Pues a ver si me explico y no pensáis que se me ha ido la pinza: El I+D+i es la aplicación por parte de empresas y administraciones públicas de métodos de investigación, desarrollo e innovación, y es uno de los mantras más repetidos del mundo mundial, junto con los criterios de sostenibilidad. Yo no digo que no, que para nada, pero es que ya ha llegado un momento en que creo que hay que mandar alto el fuego y alto la carga y empezar a repensar que significa eso de los tantos por ciento dedicados a este tema y cómo se deben aplicar:
- Investigación: Perfecto, investigar es muy sano, porque descubres cosas, como por ejemplo de dónde venimos si tu investigación es arqueológica, histórica o documental. Esta investigación no vale, porque los réditos que proporciona a las empresas le dejan fríos. Si una universidad decide empezar con una serie de excavaciones en el Castro de Lobadiz, para luego seguir con otros de la comarca y obtiene una serie de resultados a la vez que los expone en centros de interpretación u otras instituciones museísticas ¿Genera beneficios a la comunidad? Pues indudablemente, puesto que además de que nos desbrava con respecto a nuestros orígenes puede generar rendimientos económicos en forma de visitantes. ¿Cuenta como "I"? Pues no, porque no es biológica ni tecnológica, que es lo único que parece sumar; vamos, que no genera un producto, aunque de trabajo a investigadores, académicos, atraiga turistas o genere visitantes. Sin duda ignoran nuestros mandatarios que las investigaciones arqueológicas tienen cada vez más un fuerte componente tecnológico y que en las excavaciones pueden participar expertos de muy diferentes disciplinas. Bueno, pues ya se lo he dicho.
- Con el desarrollo pasa un poco lo mismo: Si no investigas ciertas cosas nunca las podrás desarrollar, por lo que las inversiones serán mínimas o directamente nulas. Volviendo al Castro de Lobadiz no tendremos una cubierta acristalada sostenida por hilos de grafeno que sea reactiva a la luz solar, el viento y la lluvia y que almacene la energía necesaria como para ser autosuficiente y no generar emisiones, por decir una estupidez cualquiera.
- La innovación está aun más guay, pero tarda mucho en llegar a ala vida diaria: En un caso como el que he usado de ejemplo podríamos conseguir frenar la erosión que está haciendo que el castro se derrumbe por la parte de la playa, inventar componentes para las vías de acceso, aplicar sustancias que permitan la visión de los restos sin permitir que crezcan elementos vegetales dañinos o reconstruir siguiendo técnicas actuales, qué se yo. Y que importa.
Porque en realidad lo que mola no es mejorar la vida de los demás, hacer las cosas más duraderas, abaratar los procesos de producción, hacer más sostenible nuestro día a día, ser más eficientes en los suministros para que los ciudadanos podamos dedicar menos cuartos a pagar a las grandes empresas. No, no se trata de desarrollar cómo conseguir restaurar el Barrio de la Magdalena con un criterio innovador después de una investigación rigurosa, científica y dirigida por expertos: se trata de inventar algo que haga honor al lema del escudo nacional o del olímpico, de edificar una torre de Babel donde antes que dotar de infraestructuras a las villas medianas tengamos trenes que alcancen velocidades ultrasónicas o conseguir que un cuatrimotor no tripulado sea capaz de grabar el apareamiento de una mosca pontevedresa desde Sidney.
Ojalá un día todo ese dinero se dedique a facilitarnos de verdad nuestra vida, y no a que paguemos por un automóvil cien veces más que hace cuarenta años porque es capaz de ir a una velocidad que ninguna de nuestras carreteras aguantaría y que además está prohibida.
Sé que en ello estamos, porque las necesidades humanas siempre encuentran quién las atienda, pero lo cierto es que cuando lees una revista científica y te enteras de que hay un satélite fabricado con rocas lunares sobre las ruinas de Babilonia que ha determinado que tenían retretes en todas las habitaciones te dan ganas de bajarte del tren en marcha, aunque en este caso es mentira, por supuesto.
