Parece ser que el número de ricos en España se ha incrementado en un 39% en los últimos diez años, lo que en principio a nadie debería molestar.
Por otra parte el número de parados se ha incrementado en un 100% en esos mismos diez años, lo cual debería molestar a todo el mundo con la posible excepción de parte de esos nuevos ricos que han aparecido en los últimos diez años.
Si estudiáramos la evolución del voto en España desde hace diez años nos daríamos cuenta de que entonces ganó las elecciones Zapatero (precisamente en ese mismo año 2004, sí) con sus magníficas ideas socialistas que no sé muy bien a qué contribuyeron, salvo a conseguir que su intención de voto pasara de cerca del 40% a cerca del 20%. Tal vez alguno se alegre de esto, pero no sé exactamente a quién podría hacerle feliz, ya que el descenso del PSOE beneficia a IU y partidos más a la izquierda, pero rara vez al Pp. Bueno, eso es: La caída del PSOE sólo alegra a la extrema izquierda.
En los últimos diez años el número de canales de televisión ha pasado a multiplicarse por cinco o seis, y el número de periódicos digitales y su audiencia ha crecido de forma tan exponencial que es difícil saber ya cuántos medios hay de cada diestra (o de cada siniestra, que tanto da).
El número de imputados por corrupción en los últimos diez años también se ha visto incrementado de forma notable, lo cual puede querer decir que somos más corruptos o que los jueces son más listos, o más trabajadores.
El número de inmigrantes también ha caído de forma espectacular, de forma que en los dos últimos años hemos perdido por primera vez en mucho tiempo población.
Y es que en los últimos diez años han pasado demasiadas cosas en el mundo y hemos entrado en un nuevo periodo de la Historia sin que nuestra escasa perspectiva nos permita darnos cuenta. Ignoro cuántos de los movimientos, primaveras, secesiones, consultas o revoluciones cuajarán, entre otras cosas porque creo que en breve veremos caídas tan sonadas como las de Egipto, Libia o Iraq (Sí: Me refiero a Cuba y Guinea Ecuatorial, entre otros regímenes) y que el avispero del Norte de África y Medio Oriente todavía tiene que darnos demasiados disgustos.
Pero también creo que vamos a ver como Chile, Paraguay, México, Brasil y Colombia van a dar un salto enorme. Y estoy convencido de que el Sur de África va a convertirse en un nodo cada vez más dinámico entre Oceanía y el Sudeste Asiático con América del Sur.
Y creo que antes de que pasen otros diez años tenemos que posicionarnos en el mundo. Y esta vez no me refiero a los de Ferrol, ni a los gallegos. Ni siquiera me refiero a los españoles o europeos. Estoy hablando de todos.
Estamos asistiendo atónitos a un cambio radical en el mundo, en sus equilibrios de poderes y en el reparto de los bienes. Os recomiendo que abráis los ojos y estéis atentos, porque va a seguir siendo un periodo apasionante.
Lo que en cierto modo explica que esta entrada la estén leyendo desde Estados Unidos, Rusia, China o Argentina... ¿Lo hubierais creído hace diez años?
Por otra parte el número de parados se ha incrementado en un 100% en esos mismos diez años, lo cual debería molestar a todo el mundo con la posible excepción de parte de esos nuevos ricos que han aparecido en los últimos diez años.
Si estudiáramos la evolución del voto en España desde hace diez años nos daríamos cuenta de que entonces ganó las elecciones Zapatero (precisamente en ese mismo año 2004, sí) con sus magníficas ideas socialistas que no sé muy bien a qué contribuyeron, salvo a conseguir que su intención de voto pasara de cerca del 40% a cerca del 20%. Tal vez alguno se alegre de esto, pero no sé exactamente a quién podría hacerle feliz, ya que el descenso del PSOE beneficia a IU y partidos más a la izquierda, pero rara vez al Pp. Bueno, eso es: La caída del PSOE sólo alegra a la extrema izquierda.
En los últimos diez años el número de canales de televisión ha pasado a multiplicarse por cinco o seis, y el número de periódicos digitales y su audiencia ha crecido de forma tan exponencial que es difícil saber ya cuántos medios hay de cada diestra (o de cada siniestra, que tanto da).
El número de imputados por corrupción en los últimos diez años también se ha visto incrementado de forma notable, lo cual puede querer decir que somos más corruptos o que los jueces son más listos, o más trabajadores.
El número de inmigrantes también ha caído de forma espectacular, de forma que en los dos últimos años hemos perdido por primera vez en mucho tiempo población.
Y es que en los últimos diez años han pasado demasiadas cosas en el mundo y hemos entrado en un nuevo periodo de la Historia sin que nuestra escasa perspectiva nos permita darnos cuenta. Ignoro cuántos de los movimientos, primaveras, secesiones, consultas o revoluciones cuajarán, entre otras cosas porque creo que en breve veremos caídas tan sonadas como las de Egipto, Libia o Iraq (Sí: Me refiero a Cuba y Guinea Ecuatorial, entre otros regímenes) y que el avispero del Norte de África y Medio Oriente todavía tiene que darnos demasiados disgustos.
Pero también creo que vamos a ver como Chile, Paraguay, México, Brasil y Colombia van a dar un salto enorme. Y estoy convencido de que el Sur de África va a convertirse en un nodo cada vez más dinámico entre Oceanía y el Sudeste Asiático con América del Sur.
Y creo que antes de que pasen otros diez años tenemos que posicionarnos en el mundo. Y esta vez no me refiero a los de Ferrol, ni a los gallegos. Ni siquiera me refiero a los españoles o europeos. Estoy hablando de todos.
Estamos asistiendo atónitos a un cambio radical en el mundo, en sus equilibrios de poderes y en el reparto de los bienes. Os recomiendo que abráis los ojos y estéis atentos, porque va a seguir siendo un periodo apasionante.
Lo que en cierto modo explica que esta entrada la estén leyendo desde Estados Unidos, Rusia, China o Argentina... ¿Lo hubierais creído hace diez años?
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