Voy leyendo noticias en prensa -y enterándome por otros cauces- y me da la impresión de que estamos dirigidos por una serie de desinformados que no sabrían reconocer una oportunidad ni aunque se la encontraran en el bolsillo de su ropa interior con un cartel de neón.
Resulta que en Navantia se están construyendo dos barcos de color gris oscuro que en un periodo de tiempo indeterminado partirán hacia nuestras antípodas llevando el nombre de Ferrol por los siete mares; yo deduzco que no son barcos pilotados por control remoto, por lo que entiendo que al menos centenar y medio de aussies por casco tendrán que aparecer por estos lares en algún momento... vamos, que digo yo que eso de manejar un barco nuevo no será cosa de que se les entreguen las llaves y se vayan como si Navantia fuera un concesionario; pues bien: En una ciudad en la que el turismo relacionado con la Ilustración, el Modernismo, el Camino Inglés y los deportes náuticos y marinos cobra cada día más importancia, no se observa ningún indicio de que las circunstancias anteriormente expuestas hayan motivado ningún tipo de acción por parte de las autoridades implicadas, entre las que están la empresa municipal de turismo, la concejalía de lo propio, el geodestino (que nos cuesta también pasta), la Diputación y la Junta de Galicia, con sus empresas públicas, agencias y consejerías implicadas.
Corrijo este párrafo después de la noticia de que el Ayuntamiento va a tener en cuenta que en Navantia se van a reparar (más bien a remozar) dos grandes trasatlánticos, lo que va a generar que en Semana Santa tengamos a unos 3.000 operarios mayoritariamente británicos deambulando en sus entradas y salidas por un Camino Inglés que pretende ser más anglosajón que Shakespeare y durante una Semana Santa que ya lleva un tiempo siendo de interés Turístico Internacional, además de la celebración más concurrida de toda la vieja Galicia (sí: a lo largo de toda la Semana Santa concurren en Ferrol más visitas que en cualquier otro jolgorio colectivo, cosa que en general no suele importarle a nadie).
Decían los que saben de esto que la capacidad alojativa de nuestra exigua planta hotelera está agotada, y que seguramente ya no es posible encontrar una sola habitación durante nuestra semana más grande (le pido a Dios que este año haga buen tiempo y que sea el asombro de propios y extraños otra vez)… y por una vez tengo que congratularme de que esa inmensa afluencia haya despertado la actividad de la administración local en forma de coordinación e información ente los sectores implicados y la propia Navantia, lo que sin duda es mejor que quedarse esperando a que el dinero se marche a otros municipios o a que todos esos trabajadores averigüen por sus propios medios lo que se puede o no hacer en la ciudad.
Bueno, la cosa es que yo creo que en Ferrol no nos creemos mucho lo que tenemos, y que hay gente que desconoce que EXPONAV y el Museo Naval no son lo mismo, otros que jamás han entrado en el Museo de la Naturaleza que gestiona la SGHN o que no tienen ningún interés en visitar la Exposición Permanente de la Semana Santa de Ferrol (EXPOSANTA, la llamaría yo para resumir).
Y entonces me doy cuenta de que cuando no inviertes un patacón no puedes tener un retorno económico, y por eso en Ferrol no tenemos problema de masificación turística y son los propietarios de pisos los que acaban haciendo su agosto durante la primera luna llena después del equinoccio de primavera.
Pero insisto en lo del buen tiempo, y en las posibles actividades que se podrían desarrollar, en la feria que podrían albergar espacios como la Plaza Vieja o la Alameda del Carbón o incluso la alameda de los cacharros infames, en la oportunidad que podría suponer la afluencia simultánea de miles de visitantes para difundir todo lo bueno que podemos mostrar, en la difusión de las principales viandas producidas en nuestra comarca o a lo largo del trazado del Camino, en una estrategia real de difusión y de aprovechamiento de los recursos turísticos... y pienso en que tal vez sea mejor ir a modiño, habida cuenta de la incapacidad de tener ideas buenas por parte de nuestros gobernantes, por más que algunos se empeñen en que ellos fueron los que descubrieron la pólvora.
Y entonces veo como la Fábrica de Armas de Coruña fue desalojada de sus concesionarias para alcanzar un acuerdo de cesión inmediato con la universidad de La Coruña y pienso que aquí lo que hacen falta son menos memos y más gente con ideas que sepa comprender que si no cambiamos las medidas que nos han conducido a esta situación, no cambiaremos las consecuencias de las mismas.
Y mientras, seguimos leyendo buenas noticias que nunca han pasado, como el asilo, el tren a Caneliñas, la Vía de Alta Capacidad, las mejoras en el tren, la supresión del talud de Las Pías, la finalización del saneamiento o el inicio de la construcción de las nuevas fragatas, porque preferimos pensar en el futuro en vez de gestionar el presente... y así nos va, con millones de euros sin invertir, las calles llenas de baches y los jardines llenos de malas hierbas mientras la burricie sigue empeñada en que el principal problema de la ciudad es que a los ingenieros militares del Siglo XVIII se les ocurrió proteger a los arsenales con una muralla.
