Mi amigo Manolo dice que si hay algo que no soporta es la hipocresía, y yo lo comprendo. Hoy en día sea tal vez el vicio más extendido en nuestra sociedad, y siendo ésta la cantera de nuestros políticos, médicos, jueces, etc., no es de extrañar que las apariencias y la defensa de ideas que no se comparten se hayan convertido en el pan nuestro de cada día.
El gran hipócrita de nuestro tiempo es el presidente del gobierno de este país (España, por si todavía Feijoo me sigue leyendo). El pequeño Sánchez ha exigido dimisiones por corrupción, por plagio, por ética, por xenofobia... y ampara al partido más corrupto de la historia de España, ha plagiado parte de una tesis doctoral que evaluaron varios amiguetes socialistas sabiendo perfectamente lo que hacía en una universidad "amiga", ha mirado para otro lado y se ha contradicho en sus declaraciones cada vez que ha creído que convenía a sus intereses (recordemos su "defensa de la Constitución" con el 155 mientras pactaba con todos los grupos separatistas para quitar a Rajoy y ponerse él) y ha acusado a Torra de xenófobo para luego mandar a sus pregoneros a darle jabón y ofrecerle paz y amor. Sin duda nos preside el primero entre nosotros: Sánchez es el más hipócrita de cuantos nos representan.
Detrás viene, por poner un ejemplo, Pablo Casado: Se dedicó al partido mientras éste se ocupaba de sus estudios, miraba a Rajoy con arrobamiento y difundía sus consignas, obedecía ciegamente a Soraya... y no es más que un político profesional que ni siquiera fue capaz de acabar sus estudios sin ayuda. Hoy defiende el mismo discurso tibio y cobarde que ha llevado al PP a perder millones de votos y sólo espera la caída de Sánchez para tratar de pactar con Ciudadanos y convertirse en presidente.
Rivera es otro gran hipócrita: A él no le importa mucho casi nada que no convenga a la demoscopia, y sólo tiene un discurso de fondo contra la corrupción que sólo tendrá validez en tanto no se le desmanden cuatro correligionarios: Él no es más español que el PSOE, no va a defender el derecho a utilizar el castellano y no ha ordenado la ruptura del pacto de gobierno en Andalucía hasta que se acercaban las elecciones, y tampoco cree en la gestación subrogada: Él lanza globos sonda para ver qué le da votos, y por eso ya ha sido del PP y de centro-izquierda para acabar no siendo absolutamente nada.
Abascal también es hipócrita, porque sabe que él medró en y gracias al PP y por eso calla ante el incesante riego de casos de corrupción de su época en el partido. Oculta que jamás ha tenido actividad profesional fuera de la política y que simplemente ha decidido pescar en un caladero en el que nadie faenaba (yo, que también soy un hipócrita, he de reconocer que coincido casi punto por punto con sus propuestas).
Tal vez el más hipócrita es Pablo Iglesias, pero casi ni merece la pena mencionarlo: Sus parejas de portavoces, su casa de un millón de euros, la vigilancia de su nido de amor por parte de la Guardia Civil, las varias casas de sus padres, su juventud eterna y acomodada realizando estudios en el extranjero, sus flirteos con Chávez... pero como se está desactivando él solo no creo que merezca mucho tiempo.
Anguita, el moro Muza de nuestra política, no es mucho más que un traidor a la patria que se mueve desde un ascetismo que no sirve para ocultar que su verdadero propósito es mantenerse en el machito de la intelectualidad; sin nada de calado que aportar vuelve a la carga con un partido de izquierda identitaria que pretende movilizar a las masas desde una postura nacionalista, republicana y anti-europea. No deja de ser coherente con su absoluta tibieza frente a la corrupción, al terrorismo separatista o ante el reparto del botín entre los políticos. Anguita no busca dinero, busca poder y prestigio, y por eso es capaz de defender cualquier cosa y la contraria con una oratoria, eso sí, que convence a muchos sin importarles que hace unos años dijera cosas completamente distintas.
Feijoo es otro gran hipócrita, que no se atreve a decir la verdad de lo que siente con respecto a ese gallego que sólo usa en actos públicos.
Garzón, que cobraba en negro y de forma ilegal por casi todo lo que hacía siempre que no saliese en la prensa, también ha fundado un partido político, desde el que supongo hará todo lo posible por tratar de convencernos de que su abuelo el nacional era malo y de que el otro era bueno; a lo mejor vuelve a abrir la causa general contra el franquismo y vuelve a anunciar después que los acusados no pueden declarar porque están muertos.
