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La vida eterna y el Camino Inglés.

Llevamos unos días raros, con una precampaña de Rey Varela que ha empezado 100 días antes de las elecciones sin que nadie presente una denuncia por incumplimiento de la ley electoral, sin que nadie se pregunte por qué pagamos a un parlamentario que está haciendo campaña en vez de su trabajo y sin que nadie diga como Josep Pla cuando llegó a Nueva York y observó la grandiosidad de la Gran Manzana "y todo esto ¿Quién lo paga?". Porque no pienso entrar en si las propuestas son buenas o no, entre otras cosas porque son demasiadas y muy poco concretas, además de porque el ayuntamiento de Ferrol tiene entre tres y cuatro millones de euros para invertir al año, lo que viene significando que con las que lleva hechas ya ha agotado de sobra todo el presupuesto de la legislatura 2019-2023; y todavía quedan 90. Madre mía, qué derroche.
Pero hay cosas más sencillas que sí podrían proponer tanto él como el resto de los candidatos, y una de ellas afecta directamente a mi chichi, o a uno de ellos: Estoy hablando del Camino Inglés, ese al que hasta ahora tan pocos hemos hecho caso y que ha despertado el interés de los que viven de la aprobación ajena vía voto cuando la prensa -también a por uvas hasta hace poco- ha informado de que en diez años el número de peregrinos se ha multiplicado por diez.
Aquí estaría el muelle de peregrinos.
Sí: La ruta que en 2009 transitaron unas 1.400 personas fue recorrida en 2019 por más de 14.000, que se dice pronto. Es el Inglés un camino peculiar: Sólo transita por la provincia de La Coruña, se supone que se inicia por mar para empezar a caminar al llegar a Coruña o Ferrol, tiene dos posibles inicios y es tal vez el más marítimos de todos. Bueno, al menos el itinerario ferrolano, que va saltando de ría en ría hasta llegar a Betanzos, donde ya se adentra en el interior de Galicia y se une con el tramo coruñés.
No es una mala vista para recibir a un viajero.
Es posible que a nadie se le ocurra habilitar como muelle de peregrinos el Muelle de Curuxeiras, que nadie quiera pagar un monumento que indique su inicio a modo de kilómetro "0", que ninguna administración proponga habilitar un albergue, que ninguna administración se preocupe por esta esquina del mapa cada vez menos poblada y que nadie proponga un plan director para el trazado que aborde sus verdaderos problemas y los resuelva con inversiones decididas; sí, todo esto es posible y mucho más... pero los peregrinos son tozudos, y no hacen especial caso a lo que digan las administraciones. En su caminar suelen ver más lo bueno que lo malo, y su anhelo de llegar a Compostela no les suele dejar mucho tiempo para quejarse de nada.
El Camino "real",¿ por la Calle Real?
Ahora nos prometen fuentes, mojones, pérgolas, bancos, mejoras en el firme y revisión de los trazados, repoblaciones de frondosas, líneas de subvención, declaraciones de interés general o conciertos gratuitos que en Ferrol no se celebrarán... Pero yo os propongo algo que tiene mucho más valor: la vida eterna, y no estoy hablando de religión, que ni soy cura ni pretendo serlo; no: os propongo que miréis más allá del próximo Año Santo, y también que el 2021 no sea una meta para los que creéis en esta ruta tanto como yo, sino una simple etapa.
Aquí acaba Ferrol y empieza Narón.
Yo quiero que nuestro camino, que también lo es de los ingleses, sea algo eterno para nosotros, y que nunca tratemos de competir con nadie más que con nosotros mismos. Yo os propongo que exijamos a los políticos que el trazado sea mejorado, que se prime la restauración de los inmuebles que lo flanquean, que exijamos que el patrimonio próximo esté bien cuidado y que se pueda admirar siguiendo unas sencillas indicaciones, que se culmine el saneamiento de la Ría de Ferrol, que se habilite ese muelle para que un peregrino pueda dejar allí su barco mientras camina y que a su regreso pueda presentar la compostela para acceder a un descuento, que se derribe el muro de Navantia donde es de hormigón y se retranquee lo necesario para evitar que los peregrinos caminen por una acera estrecha de apenas un metro, que se negocie con todas las administraciones el embellecimiento, retranqueo, derribo y construcción de cierres que afeen el trazado, que se cuiden las zonas verdes por las que pasa y se protejan lo más posible.
Pero os propongo que no nos creamos que eso tiene que pasar este año o antes de que pasen dos. No, esto tiene que pasar para siempre, y no podemos conformarnos con que en Durham se instalen mojones, o con que una regata pase por delante de Galicia. El Camino Inglés es nuestro camino y ha de ser nuestro constante afán, de todos y cada uno de nosotros y mientras nos quede aliento, y no debemos sentarnos a esperar de las administraciones que sean leales entre ellas, o a que las gobiernen políticos del mismo signo; debemos ser nosotros los que lo paseemos, lo cuidemos, lo fotografiemos, lo difundamos y lo vivamos... porque si no, de nada servirán los parches que se hagan con las migajas que caen de las mesas de los grandes caladeros de votos.
Tal vez ahí sí habría un buen filón electoral, en un grupo humano que supiera coordinar las acciones de todos los municipios y asociaciones culturales por donde pasa el trazado actual; tal vez en ellos yo sí confiaría.

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho este artículo del Camino Inglés. La verdad es que aún queda mucho por hacer, pero como soy optimista, seguro que alcanzaremos nuestros objetivos.
    Y para mejorar las cosas, yo ya empecé a actuar y puse mi pequeño granito de arena.
    El pasado domingo 24, con una bolsa de plástico en la mano, recorrí el camino desde nuestro club de windsurf en Caranza, hasta la ermita, recogiendo toda la porquería que había tirada. Pero tuve que buscar otra bolsa, porque ya había llenado la primera. Lo dejé impecable. Y realizaré esta pequeña tarea periódicamente, para que los peregrinos tengan un recorrido más agradable , al menos en este tramo.

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    Respuestas
    1. Buenos días, Luis.

      Muchas gracias por tu comentario y por tu desinteresada labor. Lamentablemente todavía hay quien no ha comprendido que los espacios públicos son de todos y que debemos cuidarlos. El tramo jacobeo ferrolano, independientemente de si el trazado es o no el correcto, debería estar constantemente vigilado y mejorado. Espero que poco a poco vaya calando esa lluvia fina que sólo nos hará ganar a todos.

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