Cuando escribí acerca del McDonalds de Casa de Couto no me iba a imaginar que algo escrito sin fijarme y a vuelapluma iba a tener tanta difusión como tuvo: Es la segunda entrada más leída en mi blog y la cuarta desde que empecé a escribir... y está fatal escrita, porque sólo era un borrador que usé como reclamo para ver a cuánta gente hacía pensar.
En mi última visita a Cartagena observé que muchas de las grandes firmas de comida rápida que hay en España han abierto locales en su zona noble. No recuerdo todas y no creo que sea especialmente importante, pero sí me hizo pensar en que cuando se genera movimiento en una calle suelen verse atraídas y proliferar sin que haya que hacer mucho por llamarlas.
En Ferrol es más fácil que abran en el zona de Ultramar, y la prueba es que casi todas las pizzerías están por allí porque, o consigues una gran afluencia de visitantes y residentes o lo normal es que las cadenas y sus franquiciados busquen barrios donde hay más parejas jóvenes. ¿Y es eso lo que queremos en alguna parte de Ferrol? Pues veréis: Es francamente difícil evaluar qué beneficios deja un local que emplea a cerca de diez trabajadores en el local, más los repartidores y suministradores varios, pero la mayoría suelen atraer a bastantes visitantes y se convierten en pequeños vórtices a los que se dirige gran cantidad de gente, con los beneficios que eso supone a las zonas donde se asientan.
En Ferrol tenemos un triángulo que a mí siempre me ha llamado la atención, que es el conformado por los antiguos almacenes OLA, la antigua sede del Banco Hispano-Americano y las Galerías Ferrol.
Imagino (aunque no tengo motivos para el optimismo) que poner un Foster's Hollywood al lado de la biblioteca (recuerdo que Basterrechea habló de miles de usuarios al año), un Burguer King al lado del igualmente concurrido ambulatorio y ubicar a las cadenas que Restalia ha rentabilizado en Andalucía (TGB, 100 Montaditos y La Cruz Blanca) en Galerías Ferrol originarían que el resto de los locales libres en los alrededores empezarían a convertirse en esas heladerías miméticas que ofrecen esos idénticos helados de yogur a los que entierras en "toppings", y que en breve la zona se pondría de lo más concurrida, aunque tal vez en detrimento de otras ofertas gastronómicas más enxebres.
Pero esas cosas nunca se sabe como acaban, aunque sí se sepa cómo empiezan; recuerdo mis primeras visitas de juventud a Coruña, con su hamburguesería (¿McDonalds o Burguer King?) convertida en punto de reunión de toda la tardo-adolescencia de la comarca. Recuerdo que al poco se unieron otras cadenass de comida rápida, basura, americana, comercial... o como prefiráis llamarla. Pues bien: hoy ya no queda ninguna de ellas y los locales más modernos alternan con todo tipo de tiendas de ropa, calzado, heladerías, chocolaterías, tiendas de recuerdos, cafeterías, estancos, kioskos, farmacias, joyerías, librerías... y hasta una crepería y una croquetería, que convierten a la Calle Real y a su continuación en Rego de Agua en la calle seguramente más concurrida de Galicia. Ni que decir tiene que las calles aledañas han rentabilizado con creces su cercanía a esta arteria comercial.
Y aunque eso pueda parecer contradictorio con otras cosas que he escrito lo cierto es que nos hacen falta muchos revulsivos. Ya aprovecho y anuncio que en breve va a abrir en La Gándara un Kentucky Fried Chicken, lo que seguramente suponga que los feironianos (la unión de Ferrol y Narón no deja de ser un Feirón) descubramos el pollo frito y lo comamos como si no hubiera un mañana. O no, tal vez sigamos yendo a Eder, que con nosotros nunca se sabe.
En mi última visita a Cartagena observé que muchas de las grandes firmas de comida rápida que hay en España han abierto locales en su zona noble. No recuerdo todas y no creo que sea especialmente importante, pero sí me hizo pensar en que cuando se genera movimiento en una calle suelen verse atraídas y proliferar sin que haya que hacer mucho por llamarlas.
En Ferrol es más fácil que abran en el zona de Ultramar, y la prueba es que casi todas las pizzerías están por allí porque, o consigues una gran afluencia de visitantes y residentes o lo normal es que las cadenas y sus franquiciados busquen barrios donde hay más parejas jóvenes. ¿Y es eso lo que queremos en alguna parte de Ferrol? Pues veréis: Es francamente difícil evaluar qué beneficios deja un local que emplea a cerca de diez trabajadores en el local, más los repartidores y suministradores varios, pero la mayoría suelen atraer a bastantes visitantes y se convierten en pequeños vórtices a los que se dirige gran cantidad de gente, con los beneficios que eso supone a las zonas donde se asientan.
En Ferrol tenemos un triángulo que a mí siempre me ha llamado la atención, que es el conformado por los antiguos almacenes OLA, la antigua sede del Banco Hispano-Americano y las Galerías Ferrol.
Imagino (aunque no tengo motivos para el optimismo) que poner un Foster's Hollywood al lado de la biblioteca (recuerdo que Basterrechea habló de miles de usuarios al año), un Burguer King al lado del igualmente concurrido ambulatorio y ubicar a las cadenas que Restalia ha rentabilizado en Andalucía (TGB, 100 Montaditos y La Cruz Blanca) en Galerías Ferrol originarían que el resto de los locales libres en los alrededores empezarían a convertirse en esas heladerías miméticas que ofrecen esos idénticos helados de yogur a los que entierras en "toppings", y que en breve la zona se pondría de lo más concurrida, aunque tal vez en detrimento de otras ofertas gastronómicas más enxebres.
Pero esas cosas nunca se sabe como acaban, aunque sí se sepa cómo empiezan; recuerdo mis primeras visitas de juventud a Coruña, con su hamburguesería (¿McDonalds o Burguer King?) convertida en punto de reunión de toda la tardo-adolescencia de la comarca. Recuerdo que al poco se unieron otras cadenass de comida rápida, basura, americana, comercial... o como prefiráis llamarla. Pues bien: hoy ya no queda ninguna de ellas y los locales más modernos alternan con todo tipo de tiendas de ropa, calzado, heladerías, chocolaterías, tiendas de recuerdos, cafeterías, estancos, kioskos, farmacias, joyerías, librerías... y hasta una crepería y una croquetería, que convierten a la Calle Real y a su continuación en Rego de Agua en la calle seguramente más concurrida de Galicia. Ni que decir tiene que las calles aledañas han rentabilizado con creces su cercanía a esta arteria comercial.
Y aunque eso pueda parecer contradictorio con otras cosas que he escrito lo cierto es que nos hacen falta muchos revulsivos. Ya aprovecho y anuncio que en breve va a abrir en La Gándara un Kentucky Fried Chicken, lo que seguramente suponga que los feironianos (la unión de Ferrol y Narón no deja de ser un Feirón) descubramos el pollo frito y lo comamos como si no hubiera un mañana. O no, tal vez sigamos yendo a Eder, que con nosotros nunca se sabe.
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