Un grandísimo ejemplo de hipocresía son los populares gallegos, que tampoco creen que sea necesario el trilingüismo -no dominan ni el inglés ni ese espantoso gallego normativo que sólo utilizan cuando hay cámaras delante- y aun así lo defienden como si la población de Galicia estuviese compuesta a partes iguales por gallegos, españoles y británicos; además de eso su secretario general y su consejero de asuntos sociales saben que Ferrol está olvidado por todas las administraciones y que el hecho de no tener AVE se lo debemos a todos los gobiernos que han pasado por Madrid, incluidos los suyos. Y sobre todo, saben que son los principales culpables del bloqueo de la ciudad, más aún que el inoperante gobierno que sufrimos. En nada de eso se diferencian de los socialistas, sólo en que a estos no los odian el resto de los partidos que hay en Galicia, y por eso pueden gobernar aunque no ganen las elecciones (¡Anda, qué cosas, como el mismísimo Pedro Sánchez!).
Y por eso, porque son todos unos hipócritas, ya sólo queda votar a aquellos de los que supongamos que van a defender nuestras ideas y nuestros intereses, por lo que os recomiendo que dejéis de creer en los políticos -que no son más que personas como vosotros- y que empecéis a leer lo que proponen para solucionar vuestros problemas: Si creéis que la solución para los males de España es desenterrar a Franco, que la crisis migratoria se arregla ofreciendo sanidad universal a los extranjeros, que el secesionismo se arregla untando de millones a los que actúan de forma desleal o que la amenaza para España es el conservadurismo... entonces votad izquierda; si creéis que España se arreglará aligerando la administración y fomentando la iniciativa privada para que nuestros compatriotas vivan mejor, pues votad derecha; también podéis votar centro si no tenéis muy claro lo que queréis; y si consideráis que el problema es que el resto del país no hace nada y que todos los demás viven de vuestro honesto trabajo mientras desde las cámaras legislan para fastidiarte, entonces votad a los nacionalistas.
Pero es importante que recordéis que la hipocresía nunca os permitirá engañaros a vosotros mismos, porque no es más que una imagen exterior que no se corresponde con vuestros verdaderos pensamientos.
____________________________________________________________________________
PD: Por eso la universidad española es una auténtica basura; los hipócritas de los catedráticos llevan años intentando convencernos de que trabajando en la universidad ocho horas a la semana pueden cumplir con sus obligaciones y cobrar un jugoso sueldo que complemente a sus actividades profesionales, cosa que obviamente no se creen ni ellos mismos.
El gran hipócrita de nuestro tiempo es el presidente del gobierno de este país (España, por si todavía Feijoo me sigue leyendo). El pequeño Sánchez ha exigido dimisiones por corrupción, por plagio, por ética, por xenofobia... y ampara al partido más corrupto de la historia de España, ha plagiado parte de una tesis doctoral que evaluaron varios amiguetes socialistas sabiendo perfectamente lo que hacía en una universidad "amiga", ha mirado para otro lado y se ha contradicho en sus declaraciones cada vez que ha creído que convenía a sus intereses (recordemos su "defensa de la Constitución" con el 155 mientras pactaba con todos los grupos separatistas para quitar a Rajoy y ponerse él) y ha acusado a Torra de xenófobo para luego mandar a sus pregoneros a darle jabón y ofrecerle paz y amor. Sin duda nos preside el primero entre nosotros: Sánchez es el más hipócrita de cuantos nos representan.
Detrás viene, por poner un ejemplo, Pablo Casado: Se dedicó al partido mientras éste se ocupaba de sus estudios, miraba a Rajoy con arrobamiento y difundía sus consignas, obedecía ciegamente a Soraya... y no es más que un político profesional que ni siquiera fue capaz de acabar sus estudios sin ayuda. Hoy defiende el mismo discurso tibio y cobarde que ha llevado al PP a perder millones de votos y sólo espera la caída de Sánchez para tratar de pactar con Ciudadanos y convertirse en presidente.
Rivera es otro gran hipócrita: A él no le importa mucho casi nada que no convenga a la demoscopia, y sólo tiene un discurso de fondo contra la corrupción que sólo tendrá validez en tanto no se le desmanden cuatro correligionarios: Él no es más español que el PSOE, no va a defender el derecho a utilizar el castellano y no ha ordenado la ruptura del pacto de gobierno en Andalucía hasta que se acercaban las elecciones, y tampoco cree en la gestación subrogada: Él lanza globos sonda para ver qué le da votos, y por eso ya ha sido del PP y de centro-izquierda para acabar no siendo absolutamente nada.
