Confieso que cuando leí en Diario de Ferrol que el centro de formación profesional Ferrolterra tenía un ciclo dedicado a la construcción naval tradicional me quedé de piedra ¿Cómo es que no lo había leído? ¿Cómo es que el CIFP con más prestigio de la ciudad y uno de los mejores de Galicia no había destacado en un área tan ligada a la ciudad? ¿Cómo es que algo que yo reclamaba ya existía y yo no me había enterado? Y entonces sentí cierto alivio leyendo la noticia completa: Sólo lleva un año en marcha, y de ahí que no haya resultados visibles.
Pero este centro, que es puntero en casi todo lo que emprende, ya ha dado uno de esos pasos a los que nos tiene acostumbrados a los que seguimos sus andanzas; sí, soy un fan total y absoluto de la Formación Profesional, y creo que si nuestra enseñanza secundaria fuera mejor debería ser una opción al menos tan elegida como los estudios universitarios.
El hecho de que se hayan puesto de acuerdo con una unidad de la Armada para restaurar una embarcación podría ser sólo una anécdota de las muchas buenas noticias que nos llegan a la ciudad, pero yo quiero creer que es el inicio de algo grande, porque siempre he creído que esta ciudad a la que tantos amamos encierra un tesoro en su idiosincrasia que nos debería hacer resaltar aún más nuestro carácter.
Porque Ferrol es una ciudad marinera en la que el mar está siempre presente y siempre en comunión con la montaña. Esa mar tan querida y tan temida que ha forjado a tantos de los nuestros en todos los rincones del mundo y que nos ha traído tantas cosas, empieza a ser una fuente de ingresos, una novia despechada a la que volvemos a prestar atención, una amistad que resurge tras creer que se había extinguido.
Ahora es un "nueve metros" de madera, tal vez mañana sea un barco en la grada de La Cabana, o algo más grande en su dique, en ese tesoro que se acaba de incorporar por la puerta grande al ya enorme listado de valores de la ciudad. Y por eso vuelvo a repetir mi eterna salmodia, para que no caiga en el olvido por no rezarla con la frecuencia suficiente: Si EXPONAV, el Museo Naval, Navantia,la Armada, el Colegio de Ingenieros Navales, las empresas e industrias auxiliares, la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta de Galicia y el Ministerio de Industria y la SEPI quieren, Ferrol puede convertirse en muy poco tiempo en el referente mundial de la construcción naval. Y el CIFP Ferrolterra seguro que tiene mucho que aportar en ese juego.
Y sí, he escrito mundial, porque antes de que nos demos cuenta, de nuestras gradas saldrán las fragatas más modernas del mundo, diseñadas íntegramente en España y construidas y armadas en Ferrol, que es ese sitio que nadie sabe por qué no se ha enriquecido después de vender barcos por todo el mundo. Y en ese momento estarán aquí las dotaciones de las corbetas árabes que se van a construir en San Fernando, lo que tal vez también sea el comienzo de algo nuevo.
Espero que no nos pille como siempre durmiendo.
Pero este centro, que es puntero en casi todo lo que emprende, ya ha dado uno de esos pasos a los que nos tiene acostumbrados a los que seguimos sus andanzas; sí, soy un fan total y absoluto de la Formación Profesional, y creo que si nuestra enseñanza secundaria fuera mejor debería ser una opción al menos tan elegida como los estudios universitarios.
El hecho de que se hayan puesto de acuerdo con una unidad de la Armada para restaurar una embarcación podría ser sólo una anécdota de las muchas buenas noticias que nos llegan a la ciudad, pero yo quiero creer que es el inicio de algo grande, porque siempre he creído que esta ciudad a la que tantos amamos encierra un tesoro en su idiosincrasia que nos debería hacer resaltar aún más nuestro carácter.
Porque Ferrol es una ciudad marinera en la que el mar está siempre presente y siempre en comunión con la montaña. Esa mar tan querida y tan temida que ha forjado a tantos de los nuestros en todos los rincones del mundo y que nos ha traído tantas cosas, empieza a ser una fuente de ingresos, una novia despechada a la que volvemos a prestar atención, una amistad que resurge tras creer que se había extinguido.
Ahora es un "nueve metros" de madera, tal vez mañana sea un barco en la grada de La Cabana, o algo más grande en su dique, en ese tesoro que se acaba de incorporar por la puerta grande al ya enorme listado de valores de la ciudad. Y por eso vuelvo a repetir mi eterna salmodia, para que no caiga en el olvido por no rezarla con la frecuencia suficiente: Si EXPONAV, el Museo Naval, Navantia,la Armada, el Colegio de Ingenieros Navales, las empresas e industrias auxiliares, la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta de Galicia y el Ministerio de Industria y la SEPI quieren, Ferrol puede convertirse en muy poco tiempo en el referente mundial de la construcción naval. Y el CIFP Ferrolterra seguro que tiene mucho que aportar en ese juego.
Y sí, he escrito mundial, porque antes de que nos demos cuenta, de nuestras gradas saldrán las fragatas más modernas del mundo, diseñadas íntegramente en España y construidas y armadas en Ferrol, que es ese sitio que nadie sabe por qué no se ha enriquecido después de vender barcos por todo el mundo. Y en ese momento estarán aquí las dotaciones de las corbetas árabes que se van a construir en San Fernando, lo que tal vez también sea el comienzo de algo nuevo.
Espero que no nos pille como siempre durmiendo.
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