Vuelvo, como el Almendro, a casa por Navidad. Por fin visito EXPONAV y la nueva sede del Museo de la Naturaleza. Regreso al Parque Reina Sofía, visito los nuevos jardines de San Francisco, vuelvo a la Plaza de España y a Amboage...
A veces parece que las buenas intenciones son sobrepasadas por la carencia de recursos intelectuales, y no quiero buscar quejas ni adjudicar los errores a protagonistas puntuales o a políticos de uno u otro signo, trataré de ser objetivo por si alguno quiere conocer Ferrol y crítico por si alguno tiene responsabilidades en la gestión de lo público.
Nos acercamos al parque con una caterva dispuesta a ver los pavos, encamados ya en las copas protectores de los árboles por lo tardío de nuestra visita; el recinto está mejor, con accesos más francos y saneado en su mayoría... y la reforma ha sido inmovilista, sigue igual de vacío y no es lugar de paso como se pretendía; el porqué está claro: Sigue mal iluminado, no han modificado la configuración, los senderos siguen siendo los mismos, Aquaciencia (el recinto pedagógico que alberga su interior) sigue descuidado, con atracciones rotas y con unos horarios incomprensibles) y el hecho de que el clima de Ferrol sea atlántico hace que la nueva cafetería no instale su terraza y se convierta en un bar que desde la entrada parece cerrado. ¿Y tiene solución? Pues seguramente un poco más de luz, un espacio para los niños a cubierto -iluminado y con columpios, preferiblemente- y carteles indicativos que indiquen lo que ofrece el recinto aportarían mucho al conjunto. También habría sido una mejora notoria que hubiera una especie de circuito para corredores, ahora que son legión, y teniendo en cuenta que estos tienen otros horarios que los niños dudo que interfirieran entre ellos (con un circuito me refiero solamente a que haya un espacio continuo en el que esté marcadas las distancias, no a que tengan que modificar nada).
EXPONAV ha sido una gratísima sorpresa en cuanto e recinto y no tanto en cuanto al contenido. Me explico en lo referido a los fondos expuestos: Por momentos no queda muy claro a qué público está referido, porque o es un espacio interactivo, o es profesional o está dedicado al público en general, en cualquier caso es de lo mejor que hacer en Ferrol y los dos euros de la entrada están más que bien pagados. Yo, que soy así de pesado, les recomendaría que entregaran un cuestionario de satisfacción, lo que en los lugares dedicados a atraer visitantes suele ser de gran ayuda.
Con el Museo de la Naturaleza el problema es bien otro: Lo cuidado del marco de EXPONAV contrasta con la humildad (que no falta de ganas) del espacio que la Sociedad Galega de Historia Natual dedica a difundir el entorno y su protección ¿Le pongo peros? Por supuesto:La fachada cubierta por un andamio, el ascensor estropeado, la apariencia general de mudanza... pero ese no es el problema, pues se ve a las claras que están en ello:El problema es que todo esté en un gallego que hasta para los que lo hemos estudiado en el colegio nos cuesta entender. Yo entiendo que cada uno defienda su ideología cuando hay debate político, pero quizá este tufillo a "normalización oficial" es lo que provoque que en un festivo lluvioso en Ferrol sólo visitáramos el museo los miembros de mi familia que yo mismo convoqué. ¿Queremos atraer visitantes? Pues no creo que cueste tanto rotular también en castellano e inglés, a no ser que sea un museo exclusivamente para gallego-parlantes, que también puede ser. En cualquier caso entrar en una sala y encontrarse un esqueleto de casi veinte metros de largo ya merece una visita que además es gratuita, además de otras curiosidades que no os desvelo por si algún día decidís visitarlo.
Pero en el fondo lo que veo es que lo que le hace falta a muchos es un sopapo (figurado, por supuesto) y dejar de pensar en cómo dejo mi impronta en algo que ya existe y tratar de idear algo nuevo. EXPONAV va por ese camino, el Museo de la Naturaleza fue en su momento, pero no caigamos en lo que les pasa a las obras en Ferrol: Cambiar algo que lleva doscientos años evolucionando tiene que tener un objetivo, que no cumplen la Plaza de España ni los jardines de San Francisco.
Sí, porque restaurar el Parque o el Cantón de Molins es arreglar lo que está roto, pero remodelar significa cambiar el modelo, cosa que no ha conseguido ninguna de las reformas emprendidas con esa lluvia de millones que llego de Europa y que ha servido para lavar caras, pero no para desbrozar, descubrir, cambiar tramas urbanas... voy a lanzar mi propuesta para 2016, que sé que es estúpida, infantil y que no se va a hacer: Las escaleras de la Cuesta de Mella tienen que ser sometidas a una gran transformación, convocar un concurso de ideas, someterlo a exposición pública, buscar el consenso de la ciudadanía con los grupos políticos, mejorar la accesibilidad entre Argüelles, Ferrol Vello y la Magdalena, conseguir que San Francisco sea un nodo y no un obstáculo, indicar que Ferrol es ciudad jacobea y Camino en si mismo, aprovechar esa gran terraza-mirador y empezar por las cosas pequeñas, que suele ser más eficaz que empezar por las grandes.
Y con esto no quiero unirme a los pesimistas que critican las nuevas estatuas, los nuevos pavimentos, los nuevos cierres... a mí me encanta cuando arreglan las cosas, pero a veces se echa en falta imaginación, que es la que le han echado aquellos que no se han rendido y han remodelado sus locales, abierto nuevos negocios, promovido actuaciones para atraer clientes.
