Algunos de vosotros sabéis que mi tarea tiene tres focos de propagación con resultados y procedimientos dispares: Por un lado está este humilde y poco concurrido blog, en el que el riesgo de contagio es casi imposible dada su poca difusión; luego está el Facebook, desde donde diariamente (con mayor o menor fortuna) sentencio o valoro "desde un punto de vista ferrolano" casi cualquier tema que se me ocurra. Esta página tiene sus días y sus periodos, pero lo que más me alegra de ella es que me siguen bastantes izquierdistas convencidos, aunque permanecen mudos casi siempre, escriba lo que escriba. Por último, y dependiendo de la situación, utilizo el Twitter, donde a pesar de mi nula querencia a la auto-publicidad, de vez en cuando me marco una asonada de las que hace época... aunque seguirme, me siguen más bien pocos.
Podría parecer que esta introducción no tiene nada que ver con la crisis que estamos viviendo en España este aciago mes de marzo, en el que por primera vez hemos olvidado la llegada de la primavera, pese a que no hace falta ser Ojo de Halcón para darse cuenta de ello. Como soy de natural sociable, me gasto una de mis más preciadas posesiones (el tiempo) en leer opiniones de todo tipo y en informarme en varias cabeceras desde locales hasta nacionales. Desde Ferrol hasta Madrid, de derechas y de izquierdas, fiables y no fiables... pero nunca menos de una decena de medios diarios, además de las redes sociales y del ya destacado vector del conocimiento que es el WhatsApp.
La izquierda se ha puesto otra vez victimista, y ahora parece claro que la derecha ultramontana de Luppi (¿Pero por qué ultramontana, Luppi? ¿Qué coño querías decir?) busca la crispación para desunirnos, convirtiéndose en carroñeros al decir del reverendo padre Gabilondo, el de los suicidas y las culpas de Aznar... y Herrera, que en la intimidad votó a Izquierda Unida, dice que el 11M murieron en España 183 personas y que con esto del COVID-19 ya llevamos más de 3.000... a lo que se podría añadir que los etarras "ejecutaron" a más de 800 en cuatro décadas y que eso no fue óbice para que primero Zetaparo y luego Sanchinflas pactaran con ellos o con sus amigos con tal de dormir en la Moncloa. Algunos de mis allegados más socialistas alertan contra la campaña de influencia de la extrema derecha, y yo añado: Se lo creen.
Están intentando destruir España y se han encontrado con que el bicho no se para a escuchar la lengua materna antes de proceder según le dicta su conciencia viral: Aquí me llevo por delante al que haga falta, sin parar mientes en comprobar que sean ricos o pobres, hombres o mujeres y facciosos o amantes de la libertad, como Otegui... lo que son las cosas. Sin embargo, nos encontramos con un fenómeno poco comentado que a mí me apena profundamente y para el que sólo hay una solución que nadie quiere decir: Los muertos de Madrid, los enfermos de Madrid, los sanados de Madrid... reciben donaciones porque su presidenta las busca. Los de Plasencia, por decir algo, se joroban, porque el suyo no.
Sí, mis queridos sufridores: Feijoo anuncia que la banca le regala UCIs, Ayuso que el Cortinglés le ha soltado pasta, el otro que han ido a comprar mascarillas al Prica y el de más allá que va ordenar el cierre total de "su" territorio... y a nadie le parece extraño que estando en estado de alarma los presidentes de las regiones sean tan autonosuyistas que se crean con potestad de decidir acerca de la vida y la muerte sin que pongamos nuestro caldero más grande a calentar, le echemos alquitrán y empecemos a hacer acopio de plumas mientras otros trenzan cuerdas de cáñamo.
Es repugnante, cruel, inhumano, insolidario, espantoso, terrible y muchas cosas más que haya un cerrojazo informativo acerca de las terribles consecuencias personales de la epidemia; es aterrador pensar en que a ninguno de esos muerdealmohadas se les haya ocurrido pensar que los medios para combatir la crisis deben ser nacionales puesto que el estatal es nuestro máximo nivel de gestión y coordinación. Es desesperanzador comprobar como sólo Andalucía y Murcia están pensando más allá de Despeñaperros y relativamente angustioso comprobar que ya nos sale solo lo de mirar primero nuestros muertos y después compararlos con los de nuestros vecinos.
PD: Ya se han admitido a trámite las primeras querellas criminales contra el gobierno, y aunque lamentablemente la independencia del poder judicial español es incluso menor que la de la región catalana, lo cierto es que ese muestrario de indocumentados (con el filósofo pasmado a la cabeza) ya han reconocido tácita, implícita y explícitamente que sabían lo que se les venía encima desde hace tiempo, pero que estaban demasiado ocupados preparándose para volver a sus casas solas y borrachas, y que todos tenemos errores y todas esas cosas.
