De Montefaro y aledaños se pueden decir muchas cosas, y se han dicho tantas que me quedo con una sola: Tiene que ser nuestro Monte de San Pedro; así, sin más.
Cuando uno logra vencer la pereza y recorrer su empinado acceso lo hace sabiendo que una mente abierta y despierta le va a hacer disfrutar de unos paisajes sin par, de unas ruinas evocadoras, de unas vistas asombrosas, de un historia varias veces centenaria y de una naturaleza que gana constantemente la partida a nuestra desidia envolviéndonos ora en sombras verdosas ora en luces cegadoras.
Yo sé que las cosas difíciles son las que más nos cuesta emprender, y por eso creo que lo mejor es empezar por el principio:
Ya está hecho, vale. ¿Ahora qué? Pues...
Cuando uno logra vencer la pereza y recorrer su empinado acceso lo hace sabiendo que una mente abierta y despierta le va a hacer disfrutar de unos paisajes sin par, de unas ruinas evocadoras, de unas vistas asombrosas, de un historia varias veces centenaria y de una naturaleza que gana constantemente la partida a nuestra desidia envolviéndonos ora en sombras verdosas ora en luces cegadoras.
Yo sé que las cosas difíciles son las que más nos cuesta emprender, y por eso creo que lo mejor es empezar por el principio:
- Primero delimitamos un área entre el Monasterio de Santa Catalina y la Punta del Segaño, y si nos atrevemos incluimos La Palma y san Martín... ya si tenemos un día osado metemos Chanteiro entero incluidas playa, ermita y Punta Coitelada.
Ya está hecho, vale. ¿Ahora qué? Pues...
- Una vez delimitado el bien a proteger se ponen carteles indicativos y se adecua una ruta que permita rodear todo el conjunto y admirar todos sus bienes sin riesgo de perderse. Yo la he hecho varias veces y andando supone unas cuatro horas a paso vivo. Sí, ya sé que es mucho, pero también se puede contar con los expertos para que diseñen unas rutas más fáciles para aquellos que no tengan tiempo o ganas o que tengan limitaciones para realizar la ruta completa.
Una vez hemos puesto la máquina en marcha el siguiente paso ¿Cual?
- Se ponen unos carteles y paneles indicativos en cada uno de los bienes que pretendemos proteger y difundir, con su imagen corporativa uniforme, con su explicación de lo que se está observando, con su plano posicionándolo con respecto a los demás bienes, con los servicios (fuentes, miradores, locales de hostelería, áreas de descanso, aparcamientos, etc.) señalados y con los itinerarios señalados en distancia y en tiempo a pie a los siguientes puntos.
Si ya hemos conseguido delimitar la ruta, definir sus principales valores patrimoniales y señalarlos (hay que recordar que la práctica totalidad de los mismos están en proceso de ser declarados BIC) nos quedan los valores paisajísticos y ambientales. ¿Cómo lo gestionamos?
- Se identifican las especies halóctonas, como eucaliptos o mimosas, y se retiran. Preferiblemente a través de alguna empresa certificada para producir bio-masa o celulosa; es importante que la "veciñanza" sea consciente de que el uso del monte va a cambiar, para ello es fundamental contar con las autoridades ambientales para que ayuden y apoyen en la concienciación de los valores que se quieren impulsar. Seguramente si se plantan frondosas, hierbas medicinales o aromáticas, frutales o especies micorizadas para el aprovechamiento micológico conseguiremos crear un producto verde y sostenible que podría tener un reflejo casi inmediato en la gastronomía rural.
Hasta aquí apenas hemos gastado dinero, creo que se podría costear con los fondos municipales y subvenciones supramunicipales, seguramente con tiempo hasta los fondos europeos podrían contribuir a la creación de este parque. Seguimos con la sucesión:
Se trata de promocionar un turismo sostenible y respetuoso con el medio natural y con el patrimonio, con lo que necesitamos un centro de acogida e interpretación al que se pueda dotar de servicios sanitarios, de hostelería y de cualquier otra cosa que sea menester. Por supuesto no puede ser otro que el monasterio de santa Catalina, que ya está en proceso de valorización, restauración, rehabilitación o como quiera decirse.
Y lo demás no puede dejar de ser un proceso continuo en el que los ayuntamientos de Ares y Mugardos inviertan parte de su presupuesto en mantener un área que no puede dar más que alegrías y que on poco más que unas áreas recreativas, algún mirador y el mantenimiento ambiental y de los bienes sujetos a figuras de protección podrían ser aprovechados para multiplicar los recursos turísticos de una zona que se ha conservado como la atalaya que siempre ha sido y que en breve atraerá un turismo sostenible que contribuirá a la dinamización económica de toda la comarca.
Y lo demás no puede dejar de ser un proceso continuo en el que los ayuntamientos de Ares y Mugardos inviertan parte de su presupuesto en mantener un área que no puede dar más que alegrías y que on poco más que unas áreas recreativas, algún mirador y el mantenimiento ambiental y de los bienes sujetos a figuras de protección podrían ser aprovechados para multiplicar los recursos turísticos de una zona que se ha conservado como la atalaya que siempre ha sido y que en breve atraerá un turismo sostenible que contribuirá a la dinamización económica de toda la comarca.
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