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Un extraordinario paisaje urbano.

No se trata de lo que yo diga o deje de decir: La cantidad de fotos que inundan las redes sociales e internet del tramo comprendido entre la Puerta del Parque del Arsenal de Ferrol y la Batería de San Juan lo convierten, al menos potencialmente, en uno de esos paisajes urbanos dignos de gastarse un carrete de fotos si es que éstos siguieran existiendo.
De la Puerta del Parque a la Sala de Armas.
Si enumeramos todo lo que nos vamos encontrando en ese tramo de apenas un kilómetro observaremos la muralla y el foso del Arsenal, la Fuente de la Fama, la Puerta del Parque, San Francisco, la Cuesta de Mella, Herrera, Capitanía General, la Sala de Armas, la Cortina, el Muelle de Curuxeiras, la Aduana, el Parque de la Ranita, el muelle deportivo, la Batería (aunque es conocido como Baluarte) de San Juan, la Comandancia de Marina, la Lonja, la lamina de agua, los barcos de la sección tradicional del Club del Mar, la Iglesia del Socorro, las terrazas y un barrio que pese a su deterioro todavía atesora varios inmuebles de interés. A todo eso se une que es punto de entrada de cruceros, inicio del Camino Inglés, estación de atraque de las lanchas de Mugardos, recorrido de la procesión del Cristo de los Navegantes, escenario de numerosas pruebas deportivas y punto de acceso al paseo marítimo de La Malata.

La zona adolece de una falta de cuidados que se ha eternizado hasta el punto de que ya no llegan los cuidados paliativos; tras su declaración como Bien de Interés Cultural y los diferentes planes de rehabilitación (ARI, ARRU, REXURBE) todavía está lleno de casas ruinosas y derrumbadas, solares en los que la vegetación es testigo de años de abandono, edificios tapiados esperando su certificado de defunción... y aun así hemos podido comprobar un renacimiento a modo de incipiente primavera que nos hace albergar ciertas esperanzas. Aunque al principio fue algo más bien tímido el movimiento de la hostelería en la zona acredita que el enfermo puede salir de la UCI con algo de voluntad política, de empuje social y de cariño: El REXURBE debería ser el revulsivo, la adecuación de la antigua Comandancia de Marina por parte de la Autoridad Portuaria es algo más que una obligación; el dotar de usos a la antigua Aduana parece esperar a tiempos electorales, y lo mismo pasa con la Casa del Mar.
Me consta, y a muchos más, que se han intentado abrir albergues, adecuar establecimientos hoteleros y abrir más negocios de los que actualmente hay (algunos casi recién nacidos como La Maña, La Taberna o el Estanco de San Francisco; otros en gestación, como esa Maruxaina que va a dar vida al Yate). Desde mi punto de vista erramos el tiro:
- La Casa del Mar debería ser un hotel, no un albergue: No está en el trazado del Camino Inglés, y por su situación, vistas, concepción y por el tamaño de la parcela podría convertirse en un moderno establecimiento que daría vida a la Carretera Alta del Puerto y que podría servir como nexo de unión a través de Breogán de los dos barrios con más potencial de expansión de la ciudad (verbigracia Canido y Ferrol Vello, unidas por una abandonada y poco atractiva Calle de Alonso López).
¿Y si fuera un hotel?
- El albergue de peregrinos podría estar en casi cualquier edificio de los que están vacíos, incluida la casa de Carballo Calero. No necesariamente debe ser la Aduana, que está en una zona de terrazas en las que la hostelería poco tiene que ganar con la presencia de peregrinos.
- La Aduana es un edificio lo suficientemente noble como para albergar una exposición permanente, centro de acogida de visitantes, centro de interpretación y punto de información turística de los caminos de Santiago y San Andrés de Teixido.
- La Fábrica de Lápices tiene que dejar de ser un solar, igual que el anexo a la Iglesia del Socorro. Ignoro cuál es la solución idónea, pero me da la impresión de que en la ciudad no nos hacen falta más auditorios o centros de exposiciones, por lo que yo abogaría por autorizar la construcción de un inmueble residencial que no desmereciera los materiales, volúmenes y colores de la fachada marítima, y no creo que falten compradores si los intereses especulativos no convierten el resultado en una chapuza.
- El modesto mojón que indica el inicio del Camino Inglés debe ser más visible y tener un espacio alrededor que permita a los peregrinos ser conscientes de su presencia: Seguramente una estatua de un peregrino que aluda a los "ingleses" y a Santiago se convertiría en reclamo fotográfico, y seguramente debería estar pegada al muelle donde atracaban los peregrinos.
- El tramo del puerto hasta la Lonja tiene que ir cediendo usos a los ciudadanos: es incomprensible el estado de abandono que sufre, que la Lonja no tenga un punto de venta ene el que puedas elegir los pescados recién sacados del agua, que tras la construcción del Puerto Exterior no sea posible que se note nuestra unión con nuestra ría y nuestro mar, que no podamos fotografiar lo que hay detrás...
La Boca de la Ría desde La Cortina.
Es posible que el trazado del Camino pudiera adecuarse para que no se adentre en las calles en estado ruinoso, pero creo más importante afrontar el problema desde un punto de vista global: No tenemos un problema de falta de peregrinos, sino que ellos tienen un problema para encontrar albergue; no tenemos un problema de falta de habitantes, sino que éstos no encuentran inmuebles adecuados donde vivir; no tenemos un problema de falta de atractivos, sino que los atractivos no están tratados como parte de un conjunto... y por eso me gustaría que nos quitáramos los complejos, que derribemos lo que no hace falta, que barajemos opciones diferentes a las oficiales o a las que cacarean las asociaciones, que preguntemos a los vecinos, que hagamos encuestas, que nos movamos, que caminemos, que pensemos y que propongamos cosas.
Seguramente el 99% de lo que yo escribo cae en saco roto, pero lo hago porque es molesto comprobar cómo un mantra, un lema o una consigna al más estilo de Göebbles se convierte en un dogma de fe indiscutido e indiscutible (no como la España de Zapatero): Abramos los ojos, los oídos y sobre todo la mente; bueno, o mandemos a nuestros concejales de viaje por el mundo adelante para que se den cuenta de una puñetera vez de que Ferrol es seguramente la ciudad con más potencial de crecimiento de toda Galicia, y que lo único que hace falta es echarle un poco de imaginación.

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