abrir bien los ojos, porque nos a poco que nuestros jóvenes aprovechen la oportunidad nos encaminamos a un tiempo de prodigios.
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