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El Museo de Ferrol.

Me da igual lo que digáis: Si hay una inversión cuya productividad podría ser fácilmente mensurable en el corto plazo esa no es si no la inversión en arte. Sí; estoy convencido que la música traerá grandes alegrías a Ferrol como las ha llevado a todos los sitios en los que que la tratan con respeto y cariño. Salzsburgo o Dublín, por mencionar dos sitios que tuve la fortuna de conocer, no se entenderían sin su música, y me refiero tanto a la académica como a la popular. En Ferrol tenemos de ambas y la cosa parece no tener fin, y el que no lo crea que vaya a otras ciudades a ver cuántos tipos de música y cuántos músicos por habitante hay.
Correos está pidiendo a gritos dejar de ser Correos.

Pero es que en Ferrol tenemos la pintura y la escritura, aunque no nos da la gana de creérnoslo. Sé que el dinero se va a invertir en otras cosas (y la gente lo aplaudirá como aplaudían a Basterrechea por traer a conjuntos de música actual), pero creo que Ferrol debería contar con una escuela pública de pintura no reglada, y seguramente algo se podrá hacer con la escritura en una ciudad en la que tantos escriben tanto y tan bien.
Algunos lectores muy amables me dicen que tengo ideas muy buenas -aunque yo no creo haber tenido ninguna idea aparte de la de la escalera de la Alameda del Carbón- y me alaban cuando escribo algo que ya he leído en algún sitio, o que ya se ha hecho en otro sitio, o que ya hubo en Ferrol y dejó de haberlo; porque en Ferrol hubo una escuela de artes y oficios que nos dio muchas alegrías (o se las dio a otros, quién sabe) y nuestras miserias y nuestras crisis consiguieron que dejara de haberla.
Yo ya expliqué largo y tendido que creo que Correos debería ser nuestra escuela de artes y oficios y nuestro museo municipal (aunque también expliqué que antes deberíamos recuperar muchos fondos y buscar otros); también conté varias veces que podemos permitirnos un gran concurso de pintura figurativa (paisajística y costumbrista, a mi modo de ver, e incluso pensar en un certamen de pintura histórica); además empujé para que el Sánchez Aguilera se convirtiera en nuestra ciudad de servicios para poder ubicar allí la oficina de Correos, entre otras instituciones... poco importa eso ahora, como no importa nada que yo opine que en el Convenio con Defensa se debería tratar de incluir al Parque de Autos para poder trasladarlo y poder vertebrar la ciudad.
Pero es que la pintura... ¡Por el amor de Dios! La ciudad está pidiendo a gritos que la pintura se una de una vez a la música para aprovechar nuestras más arraigadas expresiones artísticas.
Pero no pasa nada: Ahora hay un gobierno nuevo (como siempre) que tratará de capitalizar un momento en el que Ferrol debe aprovechar ciertos empujones que nos deberían ayudar a levantar un poco la cabeza. ¿Servirá de algo? ¿Conseguiremos relanzar el Camino Inglés? ¿Conseguiremos que el Ferrol de la ilustración deje de ser la eterna promesa? ¿Conseguiremos que el puerto exterior empiece a generar empleos que permitan amortizar parte de la inversión? ¿Conseguiremos un tren mejor? ¿Una ría completamente depurada? ¿Un Ferrol Vello que resurja de sus cenizas y una Magdalena que al menos salga de la UCI y pueda pasar a planta?
Pues no tengo ni idea, y aunque creo que lo sabremos antes de que cambiemos de alcalde (que cambiaremos) no tengo ninguna esperanza de que estemos cerca de empezar a creernos que en Ferrol las artes pueden generar empleo de calidad y atraer visitantes... y tal vez la prueba sea el certificado de defunción que nos ha regalado la Junta de Galicia para nuestra impotente facultad de humanidades... pero insisto una vez más: entre mis sueños está que la gente llegue a saber algún día que a los ferrolanos también nos gusta la pintura, incluida la gente de Ferrol que está en el ayuntamiento.

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