A veces cambia un gobierno y llega otro nuevo y se queda un poco in albis de ideas que puedan contribuir al desarrollo de la ciudad. Yo quiero contribuir con mi pequeña aportación que a poca gente interesa salvo, quizá, al futuro alcalde.
En la Ensenada de La Malata, en Ferrol, existen una serie de instalaciones deportivas que, unidas al magnífico paseo marítimo y a las instalaciones de naútica deportiva de La Cabana, hacen que la ciudad tenga un polo de atracción para gran cantidad de aficionados a los sudores y el isostar, entre los que no me encuentro casi nunca.
Si empezáramos un paseo desde el Muelle de Curuxeiras, del que ya he hablado en otras ocasiones, hacia el Norte nos encontraríamos con un par de kilómetros de aceras descuidadas, árboles sin podar, jardines descuidados que discurren de forma paralela a la vía del tren... bastante concurridos por corredores, ciclistas, patinadores y paseantes.
Al empezar a diverger ambas infraestructuras atisbamos ese estadio con piscina y gimnasio, campos de césped artificial y piscinas de kayak-polo donde nuestros esforzado Racing hace historia ascendiendo y descendiendo de categoría cual submarino verde y blanco; tal vez no haya una metáfora más fidedigna de nuestra ciudad que nuestro amado equipo, esperemos que asciendan a Segunda este año de la mano.
La Feria de Muestras y sus pabellones multiusos, con su gran local de hostelería y su ruinoso aparcamiento, es el corazón de todo este complejo. En su trasera unas colinas artificiales de un verde fosforescente flanquean al Río de la Sardina, que espera ansioso a dejar de ser un vertedero y a que alguien retome la idea del gobierno de Irisarri de ponerlo en valor, sea éso lo que sea. En esta feria se celebra todos los años la feria hípica Equiocio, que atrae a cerca de 50.000 personas todos los años.
Siguiendo el paseo nos encontramos con las pistas cubiertas de pádel, las de tenis, la de atletismo (donde juega el equipo de rugby de la ciudad y, ya llegando al Sexto Pino, el descuidado pabellón que fue sede de un mundial y que asistió a la desaparición del mejor equipo de baloncesto que jamás hubo en Galicia. También se está cayendo, tampoco se ha mantenido. A decir del concejal saliente de urbanismo no se ha invertido en el mismo en los últimos veinte años; y el debe saberlo puesto que en ese periodo el estuvo ocho años al frente de la concejalía en cuestión.
ACLARACIÓN: El Sexto Pino es un mesón el que sirven unas tortillas orondas y jugosas, ruta habitual de gente no tan sana como la que pierde electrolitos pegada al mar. En estos sí me incluyo, en los de la tortilla.
Si seguimos hacia la Cabana por el paseo marítimo llegamos hasta el antiguo (y también descuidado) dique civil y hasta La Nave, la disco a la que nunca fui en los ochenta porque no me dejaban mis padres. No, en serio, era uno que se parece mucho a mí.
La unión de todo este frente marítimo, donde se va a construir un puente para unir por ferrocarril los puertos exterior e interior, merece el máximo esfuerzo inversor. Habilitando zonas verdes y de aparcamiento, favoreciendo un transporte público eficaz, permeabilizando esta zona con el Muelle, Canido y Serantes mediante la ampliación y ordenación de todas las vías circundantes y dedicando los fondos necesarios para su mantenimiento es como podremos sentirnos orgullosos de algo.
Inventar una ciudad del deporte en una zona sin población como es el Bertón, a poca más de mil metros de las instalaciones de Caranza es algo innecesario, poco práctico y que a la larga puede suponer un tapón urbanísitico en una zona que pretende convertirse en el gran bulevar de entrada a la ciudad.
Sirvan estas líneas para decirle al futuro alcalde de Ferrol que, además de dejar de invertir en la Semana Santa (cosa muy demandada por la ciudadanía) puede proponer algo que no sea ideológico y que a lo mejor hace que alguien piense que no es un sectario.
PD: La Voz de Galicia, en su edición de Ferrol, no ha publicado un comentario mío acerca del tan laico y progre anunco del alcalde de que no va a subvencionar actos religiosos porque son privados. No me importa, ya lo digo aquí: Los actos religiosos son privados o públicos, las procesiones atraen cientos de miles de visitantes, los locales de hostelería sí son privados, y el estado español es aconfesional... pero sus ciudadnaos tienen creencias. Me alegro de saber que usted, con la mitad de votos que el alcalde saliente, sólo pretende gobernar una legislatura. Le aseguro que nos lo vamos a pasar bien.