Nada está perdido, porque hay jóvenes con redaños y con ganas de hacer cosas, espero que alguno de ellos nos dirija pronto hacia un sitio más lógico que el que ahora vivimos, disfrutamos y sufrimos.
A veces parece que las buenas intenciones son sobrepasadas por la carencia de recursos intelectuales, y no quiero buscar quejas ni adjudicar los errores a protagonistas puntuales o a políticos de uno u otro signo, trataré de ser objetivo por si alguno quiere conocer Ferrol y crítico por si alguno tiene responsabilidades en la gestión de lo público.
Nos acercamos al parque con una caterva dispuesta a ver los pavos, encamados ya en las copas protectores de los árboles por lo tardío de nuestra visita; el recinto está mejor, con accesos más francos y saneado en su mayoría... y la reforma ha sido inmovilista, sigue igual de vacío y no es lugar de paso como se pretendía; el porqué está claro: Sigue mal iluminado, no han modificado la configuración, los senderos siguen siendo los mismos, Aquaciencia (el recinto pedagógico que alberga su interior) sigue descuidado, con atracciones rotas y con unos horarios incomprensibles) y el hecho de que el clima de Ferrol sea atlántico hace que la nueva cafetería no instale su terraza y se convierta en un bar que desde la entrada parece cerrado. ¿Y tiene solución? Pues seguramente un poco más de luz, un espacio para los niños a cubierto -iluminado y con columpios, preferiblemente- y carteles indicativos que indiquen lo que ofrece el recinto aportarían mucho al conjunto. También habría sido una mejora notoria que hubiera una especie de circuito para corredores, ahora que son legión, y teniendo en cuenta que estos tienen otros horarios que los niños dudo que interfirieran entre ellos (con un circuito me refiero solamente a que haya un espacio continuo en el que esté marcadas las distancias, no a que tengan que modificar nada).
EXPONAV ha sido una gratísima sorpresa en cuanto e recinto y no tanto en cuanto al contenido. Me explico en lo referido a los fondos expuestos: Por momentos no queda muy claro a qué público está referido, porque o es un espacio interactivo, o es profesional o está dedicado al público en general, en cualquier caso es de lo mejor que hacer en Ferrol y los dos euros de la entrada están más que bien pagados. Yo, que soy así de pesado, les recomendaría que entregaran un cuestionario de satisfacción, lo que en los lugares dedicados a atraer visitantes suele ser de gran ayuda.
Con el Museo de la Naturaleza el problema es bien otro: Lo cuidado del marco de EXPONAV contrasta con la humildad (que no falta de ganas) del espacio que la Sociedad Galega de Historia Natual dedica a difundir el entorno y su protección ¿Le pongo peros? Por supuesto:La fachada cubierta por un andamio, el ascensor estropeado, la apariencia general de mudanza... pero ese no es el problema, pues se ve a las claras que están en ello:El problema es que todo esté en un gallego que hasta para los que lo hemos estudiado en el colegio nos cuesta entender. Yo entiendo que cada uno defienda su ideología cuando hay debate político, pero quizá este tufillo a "normalización oficial" es lo que provoque que en un festivo lluvioso en Ferrol sólo visitáramos el museo los miembros de mi familia que yo mismo convoqué. ¿Queremos atraer visitantes? Pues no creo que cueste tanto rotular también en castellano e inglés, a no ser que sea un museo exclusivamente para gallego-parlantes, que también puede ser. En cualquier caso entrar en una sala y encontrarse un esqueleto de casi veinte metros de largo ya merece una visita que además es gratuita, además de otras curiosidades que no os desvelo por si algún día decidís visitarlo.
Pero en el fondo lo que veo es que lo que le hace falta a muchos es un sopapo (figurado, por supuesto) y dejar de pensar en cómo dejo mi impronta en algo que ya existe y tratar de idear algo nuevo. EXPONAV va por ese camino, el Museo de la Naturaleza fue en su momento, pero no caigamos en lo que les pasa a las obras en Ferrol: Cambiar algo que lleva doscientos años evolucionando tiene que tener un objetivo, que no cumplen la Plaza de España ni los jardines de San Francisco.
Sí, porque restaurar el Parque o el Cantón de Molins es arreglar lo que está roto, pero remodelar significa cambiar el modelo, cosa que no ha conseguido ninguna de las reformas emprendidas con esa lluvia de millones que llego de Europa y que ha servido para lavar caras, pero no para desbrozar, descubrir, cambiar tramas urbanas... voy a lanzar mi propuesta para 2016, que sé que es estúpida, infantil y que no se va a hacer: Las escaleras de la Cuesta de Mella tienen que ser sometidas a una gran transformación, convocar un concurso de ideas, someterlo a exposición pública, buscar el consenso de la ciudadanía con los grupos políticos, mejorar la accesibilidad entre Argüelles, Ferrol Vello y la Magdalena, conseguir que San Francisco sea un nodo y no un obstáculo, indicar que Ferrol es ciudad jacobea y Camino en si mismo, aprovechar esa gran terraza-mirador y empezar por las cosas pequeñas, que suele ser más eficaz que empezar por las grandes.
Y con esto no quiero unirme a los pesimistas que critican las nuevas estatuas, los nuevos pavimentos, los nuevos cierres... a mí me encanta cuando arreglan las cosas, pero a veces se echa en falta imaginación, que es la que le han echado aquellos que no se han rendido y han remodelado sus locales, abierto nuevos negocios, promovido actuaciones para atraer clientes.
Nada está perdido, porque hay jóvenes con redaños y con ganas de hacer cosas, espero que alguno de ellos nos dirija pronto hacia un sitio más lógico que el que ahora vivimos, disfrutamos y sufrimos.
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