Ya os he contado antes que en Ferrol hay un castro celta precioso que está situado en una península rodeada de un pinar de ensueño, orientado al poniente y con unas vistas al Atlántico prodigiosas, mejores que las de cualquier banco que yo haya visitado. El único problema es que nadie lo quiere excavar; bueno, eso no es cierto: El único problema es que las administraciones no tienen ninguna intención de financiar ni su excavación ni nada de nada que tenga que ver con él.
Corren por ahí leyendas varias de joyas de oro halladas a ras del suelo, de expolios más o menos recientes y no sé cuántas cosas más ¿Pero realmente importa? Lo verdaderamente importante lo intentaré explicar con un símil: Si tuviéramos una mina de oro enterrada invertiríamos en ella para extraer el precioso mineral, así como adecuamos nuestras instalaciones portuarias para recibir visitas y nos congratulamos de que entre veinte y cuarenta mil turistas desembarquen en nuestra dársena y alivien al menos en parte la economía de comerciantes y hosteleros.
Aunque ya lo he explicado en otras ocasiones creo importante mencionar que los turistas, además de ingerir productos y adquirir bienes, se desplazan. Con esto volvemos al ciclo económico que más de una vez he mencionado: Si un visitante se toma un vino con una tapa ha generado un movimiento económico en el local de hostelería, en el que le suministra el producto y en el que lo produce, además de en la cadena de transporte y en el suministro de combustibles, lubricantes e incluso vehículos.
Un sector turístico sano es como una cadena trófica en la que los desequilibrios entre eslabones generan a su vez fallos en el sistema; si analizamos lo que pasa cuando viajamos comprobaremos en nuestro bolsillo qué gastos generan o pueden generar nuestras actividades de ocio, que enumero someramente:
- Compra de billetes si usamos medios colectivos.
- Repostaje de vehículo si usamos medios particulares.
- En su caso alquiler de vehículos con o sin conductor.
- Compra de entradas a atracciones.
- Pago a guías turísticos.
- Alojamiento.
- Manutención.
- Compra de recuerdos/productos típicos.
A su vez, y para que nosotros disfrutemos de nuestro viaje, se pueden crear empleos -normalmente se necesitan- en los siguientes nichos:
- Empleados en agencias de viajes.
- Empleados de estaciones de servicio.
- Empleados en empresas de alquiler.
- Conductores de transportes colectivos o individuales.
- Personal de recepción en atracciones.
- Personal de mantenimiento, conservación y gestión.
- Personal de seguridad.
- Guías turísticos.
- Camareros, cocineros, sumilleres, jefes de sala.
- Recepcionistas, camareros y botones de hotel.
- Personal de mantenimiento, cocina y limpieza de hotel.
- Vendedores.
- Productores.
- Artesanos.
De forma subsidiaria -aunque ya sería demasiado enumerar- tendría que tenerse en cuenta que todos los sectores económicos mejoran con una buena demanda; no importa que hablemos de médicos, leñadores o fabricantes de abono ya que todo está interconectado siempre que se dé un requisito indispensable: Que haya visitantes. ¡Oh, vaya! ¿Y cómo los atraemos?
El Castro de Santa Tecla, en el municipio de La Guardia (Pontevedra) atrae por si mismo a más visitantes al año que la Catedral de Santiago, siendo el monumento más visitado de Galicia que no guarde relación directa con los caminos de Santiago. Hay que pagar para acceder al mismo y no se puede llegar en vehículo. La Guardia, sin embargo, no tiene otros atractivos turísticos de especial interés.
Ferrol atrae a cerca de un cuarto de millón de habitantes durante la Semana Santa, más de 20.000 cruceristas y tiene una planta hotelera suficiente para sostener grandes afluencias en las temporadas altas de ocupación. Tiene cuatro playas con bandera azul que rodean al pinar donde se ubica el castro, un expediente abierto para conseguir el reconocimiento del patrimonio industrial de la Ilustración como Patrimonio Mundial, una Ruta de la Construcción Naval, varios museos, el Modernismo de Ucha... no quiero extenderme y ni siquiera voy a mencionar otras joyas de la comarca que atraen por si mismas a decenas de miles de visitantes (Fragas del Eume, San Andrés de Teixido, Playa de las Catedrales...) ¿No creéis que merece la pena siquiera intentar un desbroce, una señalización y una adecuación de los senderos peatonales que conducen al Castro de Lobadiz? ¿No pensáis que los locales de hostelería de Doniños se verían beneficiados? ¿No pensáis que aumentaría el número total de visitas y fidelizaría a las ya existentes? ¿No creéis que sería una actividaad complementaria ideal para nuestros hijos? Y sobre todo: ¿No pensáis que todas las administraciones públicas deberían aportar su grano de arena para que sacáramos a la luz unos restos que llevan cerca de dos mil años esperando a contarnos un poco más acerca de nuestro origen?