Abascal también es hipócrita, porque sabe que él medró en y gracias al PP y por eso calla ante el incesante riego de casos de corrupción de su época en el partido. Oculta que jamás ha tenido actividad profesional fuera de la política y que simplemente ha decidido pescar en un caladero en el que nadie faenaba (yo, que también soy un hipócrita, he de reconocer que coincido casi punto por punto con sus propuestas).
Tal vez el más hipócrita es Pablo Iglesias, pero casi ni merece la pena mencionarlo: Sus parejas de portavoces, su casa de un millón de euros, la vigilancia de su nido de amor por parte de la Guardia Civil, las varias casas de sus padres, su juventud eterna y acomodada realizando estudios en el extranjero, sus flirteos con Chávez... pero como se está desactivando él solo no creo que merezca mucho tiempo.
Anguita, el moro Muza de nuestra política, no es mucho más que un traidor a la patria que se mueve desde un ascetismo que no sirve para ocultar que su verdadero propósito es mantenerse en el machito de la intelectualidad; sin nada de calado que aportar vuelve a la carga con un partido de izquierda identitaria que pretende movilizar a las masas desde una postura nacionalista, republicana y anti-europea. No deja de ser coherente con su absoluta tibieza frente a la corrupción, al terrorismo separatista o ante el reparto del botín entre los políticos. Anguita no busca dinero, busca poder y prestigio, y por eso es capaz de defender cualquier cosa y la contraria con una oratoria, eso sí, que convence a muchos sin importarles que hace unos años dijera cosas completamente distintas.
Feijoo es otro gran hipócrita, que no se atreve a decir la verdad de lo que siente con respecto a ese gallego que sólo usa en actos públicos.
Garzón, que cobraba en negro y de forma ilegal por casi todo lo que hacía siempre que no saliese en la prensa, también ha fundado un partido político, desde el que supongo hará todo lo posible por tratar de convencernos de que su abuelo el nacional era malo y de que el otro era bueno; a lo mejor vuelve a abrir la causa general contra el franquismo y vuelve a anunciar después que los acusados no pueden declarar porque están muertos.
Un grandísimo ejemplo de hipocresía son los populares gallegos, que tampoco creen que sea necesario el trilingüismo -no dominan ni el inglés ni ese espantoso gallego normativo que sólo utilizan cuando hay cámaras delante- y aun así lo defienden como si la población de Galicia estuviese compuesta a partes iguales por gallegos, españoles y británicos; además de eso su secretario general y su consejero de asuntos sociales saben que Ferrol está olvidado por todas las administraciones y que el hecho de no tener AVE se lo debemos a todos los gobiernos que han pasado por Madrid, incluidos los suyos. Y sobre todo, saben que son los principales culpables del bloqueo de la ciudad, más aún que el inoperante gobierno que sufrimos. En nada de eso se diferencian de los socialistas, sólo en que a estos no los odian el resto de los partidos que hay en Galicia, y por eso pueden gobernar aunque no ganen las elecciones (¡Anda, qué cosas, como el mismísimo Pedro Sánchez!).
Y por eso, porque son todos unos hipócritas, ya sólo queda votar a aquellos de los que supongamos que van a defender nuestras ideas y nuestros intereses, por lo que os recomiendo que dejéis de creer en los políticos -que no son más que personas como vosotros- y que empecéis a leer lo que proponen para solucionar vuestros problemas: Si creéis que la solución para los males de España es desenterrar a Franco, que la crisis migratoria se arregla ofreciendo sanidad universal a los extranjeros, que el secesionismo se arregla untando de millones a los que actúan de forma desleal o que la amenaza para España es el conservadurismo... entonces votad izquierda; si creéis que España se arreglará aligerando la administración y fomentando la iniciativa privada para que nuestros compatriotas vivan mejor, pues votad derecha; también podéis votar centro si no tenéis muy claro lo que queréis; y si consideráis que el problema es que el resto del país no hace nada y que todos los demás viven de vuestro honesto trabajo mientras desde las cámaras legislan para fastidiarte, entonces votad a los nacionalistas.
Pero es importante que recordéis que la hipocresía nunca os permitirá engañaros a vosotros mismos, porque no es más que una imagen exterior que no se corresponde con vuestros verdaderos pensamientos.
____________________________________________________________________________
PD: Por eso la universidad española es una auténtica basura; los hipócritas de los catedráticos llevan años intentando convencernos de que trabajando en la universidad ocho horas a la semana pueden cumplir con sus obligaciones y cobrar un jugoso sueldo que complemente a sus actividades profesionales, cosa que obviamente no se creen ni ellos mismos.
Comentarios
Publicar un comentario