PD: ¿De verdad es más rentable tratar de vender barcos de mil millones de euros que hacerlos y venderlos de cien como hacen en otros países? ¿De verdad es lógico que la Universidad de la Coruña financie investigaciones en Babilonia y no lo haga en la provincia? ¿De verdad es lógico que tengamos miles de parados en el naval y construyamos barcos de dos mil millones de euros?
- Investigación: Perfecto, investigar es muy sano, porque descubres cosas, como por ejemplo de dónde venimos si tu investigación es arqueológica, histórica o documental. Esta investigación no vale, porque los réditos que proporciona a las empresas le dejan fríos. Si una universidad decide empezar con una serie de excavaciones en el Castro de Lobadiz, para luego seguir con otros de la comarca y obtiene una serie de resultados a la vez que los expone en centros de interpretación u otras instituciones museísticas ¿Genera beneficios a la comunidad? Pues indudablemente, puesto que además de que nos desbrava con respecto a nuestros orígenes puede generar rendimientos económicos en forma de visitantes. ¿Cuenta como "I"? Pues no, porque no es biológica ni tecnológica, que es lo único que parece sumar; vamos, que no genera un producto, aunque de trabajo a investigadores, académicos, atraiga turistas o genere visitantes. Sin duda ignoran nuestros mandatarios que las investigaciones arqueológicas tienen cada vez más un fuerte componente tecnológico y que en las excavaciones pueden participar expertos de muy diferentes disciplinas. Bueno, pues ya se lo he dicho.
- Con el desarrollo pasa un poco lo mismo: Si no investigas ciertas cosas nunca las podrás desarrollar, por lo que las inversiones serán mínimas o directamente nulas. Volviendo al Castro de Lobadiz no tendremos una cubierta acristalada sostenida por hilos de grafeno que sea reactiva a la luz solar, el viento y la lluvia y que almacene la energía necesaria como para ser autosuficiente y no generar emisiones, por decir una estupidez cualquiera.
- La innovación está aun más guay, pero tarda mucho en llegar a ala vida diaria: En un caso como el que he usado de ejemplo podríamos conseguir frenar la erosión que está haciendo que el castro se derrumbe por la parte de la playa, inventar componentes para las vías de acceso, aplicar sustancias que permitan la visión de los restos sin permitir que crezcan elementos vegetales dañinos o reconstruir siguiendo técnicas actuales, qué se yo. Y que importa.
Porque en realidad lo que mola no es mejorar la vida de los demás, hacer las cosas más duraderas, abaratar los procesos de producción, hacer más sostenible nuestro día a día, ser más eficientes en los suministros para que los ciudadanos podamos dedicar menos cuartos a pagar a las grandes empresas. No, no se trata de desarrollar cómo conseguir restaurar el Barrio de la Magdalena con un criterio innovador después de una investigación rigurosa, científica y dirigida por expertos: se trata de inventar algo que haga honor al lema del escudo nacional o del olímpico, de edificar una torre de Babel donde antes que dotar de infraestructuras a las villas medianas tengamos trenes que alcancen velocidades ultrasónicas o conseguir que un cuatrimotor no tripulado sea capaz de grabar el apareamiento de una mosca pontevedresa desde Sidney.
Ojalá un día todo ese dinero se dedique a facilitarnos de verdad nuestra vida, y no a que paguemos por un automóvil cien veces más que hace cuarenta años porque es capaz de ir a una velocidad que ninguna de nuestras carreteras aguantaría y que además está prohibida.
Sé que en ello estamos, porque las necesidades humanas siempre encuentran quién las atienda, pero lo cierto es que cuando lees una revista científica y te enteras de que hay un satélite fabricado con rocas lunares sobre las ruinas de Babilonia que ha determinado que tenían retretes en todas las habitaciones te dan ganas de bajarte del tren en marcha, aunque en este caso es mentira, por supuesto.
PD: ¿De verdad es más rentable tratar de vender barcos de mil millones de euros que hacerlos y venderlos de cien como hacen en otros países? ¿De verdad es lógico que la Universidad de la Coruña financie investigaciones en Babilonia y no lo haga en la provincia? ¿De verdad es lógico que tengamos miles de parados en el naval y construyamos barcos de dos mil millones de euros?
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