¿No notáis que últimamente la prensa está de lo más sosa? Sí, es como si ya no llegara con meter una noticia de Cristiano Ronaldo y otra de Paula Echevarría para vender periódicos, aunque algunos nos tememos por donde van los tiros, claro.
Lo primero es que los partidos políticos han estado velando armas por los procesos electorales (sorprendente la escasa cobertura mediática de la prensa tradicional a las elecciones andaluzas) y que los anuncios de inversiones de cara a las municipales no pueden ser muy contestados por el posible retorno negativo que podría suponer en las urnas para los que pretenden renovar o sustituir a los que ya están. Sí, sé que parece contradictorio, pero ahora mismito lo explico:
1º La izquierda ha descubierto que tiene un techo de cristal que ya no va a romper, y la mayor parte de la población tiene claro que el actual PSOE es de izquierdas y que está compitiendo con Podemos. A ninguno de los dos partidos les interesa romper hostilidades con los actuales resultados demoscópicos. ¿Quedarse el PSOE a media meada? ¿Perder Podemos la barbaridad de votos que sabe que perdería?
2º El centro jamás ha estado tan disputado: La social-democracia popular compite con el liberalismo ciudadano sin que ninguno de los contendientes se atreva a mucho más que a lanzar globos sondas hacia la derecha para ver qué pesca. Las propuestas y los discursos de los gemelos del centro se entremezclan, se solapan, se separan un poco, se unen otra vez... y eso provoca bandazos porque entre lo que se parecen los candidatos y lo que se parece lo que dicen no parece que haya un vencedor claro.
3º Los nacionalistas están divididos, por más que den una imagen falsa de cohesión: ERC y CiU son algo así como tres carajales en los que nadie sabe muy bien quién se va a llevar el gato al agua, y por eso van probando con diferentes grados de independentismo, para ver qué vende más. Con los vascos pasa lo mismo: Una cosa es el discurso aquí y otra el discurso allí. Los del PNV saben que pueden perder todo su poder de influir en el resto del sistema político español y sospecho que vivían mejor contra Rajoy que con los extraños compañeros de cama con los que han decidido salir a pasear, porque una cosa es pedir autodeterminación y otras zarandajas, y otra muy distinta que los catalanes te manguen millones de los que iban a ser para ti. Con los gallegos el carajal es peor, porque cuando el BNG se partió y nació ANOVA parecía que sólo se trataba de dos posturas, pero luego llegó Podemos (que pesca en el mismo caladero) y las mareas y confluencias varias, que en realidad son pseudo-nacionalistas de Izquierda Unida, que sólo hablan gallego en la publicidad, pero que son tan españoles como Manolo Escobar.
4º Izquierda Unida es uno de los principales actores secundarios, de esos que pueden hacer cambiar el argumento aunque parezca que no influyen en la trama. Saben que tienen que meter a su gente en todas las listas, pero Pablo Iglesias prefiere meter a los suyos (él sabrá por qué). Si los antiguos comunistas quieren seguir pasando lunas de miel de un mes en Nueva Zelanda, por fuerza tienen que aposentar su culo en un carguito, y por eso creo que la primera batalla electoral ya ha empezado hace tiempo.
5º A VOX ya le ataca casi todo el mundo, y la derecha empieza a asimilarlo como "su" partido. Es posible que no alcance mayorías determinantes, pero nadie debería olvidar que en las europeas la circunscripción es nacional (de España, por si me está leyendo Feijoo) y que cada vez que Abascal y los suyos hablan de la libertad lingüística, de la derogación de las leyes de Memoria, de la supresión de las autonomías, de la defensa de la vida, de la supresión de cargos públicos o de la inmigración están hablando solos: Sí, ahí está la única clave del ascenso de VOX, en que no compiten con ningún partido.
Y por eso los verdaderos dueños de la prensa y muñidores de nuestras opiniones están tan callados: No les interesa que se caldeen ciertos temas, ni el afán expropiador de la extrema izquierda ni un excesivo liberalismo que les prive de las jugosas subvenciones sin las cuales algunos desaparecerían, y mucho menos de los monopolios que les regalaron PP y PSOE.
Y seguramente en todo lo escrito se encierran la mayoría de las claves electorales, porque lo que está claro a fecha de hoy es que Sánchez no va a poder engañar siempre a todos, y en algún momento tendrá que tomar alguna decisión más allá de sus anuncios. Ese día todos saltarán a una a su yugular, y aunque él, en su soberbia, crea que va a parar el golpe, es más que posible que haya firmado su acta de defunción y tal vez en alguna cláusula también la de los socialistas en España.