En la Ensenada de La Malata, en Ferrol, existen una serie de instalaciones deportivas que, unidas al magnífico paseo marítimo y a las instalaciones de naútica deportiva de La Cabana, hacen que la ciudad tenga un polo de atracción para gran cantidad de aficionados a los sudores y el isostar, entre los que no me encuentro casi nunca.
Si empezáramos un paseo desde el Muelle de Curuxeiras, del que ya he hablado en otras ocasiones, hacia el Norte nos encontraríamos con un par de kilómetros de aceras descuidadas, árboles sin podar, jardines descuidados que discurren de forma paralela a la vía del tren... bastante concurridos por corredores, ciclistas, patinadores y paseantes.
Al empezar a diverger ambas infraestructuras atisbamos ese estadio con piscina y gimnasio, campos de césped artificial y piscinas de kayak-polo donde nuestros esforzado Racing hace historia ascendiendo y descendiendo de categoría cual submarino verde y blanco; tal vez no haya una metáfora más fidedigna de nuestra ciudad que nuestro amado equipo, esperemos que asciendan a Segunda este año de la mano.
La Feria de Muestras y sus pabellones multiusos, con su gran local de hostelería y su ruinoso aparcamiento, es el corazón de todo este complejo. En su trasera unas colinas artificiales de un verde fosforescente flanquean al Río de la Sardina, que espera ansioso a dejar de ser un vertedero y a que alguien retome la idea del gobierno de Irisarri de ponerlo en valor, sea éso lo que sea. En esta feria se celebra todos los años la feria hípica Equiocio, que atrae a cerca de 50.000 personas todos los años.
Siguiendo el paseo nos encontramos con las pistas cubiertas de pádel, las de tenis, la de atletismo (donde juega el equipo de rugby de la ciudad y, ya llegando al Sexto Pino, el descuidado pabellón que fue sede de un mundial y que asistió a la desaparición del mejor equipo de baloncesto que jamás hubo en Galicia. También se está cayendo, tampoco se ha mantenido. A decir del concejal saliente de urbanismo no se ha invertido en el mismo en los últimos veinte años; y el debe saberlo puesto que en ese periodo el estuvo ocho años al frente de la concejalía en cuestión.
ACLARACIÓN: El Sexto Pino es un mesón el que sirven unas tortillas orondas y jugosas, ruta habitual de gente no tan sana como la que pierde electrolitos pegada al mar. En estos sí me incluyo, en los de la tortilla.
Si seguimos hacia la Cabana por el paseo marítimo llegamos hasta el antiguo (y también descuidado) dique civil y hasta La Nave, la disco a la que nunca fui en los ochenta porque no me dejaban mis padres. No, en serio, era uno que se parece mucho a mí.
La unión de todo este frente marítimo, donde se va a construir un puente para unir por ferrocarril los puertos exterior e interior, merece el máximo esfuerzo inversor. Habilitando zonas verdes y de aparcamiento, favoreciendo un transporte público eficaz, permeabilizando esta zona con el Muelle, Canido y Serantes mediante la ampliación y ordenación de todas las vías circundantes y dedicando los fondos necesarios para su mantenimiento es como podremos sentirnos orgullosos de algo.
Inventar una ciudad del deporte en una zona sin población como es el Bertón, a poca más de mil metros de las instalaciones de Caranza es algo innecesario, poco práctico y que a la larga puede suponer un tapón urbanísitico en una zona que pretende convertirse en el gran bulevar de entrada a la ciudad.
Sirvan estas líneas para decirle al futuro alcalde de Ferrol que, además de dejar de invertir en la Semana Santa (cosa muy demandada por la ciudadanía) puede proponer algo que no sea ideológico y que a lo mejor hace que alguien piense que no es un sectario.
PD: La Voz de Galicia, en su edición de Ferrol, no ha publicado un comentario mío acerca del tan laico y progre anunco del alcalde de que no va a subvencionar actos religiosos porque son privados. No me importa, ya lo digo aquí: Los actos religiosos son privados o públicos, las procesiones atraen cientos de miles de visitantes, los locales de hostelería sí son privados, y el estado español es aconfesional... pero sus ciudadnaos tienen creencias. Me alegro de saber que usted, con la mitad de votos que el alcalde saliente, sólo pretende gobernar una legislatura. Le aseguro que nos lo vamos a pasar bien.
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