PD2: No me estoy haciendo nada, querida Titi, pero a esta hora se han reconocido 56.188 infectados y 4.089 muertos (y los datos, para los que no lo sepáis, se cierran a las 20:00 horas del día anterior a su publicación). Cada hora mueren 27 personas en España, cada cinco minutos mueren dos, y en el tiempo en que habéis tardado en leer estas líneas, cinco personas han dejado atrás este mundo. Contádselo a sus allegados, lo del alarmismo y la lealtad institucional, y veréis lo que tardan en mentaros un sinfín de antepasados a los que ya ni siquiera recordabais.
Podría parecer que esta introducción no tiene nada que ver con la crisis que estamos viviendo en España este aciago mes de marzo, en el que por primera vez hemos olvidado la llegada de la primavera, pese a que no hace falta ser Ojo de Halcón para darse cuenta de ello. Como soy de natural sociable, me gasto una de mis más preciadas posesiones (el tiempo) en leer opiniones de todo tipo y en informarme en varias cabeceras desde locales hasta nacionales. Desde Ferrol hasta Madrid, de derechas y de izquierdas, fiables y no fiables... pero nunca menos de una decena de medios diarios, además de las redes sociales y del ya destacado vector del conocimiento que es el WhatsApp.
La izquierda se ha puesto otra vez victimista, y ahora parece claro que la derecha ultramontana de Luppi (¿Pero por qué ultramontana, Luppi? ¿Qué coño querías decir?) busca la crispación para desunirnos, convirtiéndose en carroñeros al decir del reverendo padre Gabilondo, el de los suicidas y las culpas de Aznar... y Herrera, que en la intimidad votó a Izquierda Unida, dice que el 11M murieron en España 183 personas y que con esto del COVID-19 ya llevamos más de 3.000... a lo que se podría añadir que los etarras "ejecutaron" a más de 800 en cuatro décadas y que eso no fue óbice para que primero Zetaparo y luego Sanchinflas pactaran con ellos o con sus amigos con tal de dormir en la Moncloa. Algunos de mis allegados más socialistas alertan contra la campaña de influencia de la extrema derecha, y yo añado: Se lo creen.
Están intentando destruir España y se han encontrado con que el bicho no se para a escuchar la lengua materna antes de proceder según le dicta su conciencia viral: Aquí me llevo por delante al que haga falta, sin parar mientes en comprobar que sean ricos o pobres, hombres o mujeres y facciosos o amantes de la libertad, como Otegui... lo que son las cosas. Sin embargo, nos encontramos con un fenómeno poco comentado que a mí me apena profundamente y para el que sólo hay una solución que nadie quiere decir: Los muertos de Madrid, los enfermos de Madrid, los sanados de Madrid... reciben donaciones porque su presidenta las busca. Los de Plasencia, por decir algo, se joroban, porque el suyo no.
Sí, mis queridos sufridores: Feijoo anuncia que la banca le regala UCIs, Ayuso que el Cortinglés le ha soltado pasta, el otro que han ido a comprar mascarillas al Prica y el de más allá que va ordenar el cierre total de "su" territorio... y a nadie le parece extraño que estando en estado de alarma los presidentes de las regiones sean tan autonosuyistas que se crean con potestad de decidir acerca de la vida y la muerte sin que pongamos nuestro caldero más grande a calentar, le echemos alquitrán y empecemos a hacer acopio de plumas mientras otros trenzan cuerdas de cáñamo.
Es repugnante, cruel, inhumano, insolidario, espantoso, terrible y muchas cosas más que haya un cerrojazo informativo acerca de las terribles consecuencias personales de la epidemia; es aterrador pensar en que a ninguno de esos muerdealmohadas se les haya ocurrido pensar que los medios para combatir la crisis deben ser nacionales puesto que el estatal es nuestro máximo nivel de gestión y coordinación. Es desesperanzador comprobar como sólo Andalucía y Murcia están pensando más allá de Despeñaperros y relativamente angustioso comprobar que ya nos sale solo lo de mirar primero nuestros muertos y después compararlos con los de nuestros vecinos.
PD: Ya se han admitido a trámite las primeras querellas criminales contra el gobierno, y aunque lamentablemente la independencia del poder judicial español es incluso menor que la de la región catalana, lo cierto es que ese muestrario de indocumentados (con el filósofo pasmado a la cabeza) ya han reconocido tácita, implícita y explícitamente que sabían lo que se les venía encima desde hace tiempo, pero que estaban demasiado ocupados preparándose para volver a sus casas solas y borrachas, y que todos tenemos errores y todas esas cosas.
PD2: No me estoy haciendo nada, querida Titi, pero a esta hora se han reconocido 56.188 infectados y 4.089 muertos (y los datos, para los que no lo sepáis, se cierran a las 20:00 horas del día anterior a su publicación). Cada hora mueren 27 personas en España, cada cinco minutos mueren dos, y en el tiempo en que habéis tardado en leer estas líneas, cinco personas han dejado atrás este mundo. Contádselo a sus allegados, lo del alarmismo y la lealtad institucional, y veréis lo que tardan en mentaros un sinfín de antepasados a los que ya ni siquiera recordabais.
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