Ir al contenido principal

El Hospital de Caridad.

En este mundo no todo se trata de tener algo bueno y enseñarlo, ni siquiera se trata de hacer grandes inversiones. La mayoría de las veces la clave del éxito está en pequeños detalles que van más allá de ver que el emperador está desnudo, y si se puede hay que decirlo.
Entrada al Hospital de Caridad, hoy Torrente Ballester.

El Hospital de Caridad es un edificio imponente, que se ha descontextualizado en su contenido, se ha restaurado de forma poco ambiciosa y que está mal gestionado porque le han dado un bólido a un carretero y no sabe muy bien qué hacer con él.
Lo visito una heladora tarde abrileña que por la temperatura parece de febrero. Como ya es habitual en Ferrol, se diría que ha caído un rayo desintegrador que ha fulminado a la población; en su ya desacralizada capilla, Amnistía Internacional trata de convencer a sus quince adeptos de lo que ya están convencidos, supongo que con todo éxito.

Más allá del contenido (dos exposiciones de pintura y una de fotografía) el problema es la actitud que se respira: Pocas cosas, la mayoría sin rotular, poco contexto, un cartel a la entrada -sólo en gallego-  indica qué albergaba el edificio antes de ser "un contenedor cultural". Unas obras colgadas sin ton ni son en una pared, trozos inconexos, vacíos inexplicables y mucho izquierdismo cultureta, de esos que parece expresamente pensado para ahuyentar a la mayor parte de la población, que es esa que puede ejecutar acciones cotidianas como por ejemplo ir al baño sin pensar en la lucha de clases ni en el "progreso"... los que quieren distraerse y ser felices, vamos.
Y ahí está precisamente el problema: Hay que militar, y eso hace que en el libro de visitas pongan por las nubes sin ningún pudor a un fotógrafo  (supongo que de su cuerda) que repite un concepto cincuenta veces , porque seguramente siendo de los suyos, con eso llega.
Yo no estoy en contra, líbreme Dios, de dar un espacio a esos autoproclamados creadores o artistas, que tratan de abrirse camino con propuestas más o menos afortunadas, ni siquiera niego la plasticidad de la obra expuesta, pero cuando no hay costumbrismo, denuncia, discurso, mensaje o algo más allá de una técnica se suele llamar artesanía, no arte, y pese a ser la artesanía una actividad humana el hecho de que un fotógrafo sepa hacer y retocar fotos (más con los medios actuales) tampoco me parece que justifique mucho más que un escaparate de un establecimiento del gremio.
Exposición de fotografía.

Pero más allá de eso está el Hospital, omnipresente en los sillares, los ladrillos o las bóvedas, con su eviternidad más allá de un coyuntural papel muy acorde con los tiempos que corren. Me parece bien el uso que se le da, y creo haber leído que ciertos problemas estructurales impiden que se convierta en ese reclamado museo de la ciudad, pero me apena contemplar como se enseñorean de los edificios públicos personajes emergentes que dudo que algún día dejen una impronta digna de mencionarse ni en los folletos locales.
Patio del Hospital


Mención aparte merecen las otras dos exposiciones: El futuro germen del museo no da para mucho, con pocas obras y de escaso valor en su mayoría: Formatos medios, paisajes, poca técnica... nada que vaya a atraer mucho más que esporádicas visitas de escolares o familiares de los autores; que difícilmente atraerá estudiosos y que jamás convocará al gran público.

Dos de las obras que serán parte del futuro museo de la ciudad.

Otra cosa es la exposición de los fondos de Collado, entre los que sí hay obras dignas de mención, como Adán y Eva o Pescantinas, en los que ya se ve al autor maduro y maestro en técnica y composición.
A mi Collado me gusta, como estas Pescantinas.

Pero yo no quiero parecer negativo, porque no lo soy: A mí me encanta el centro, y que se hagan exposiciones, y que haya fondos permanentes, sólo que agradecería que en vez de dedicar sus neuronas en quitar los carteles homófobos de los cuartos de baño para poner que son mixtos, adecentasen los laterales, el exterior y la plaza en general, que dieran vida al conjunto y que tengamos algo más de lo que sentirnos orgullosos. al fin y al cabo el hospital está a medio camino entre esa Magdalena dormida y ese Canido despierto que el día que se junten no harán más que hacernos sonreír.
Parte trasera del Hospital de Caridad, abierta en horario restringido y con partes necesitadas de atención.

Comentarios

Entradas populares de este blog

He vuelto a subir a Chamorro.