Pues si así lo pensáis os recomiendo que hagáis lo posible por difundir su existencia, por visitar sus alrededores, por respetar su integridad... y también por pedirle a los políticos que nos representan que tomen medidas cuanto antes, porque no me cabe ninguna duda de que los réditos serán inmediatos y duraderos.
Playa de Lóbadiz, a la izquierda el castro. |
Aunque ya lo he explicado en otras ocasiones creo importante mencionar que los turistas, además de ingerir productos y adquirir bienes, se desplazan. Con esto volvemos al ciclo económico que más de una vez he mencionado: Si un visitante se toma un vino con una tapa ha generado un movimiento económico en el local de hostelería, en el que le suministra el producto y en el que lo produce, además de en la cadena de transporte y en el suministro de combustibles, lubricantes e incluso vehículos.
Un sector turístico sano es como una cadena trófica en la que los desequilibrios entre eslabones generan a su vez fallos en el sistema; si analizamos lo que pasa cuando viajamos comprobaremos en nuestro bolsillo qué gastos generan o pueden generar nuestras actividades de ocio, que enumero someramente:
- Compra de billetes si usamos medios colectivos.
- Repostaje de vehículo si usamos medios particulares.
- En su caso alquiler de vehículos con o sin conductor.
- Compra de entradas a atracciones.
- Pago a guías turísticos.
- Alojamiento.
- Manutención.
- Compra de recuerdos/productos típicos.
A su vez, y para que nosotros disfrutemos de nuestro viaje, se pueden crear empleos -normalmente se necesitan- en los siguientes nichos:
- Empleados en agencias de viajes.
- Empleados de estaciones de servicio.
- Empleados en empresas de alquiler.
- Conductores de transportes colectivos o individuales.
- Personal de recepción en atracciones.
- Personal de mantenimiento, conservación y gestión.
- Personal de seguridad.
- Guías turísticos.
- Camareros, cocineros, sumilleres, jefes de sala.
- Recepcionistas, camareros y botones de hotel.
- Personal de mantenimiento, cocina y limpieza de hotel.
- Vendedores.
- Productores.
- Artesanos.
De forma subsidiaria -aunque ya sería demasiado enumerar- tendría que tenerse en cuenta que todos los sectores económicos mejoran con una buena demanda; no importa que hablemos de médicos, leñadores o fabricantes de abono ya que todo está interconectado siempre que se dé un requisito indispensable: Que haya visitantes. ¡Oh, vaya! ¿Y cómo los atraemos?
El Castro de Santa Tecla, en el municipio de La Guardia (Pontevedra) atrae por si mismo a más visitantes al año que la Catedral de Santiago, siendo el monumento más visitado de Galicia que no guarde relación directa con los caminos de Santiago. Hay que pagar para acceder al mismo y no se puede llegar en vehículo. La Guardia, sin embargo, no tiene otros atractivos turísticos de especial interés.
Ferrol atrae a cerca de un cuarto de millón de habitantes durante la Semana Santa, más de 20.000 cruceristas y tiene una planta hotelera suficiente para sostener grandes afluencias en las temporadas altas de ocupación. Tiene cuatro playas con bandera azul que rodean al pinar donde se ubica el castro, un expediente abierto para conseguir el reconocimiento del patrimonio industrial de la Ilustración como Patrimonio Mundial, una Ruta de la Construcción Naval, varios museos, el Modernismo de Ucha... no quiero extenderme y ni siquiera voy a mencionar otras joyas de la comarca que atraen por si mismas a decenas de miles de visitantes (Fragas del Eume, San Andrés de Teixido, Playa de las Catedrales...) ¿No creéis que merece la pena siquiera intentar un desbroce, una señalización y una adecuación de los senderos peatonales que conducen al Castro de Lobadiz? ¿No pensáis que los locales de hostelería de Doniños se verían beneficiados? ¿No pensáis que aumentaría el número total de visitas y fidelizaría a las ya existentes? ¿No creéis que sería una actividaad complementaria ideal para nuestros hijos? Y sobre todo: ¿No pensáis que todas las administraciones públicas deberían aportar su grano de arena para que sacáramos a la luz unos restos que llevan cerca de dos mil años esperando a contarnos un poco más acerca de nuestro origen?
Uno de mis paisajes favoritos. Desde el castro. |
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