Si es que los ferrolanos tenemos muchas cosas buenas, pero somos raritos de carallo.
Resulta que en Navantia se están construyendo dos barcos de color gris oscuro que en un periodo de tiempo indeterminado partirán hacia nuestras antípodas llevando el nombre de Ferrol por los siete mares; yo deduzco que no son barcos pilotados por control remoto, por lo que entiendo que al menos centenar y medio de aussies por casco tendrán que aparecer por estos lares en algún momento... vamos, que digo yo que eso de manejar un barco nuevo no será cosa de que se les entreguen las llaves y se vayan como si Navantia fuera un concesionario; pues bien: En una ciudad en la que el turismo relacionado con la Ilustración, el Modernismo, el Camino Inglés y los deportes náuticos y marinos cobra cada día más importancia, no se observa ningún indicio de que las circunstancias anteriormente expuestas hayan motivado ningún tipo de acción por parte de las autoridades implicadas, entre las que están la empresa municipal de turismo, la concejalía de lo propio, el geodestino (que nos cuesta también pasta), la Diputación y la Junta de Galicia, con sus empresas públicas, agencias y consejerías implicadas.
Corrijo este párrafo después de la noticia de que el Ayuntamiento va a tener en cuenta que en Navantia se van a reparar (más bien a remozar) dos grandes trasatlánticos, lo que va a generar que en Semana Santa tengamos a unos 3.000 operarios mayoritariamente británicos deambulando en sus entradas y salidas por un Camino Inglés que pretende ser más anglosajón que Shakespeare y durante una Semana Santa que ya lleva un tiempo siendo de interés Turístico Internacional, además de la celebración más concurrida de toda la vieja Galicia (sí: a lo largo de toda la Semana Santa concurren en Ferrol más visitas que en cualquier otro jolgorio colectivo, cosa que en general no suele importarle a nadie).
Decían los que saben de esto que la capacidad alojativa de nuestra exigua planta hotelera está agotada, y que seguramente ya no es posible encontrar una sola habitación durante nuestra semana más grande (le pido a Dios que este año haga buen tiempo y que sea el asombro de propios y extraños otra vez)… y por una vez tengo que congratularme de que esa inmensa afluencia haya despertado la actividad de la administración local en forma de coordinación e información ente los sectores implicados y la propia Navantia, lo que sin duda es mejor que quedarse esperando a que el dinero se marche a otros municipios o a que todos esos trabajadores averigüen por sus propios medios lo que se puede o no hacer en la ciudad.
Bueno, la cosa es que yo creo que en Ferrol no nos creemos mucho lo que tenemos, y que hay gente que desconoce que EXPONAV y el Museo Naval no son lo mismo, otros que jamás han entrado en el Museo de la Naturaleza que gestiona la SGHN o que no tienen ningún interés en visitar la Exposición Permanente de la Semana Santa de Ferrol (EXPOSANTA, la llamaría yo para resumir).
Y entonces me doy cuenta de que cuando no inviertes un patacón no puedes tener un retorno económico, y por eso en Ferrol no tenemos problema de masificación turística y son los propietarios de pisos los que acaban haciendo su agosto durante la primera luna llena después del equinoccio de primavera.
Pero insisto en lo del buen tiempo, y en las posibles actividades que se podrían desarrollar, en la feria que podrían albergar espacios como la Plaza Vieja o la Alameda del Carbón o incluso la alameda de los cacharros infames, en la oportunidad que podría suponer la afluencia simultánea de miles de visitantes para difundir todo lo bueno que podemos mostrar, en la difusión de las principales viandas producidas en nuestra comarca o a lo largo del trazado del Camino, en una estrategia real de difusión y de aprovechamiento de los recursos turísticos... y pienso en que tal vez sea mejor ir a modiño, habida cuenta de la incapacidad de tener ideas buenas por parte de nuestros gobernantes, por más que algunos se empeñen en que ellos fueron los que descubrieron la pólvora.
Y entonces veo como la Fábrica de Armas de Coruña fue desalojada de sus concesionarias para alcanzar un acuerdo de cesión inmediato con la universidad de La Coruña y pienso que aquí lo que hacen falta son menos memos y más gente con ideas que sepa comprender que si no cambiamos las medidas que nos han conducido a esta situación, no cambiaremos las consecuencias de las mismas.
Y mientras, seguimos leyendo buenas noticias que nunca han pasado, como el asilo, el tren a Caneliñas, la Vía de Alta Capacidad, las mejoras en el tren, la supresión del talud de Las Pías, la finalización del saneamiento o el inicio de la construcción de las nuevas fragatas, porque preferimos pensar en el futuro en vez de gestionar el presente... y así nos va, con millones de euros sin invertir, las calles llenas de baches y los jardines llenos de malas hierbas mientras la burricie sigue empeñada en que el principal problema de la ciudad es que a los ingenieros militares del Siglo XVIII se les ocurrió proteger a los arsenales con una muralla.
Si es que los ferrolanos tenemos muchas cosas buenas, pero somos raritos de carallo.
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