"La ternera excelente, es una cachena de una finca que está cerca de Ortigueira". Son muy suyas las cachenas, porque resulta que desbrozan casi como las cabras y no sólo pastan. Dan una carne muy sana, de esas que tiene la grasa muy infiltrada, porque resulta que pastan libremente todo el año y nunca están en establos: Allá donde hay ganadería extensiva de esta cabaña difícilmente hay incendios, claro.
Pero es que el chuletón lo hemos tomado con un vino muy bueno que también es de aquí cerquita, y los viñedos también evitan que arda el monte, porque al estar desbrozados actúan de cortafuegos.
También hemos tomado porco celta: Se cría en unos sotos de castaños donde convive con cabras y ovejas que se usan para hacer quesos. Oye, está genial la tabla de quesos: También la recomiendo de aperitivo, y las setas de monte... Sencillamente deliciosas. ¡Ah! Y de postre no podéis dejar de tomar esas castañas confitadas tan sublimes, ni la tarta de arándanos. En la carta hay también capón y en temporada algo de caza, todo acompañado con verduras frescas que varían con las estaciones..."
Otra mentira, claro, como la del McDonald's de Casa de Couto, pero que encierra una verdad incontestable: Los terrenos en uso se queman bastante menos que los que están abandonados. El otro día leía un suplemento de alimentación que contaba una serie de hitos que van apareciendo a nuestro alrededor: Ninguno me cogió por sorpresa, pero no por ello me los callo:
- La Unión Europea ha otorgado un sello distintivo de origen (disculpad que me haya olvidado del nombre) al Capón de Villalba. Puede parecer algo sin importancia más allá de la comercial, pero resulta que tanto por su crianza al aire libre como por su régimen de alimentación con productos naturales la existencia de capones en la lucense Terra Chá motiva que haya un mayor uso del suelo. Además la receta tradicional también utiliza una serie de ingredientes como castañas, o manteca de cerdo que suelen provenir del entorno cercano.
- Las Denominaciones de Origen gallegas ya sólo compiten en calidad y buscan sellos de sostenibilidad, ocupando muchas veces terrenos que estaban sin uso.
- Se está recuperando el olivar gallego, con las mismas consecuencias.
- Está explotando el cultivo de frutos del bosque como el arándano, que ocupa grandes extensiones de terreno (en Cerdido hay una finca tremenda) y que ayuda a fijar población en el rural.
Además es sabido por muchos que una conocida marca de cervezas está diversificando su producción, en la que ha incluido la sidra y el vino, y en su filosofía está tratar de añadir valor con el origen de los productos o la sostenibilidad de su plantación, para lo que colabora con diferentes instituciones en la recuperación de cultivos en desuso.
Y todo este rollo lo cuento porque es exactamente lo que comentaba el otro día un técnico de medio ambiente de las Rías Bajas: Esto en el Norte no pasa, porque está todo mucho más ordenado. Y también lo cuento porque cuando acudimos a los mercados que se nutren de productores locales contribuimos mucho a frenar el éxodo rural, e incluso podemos contribuir en el medio plazo a que los productores incrementen el tamaño de sus cultivos y utilicen fincas cada vez más grandes, lo que puede dar pie a la introducción de nuevos productos.
Si es verdad lo que dicen algunos productores acerca de la rentabilidad de los sotos de castaño en el medio plazo tal vez, es posible, quién sabe... algún día veremos la devastadora ola de incendios del puente del Pilar de 2017 como el momento en que de verdad tomamos conciencia de que pagar a miles de trabajadores para que mantengan limpio el bosque y apaguen los eventuales incendios es una política que no tiene ningún sentido más allá de la inmediatez del corto plazo.
Mientras tanto yo seguiré frecuentando esos restaurantes, mesones y tascas donde ayudas al medio ambiente mientras te comes un chuletón. Y no es hedonismo: Lo hago para ayudar a la naturaleza.
Pero es que el chuletón lo hemos tomado con un vino muy bueno que también es de aquí cerquita, y los viñedos también evitan que arda el monte, porque al estar desbrozados actúan de cortafuegos.
También hemos tomado porco celta: Se cría en unos sotos de castaños donde convive con cabras y ovejas que se usan para hacer quesos. Oye, está genial la tabla de quesos: También la recomiendo de aperitivo, y las setas de monte... Sencillamente deliciosas. ¡Ah! Y de postre no podéis dejar de tomar esas castañas confitadas tan sublimes, ni la tarta de arándanos. En la carta hay también capón y en temporada algo de caza, todo acompañado con verduras frescas que varían con las estaciones..."
Otra mentira, claro, como la del McDonald's de Casa de Couto, pero que encierra una verdad incontestable: Los terrenos en uso se queman bastante menos que los que están abandonados. El otro día leía un suplemento de alimentación que contaba una serie de hitos que van apareciendo a nuestro alrededor: Ninguno me cogió por sorpresa, pero no por ello me los callo:
- La Unión Europea ha otorgado un sello distintivo de origen (disculpad que me haya olvidado del nombre) al Capón de Villalba. Puede parecer algo sin importancia más allá de la comercial, pero resulta que tanto por su crianza al aire libre como por su régimen de alimentación con productos naturales la existencia de capones en la lucense Terra Chá motiva que haya un mayor uso del suelo. Además la receta tradicional también utiliza una serie de ingredientes como castañas, o manteca de cerdo que suelen provenir del entorno cercano.
- Las Denominaciones de Origen gallegas ya sólo compiten en calidad y buscan sellos de sostenibilidad, ocupando muchas veces terrenos que estaban sin uso.
- Se está recuperando el olivar gallego, con las mismas consecuencias.
- Está explotando el cultivo de frutos del bosque como el arándano, que ocupa grandes extensiones de terreno (en Cerdido hay una finca tremenda) y que ayuda a fijar población en el rural.
Además es sabido por muchos que una conocida marca de cervezas está diversificando su producción, en la que ha incluido la sidra y el vino, y en su filosofía está tratar de añadir valor con el origen de los productos o la sostenibilidad de su plantación, para lo que colabora con diferentes instituciones en la recuperación de cultivos en desuso.
Y todo este rollo lo cuento porque es exactamente lo que comentaba el otro día un técnico de medio ambiente de las Rías Bajas: Esto en el Norte no pasa, porque está todo mucho más ordenado. Y también lo cuento porque cuando acudimos a los mercados que se nutren de productores locales contribuimos mucho a frenar el éxodo rural, e incluso podemos contribuir en el medio plazo a que los productores incrementen el tamaño de sus cultivos y utilicen fincas cada vez más grandes, lo que puede dar pie a la introducción de nuevos productos.
Si es verdad lo que dicen algunos productores acerca de la rentabilidad de los sotos de castaño en el medio plazo tal vez, es posible, quién sabe... algún día veremos la devastadora ola de incendios del puente del Pilar de 2017 como el momento en que de verdad tomamos conciencia de que pagar a miles de trabajadores para que mantengan limpio el bosque y apaguen los eventuales incendios es una política que no tiene ningún sentido más allá de la inmediatez del corto plazo.
Mientras tanto yo seguiré frecuentando esos restaurantes, mesones y tascas donde ayudas al medio ambiente mientras te comes un chuletón. Y no es hedonismo: Lo hago para ayudar a la naturaleza.
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