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Carta a la corporación municipal de Ferrol.

Lo creáis o no muchas veces la belleza se encuentra tan solo en el cuidado permanente. Efectivamente una persona que hace cierto ejercicio, se alimenta de forma saludable, duerme lo suficiente y no fuma ni bebe en exceso gana muchas veces en belleza y serenidad para aquellos que lo conocen.

Del mismo modo hay veces en los que te encuentras que un trozo de césped con un árbol y un banco se van imprimiendo en nuestro acervo como un eterno patio de recreo. Pero esa pátina que dan los años no es algo que no requiera esfuerzo; imaginemos una casa antigua en la que hemos cuidado que no crezcan malas hierbas en sus paredes, hemos blanqueado sus muros, repuesto las tejas o pintado las ventanas. Imaginemos también que hemos mantenido la hierba que la rodea, podado sus árboles, mantenido sus rosales... y tendremos ese pequeño paraíso soñado en el que nos sentimos bien, a gusto, tranquilos, serenos, plácidos, a veces incluso más allá de lo bonancible del momento.

¿Se quedará así la plaza de España?

Con las ciudades pasa lo mismo. En Ferrol tenemos la Plaza de Amboage, en la que sólo una pequeña esquina desmerece y desluce al total del conjunto. También tenemos la Plaza de Armas, en la que casi no se salva nada. Es obvio que los trecientos metros que las separan no han determinado la riqueza o pobreza de sus habitantes ni su formación o falta de ella. Tal vez lo único que las diferencie es que en una hay una iglesia más, el Tirso, y que el edificio público que la acompaña, el Hospicio, siempre fue el hermano pobre del patrimonio inmobiliario ferrolano.

Hoy nos encontramos en esta ciudad con que se pretende revalorizar el Hospicio -algo loable- y se habla de "adecentar" la plaza en la que ese desproporcionado pero ya nuestro ayuntamiento se enseñorea rodeado de baches, charcos y casas en ruinas. No soy yo de los que quiero denostar el trabajo de la actual corporación municipal, antes bien creo que sus pequeños logros han sido muy beneficiosos para la ciudad, especialmente la acción de promoción turística y las pequeñas pero muy necesarias reurbanizaciones. Pero me parece falto de valentía no afrontar la reforma de la plaza en la que se debería reflejar el resto de la urbe y empeñarse en reformar un edificio que lleva trescientos años formando parte de nuestra memoria colectiva.

¿Qué va a pasar con Ferrol Vello?

Yo ya creo en muy pocos políticos, por lo que no apelo a la honradez ni a la honestidad de los nuestros, sólo quiero apelar a la lógica: Si finalizan con tino el rebaje de la Avenida de las Pías y el nuevo barrio de O Bertón ensancha nuestra trama urbana, si consiguen que se finalice el saneamiento de la Ría y que de sus heridas surja una ciudad más hermosa en la que los barrios estén mejor conectados con paseos, avenidas o bulevares yo seré el primero que se lo alabe; pero tengan muy en cuenta que si ustedes quieren seguir viviendo de tan honorable trabajo como es regir la ciudad que los vio nacer y crecer, cosa que me parece maravillosa, entonces tengan en cuenta que la paciencia de sus conciudadanos se agota. Por que una cosa es asumir que las decisiones de Madrid están sujetas a múltiples intereses contrapuestos no sólo electoralistas, y otra muy distinta es que alguno de ustedes se vaya a creer el dueño de la ciudad.


¿Será verdad que tendremos un remozado paseo hasta la Malata?

Los ferrolanos tenemos muchísimos defectos, pero todo el mundo sabe que nunca hasta ahora hemos consentido que los políticos nos engañaran dos veces ¿Serán ustedes los primeros en repetir? De verdad que espero que si es así sea porque se lo merezcan.

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