De lo cual, personalmente, no puedo más que alegrarme.
Lo primero es que los partidos políticos han estado velando armas por los procesos electorales (sorprendente la escasa cobertura mediática de la prensa tradicional a las elecciones andaluzas) y que los anuncios de inversiones de cara a las municipales no pueden ser muy contestados por el posible retorno negativo que podría suponer en las urnas para los que pretenden renovar o sustituir a los que ya están. Sí, sé que parece contradictorio, pero ahora mismito lo explico:
1º La izquierda ha descubierto que tiene un techo de cristal que ya no va a romper, y la mayor parte de la población tiene claro que el actual PSOE es de izquierdas y que está compitiendo con Podemos. A ninguno de los dos partidos les interesa romper hostilidades con los actuales resultados demoscópicos. ¿Quedarse el PSOE a media meada? ¿Perder Podemos la barbaridad de votos que sabe que perdería?
2º El centro jamás ha estado tan disputado: La social-democracia popular compite con el liberalismo ciudadano sin que ninguno de los contendientes se atreva a mucho más que a lanzar globos sondas hacia la derecha para ver qué pesca. Las propuestas y los discursos de los gemelos del centro se entremezclan, se solapan, se separan un poco, se unen otra vez... y eso provoca bandazos porque entre lo que se parecen los candidatos y lo que se parece lo que dicen no parece que haya un vencedor claro.
3º Los nacionalistas están divididos, por más que den una imagen falsa de cohesión: ERC y CiU son algo así como tres carajales en los que nadie sabe muy bien quién se va a llevar el gato al agua, y por eso van probando con diferentes grados de independentismo, para ver qué vende más. Con los vascos pasa lo mismo: Una cosa es el discurso aquí y otra el discurso allí. Los del PNV saben que pueden perder todo su poder de influir en el resto del sistema político español y sospecho que vivían mejor contra Rajoy que con los extraños compañeros de cama con los que han decidido salir a pasear, porque una cosa es pedir autodeterminación y otras zarandajas, y otra muy distinta que los catalanes te manguen millones de los que iban a ser para ti. Con los gallegos el carajal es peor, porque cuando el BNG se partió y nació ANOVA parecía que sólo se trataba de dos posturas, pero luego llegó Podemos (que pesca en el mismo caladero) y las mareas y confluencias varias, que en realidad son pseudo-nacionalistas de Izquierda Unida, que sólo hablan gallego en la publicidad, pero que son tan españoles como Manolo Escobar.
4º Izquierda Unida es uno de los principales actores secundarios, de esos que pueden hacer cambiar el argumento aunque parezca que no influyen en la trama. Saben que tienen que meter a su gente en todas las listas, pero Pablo Iglesias prefiere meter a los suyos (él sabrá por qué). Si los antiguos comunistas quieren seguir pasando lunas de miel de un mes en Nueva Zelanda, por fuerza tienen que aposentar su culo en un carguito, y por eso creo que la primera batalla electoral ya ha empezado hace tiempo.
5º A VOX ya le ataca casi todo el mundo, y la derecha empieza a asimilarlo como "su" partido. Es posible que no alcance mayorías determinantes, pero nadie debería olvidar que en las europeas la circunscripción es nacional (de España, por si me está leyendo Feijoo) y que cada vez que Abascal y los suyos hablan de la libertad lingüística, de la derogación de las leyes de Memoria, de la supresión de las autonomías, de la defensa de la vida, de la supresión de cargos públicos o de la inmigración están hablando solos: Sí, ahí está la única clave del ascenso de VOX, en que no compiten con ningún partido.
Y por eso los verdaderos dueños de la prensa y muñidores de nuestras opiniones están tan callados: No les interesa que se caldeen ciertos temas, ni el afán expropiador de la extrema izquierda ni un excesivo liberalismo que les prive de las jugosas subvenciones sin las cuales algunos desaparecerían, y mucho menos de los monopolios que les regalaron PP y PSOE.
Y seguramente en todo lo escrito se encierran la mayoría de las claves electorales, porque lo que está claro a fecha de hoy es que Sánchez no va a poder engañar siempre a todos, y en algún momento tendrá que tomar alguna decisión más allá de sus anuncios. Ese día todos saltarán a una a su yugular, y aunque él, en su soberbia, crea que va a parar el golpe, es más que posible que haya firmado su acta de defunción y tal vez en alguna cláusula también la de los socialistas en España.
De lo cual, personalmente, no puedo más que alegrarme.
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