Todos los años he intentado subir a Chamorro en primavera, para permitir a mis sentidos relajarse y, muy especialmente, para permitir a mi vista recrearse con un paisaje finito pero inmenso que acerca a toda la tierra de Trasancos a esa especia de laguna que es desde sus alturas la Ría de Ferrol. Chamorro en los años 60. Fuente http:/visionesdeferrolterra.blogspot.com.es/ Los años no me han dado una inteligencia especial ni una madurez digna de considerarse plena; la inmensa marea de todo lo que desconozco, empero, no ha hecho mella en mi deseo de intentar llevar mis conocimientos cada vez un poco más lejos. Chamorro para mí es un pequeño mundo desde que mi padre nos llevaba allí a desfogarnos brincando entre sus rocas hasta la cima del Pico de Loro. Cuando consigues llegar hasta allí y no está atestado de jóvenes enamoriscados que se regalan sus primeros besos te pones por encima de los problemas: Puedes intentar reconocer sitios o dejarte llevar, sentarte en una piedra mirando

En el Siglo XVIII.

En el Siglo XVIII -o en el XIX, que tanto da- los ciudadanos españoles vivían de una forma diferente a la que vivimos nosotros ¿A qué sí? Pues es cierto: No había suministro de luz eléctrica, depuración, ferrocarril, automóviles, internet o teléfono. Así se proyectó Ferrol (Fuente http://ferrolbello.blogspot.com.es/ ) En Ferrol, en aquellos tiempos y reinando Carlos III, se decidió construir un barrio totalmente nuevo para dar cabida al crecimiento de la población generado por todo aquello que hace de Ferrol lo que hoy es: La decisión de Felipe V en 1726 de que se instalasen en Ferrol los astilleros del norte de España y se convirtiera en capital de Departamento Marítimo y la de Fernando VI en 1749 de que en Esteiro se construyeran los definitivos generaron una trama urbana racionalista y moderna que, tras una serie de vicisitudes económicas que impidieron que todas las casas fuesen porticadas, fue construida a partir de los años sesenta del Siglo XVIII bajo la dirección del in

El castro de Lobadiz.

Desde la primera vez que viví fuera, allá por mis primeros años de universidad, empezaba a sentir un nerviosismo por estas fechas debido a la proximidad de la Semana Santa ferrolana que ya hace muchos años que dejó de ser algo local para convertirse en un evento cada vez con menos fronteras. Porque es cierto que una vez alcanzada la declaración de interés turístico internacional nuestra Pasión convierte al viejo barrio de La Magdalena en un incesante ir y venir de foráneos y de retornados que no quieren perderse la que es sin duda la semana más animada de la ciudad; este año coincide con la celebración de las Pepitas, lo que puede atraer a visitantes (lo dudo) pero que sobre todo puede servir para promocionar ese ya centenario evento que sólo se celebra en nuestras tierras. Además Equiocio, ese salón del caballo tan inesperado cuando se inició hace casi veinte años y tan nuestro hoy en día, atraerá a gente del mundo ecuestre y animará aun más las calles a partir del día 24 de Marzo...

Algo huele a podrido en Curuxeiras

Enhorabuena por esos trece millones largos de toneladas, cómo no... y por los cruceros. Y hasta aquí puedo leer. La Autoridad Portuaria de Ferrol-San Ciprián publica noticias optimistas con una asiduidad que para sí quisieran las empresas privadas; siempre tienen algún dato positivo que mostrar y eso es bueno para la ciudad y el entorno ¿No? Bueno, pues yo creo que es un disparate y un ejemplo de oscurantismo, y voy por partes: 1º A su presidente lo nombra la administración autonómica (concretamente la Consejería de Mar y Medio Rural de la Junta de Galicia) siguiendo el criterio de nombrar a quién le dé la gana. Desde 2013 el cargo lo desempeña José Manuel Vilariño Anca, que hasta ese momento era coordinador de la Xunta en Ferrol y concejal del Partido Popular en el ayuntamiento. Este señor es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Santiago, tiene el título de profesor diplomado en EGB en la especialidad de Ciencias Humanas, y fue profesor en vario

Otra vez el campus, nuestro estratégico haz de luz.

Como ya he escrito tantas veces considero que tener un Campus de la Universidad de la Coruña en una ciudad del tamaño de Ferrol podría ser estratégico si se consiguiese que el tejido productivo estableciese relaciones de colaboración con el mismo; actualmente creo que por ese lado estamos cubiertos: El Vicerrectorado, Navantia, la Armada y el resto  de actores implicados en lo que se ha venido llamando el Campus Industrial -aun pendiente de inversiones y acciones para consolidarse- van a hacer todo lo posible por generar sinergias que redundarán directamente en la creación de empleo de calidad, máxime cuando parece que por fin se ha tomado la decisión de potenciar la formación profesional en aquellas familias más presentes en la zona de influencia. Ahora, además, vamos a ver nacer nuevas titulaciones relacionadas con la industria que seguramente en el medio plazo atraerán más alumnos y consolidarán la oferta educativa, que empieza a impartirse de forma bilingüe en castellano e inglés