Pues parece que Cindy Crawford visitó el Machu-Pichu, nada menos; e incluso parece ser que le gustó, afortunadamente; y aunque este festivo acontecimiento se vio ligeramente ensombrecido por unas molestias en los isquiotibiales de Cristiano Ronaldo -el pobre- todavía pudimos deleitarnos con la visita de Pedro Sánchez al Hormiguero. ¡Qué feliz día el de ayer!
Porque poco importa que los islamistas decapiten a cooperantes que, aparentemente al menos, soportan con estoica tranquilidad tan amargo destino. Tampoco tiene mayor interés que el mismísimo Papa Francisco alerte de que estamos de hecho en una guerra mundial con múltiples frentes, o que Rusia vuelva por sus fueros expansionistas y haya decidido anexionarse Crimea y ya de paso unas parcelas ucranianas.
Y es que esa prensa que cree poner y quitar reyes cada día da más palos de ciego. Y que nadie piense que sólo la televisión esparce basura sociológica como si fuera un bien de primera necesidad: Daos un paseo ahora mismo por las principales cabeceras digitales y os sorprenderéis de las terribles desgracias que les están pasando a los Pantoja o Jurado, de un montón de anécdotas personales de deportistas de todo pelaje o de la vida privada de una auténtica legión de famosos, la mayoría de ellos famosos sólo por el hecho de existir y como única ocupación para subsistir.
Y claro, con todo ese exceso de información inútil como tenemos, con tantas horas dedicadas al Marca y al As y con tantos corazones y tomates olvidamos lo importante que es vivir de acuerdo con nuestros principios, o tal vez incluso olvidamos nuestros principios, si es que realmente alguna vez nos los inculcaron.
Y a mí me parece que el problema no son las clases que han tenido hace poco acceso a la educación, esos hijos o nietos de analfabetos que superan con creces en formación y educación a sus padres; no, el problema somos las clases medias acomodadas, que adolecemos de una laxitud moral que nos ha hundido en el relativismo más absoluto.
Sé que no estamos para idealismos, pero pensemos que hoy en día es peligroso no moverse, porque hay poderosoas fuerzas que ya están movilizadas y que galopan en peligrosos caballos: El marxismo vuelve por sus fueros ante la inacción de la izquierda socialista; la xenofobia y los nacionalismos excluyentes enarbolan pendones listos para una nueva batalla; el óxido de las cimitarras ya está siendo limpiado con la sangre de los infieles... Mientras tanto somos capaces de discutir acerca de la flagrante injusticia que se ha cometido con Diego López o de las nuevas pechugas de la hija adoptiva de una tonadillera.
Y eso es lo que hace que los niñatos del Barcelona (los Gasol, Piqué, Xavis...) crean que la consulta soberanista es un derecho que tienen: Que no tienen ni la más remota idea de lo que es la justicia, la legalidad, la ética o el derecho: Ellos pueden cobrar miles de dolares por promocionar una marca deportiva enfundados en la bandera de España y al día siguiente venir con el eufemismo de que una consulta es democrática.
Pues no, señores míos, lo que es democrático es cumplir la ley que el pueblo se ha dado, no cambiarla cuando algo no nos gusta. Y si creéis que esto se resuelve con una consulta empezar a estudiar lo que ha pasado en Quebec o en Escocia, y si es posible dejad de representarnos por el mundo, ya que no os sentís españoles, malditos hipócritas; ni tan siquiera tenéis el valor de decir la verdad: Vosotros no queréis votar, eso lo hacéis cada dos por tres, ni siquiera queríais la independencia hasta hace poco: Lo único que queréis, groseros insolidarios, es pagar menos impuestos.
PD: En estos días en que Artur Mas ha convocado la consulta, para mí uno de los episodios más vergonzosos de la historia reciente de España. Parece ser que las autoridades fiscales vana acontribuir a apaciguar los ánimos con ciertas cifras relacionadas con la más que saneada economía de los "convergentes" ¡Qué país, Dios mío, qué país!
Porque poco importa que los islamistas decapiten a cooperantes que, aparentemente al menos, soportan con estoica tranquilidad tan amargo destino. Tampoco tiene mayor interés que el mismísimo Papa Francisco alerte de que estamos de hecho en una guerra mundial con múltiples frentes, o que Rusia vuelva por sus fueros expansionistas y haya decidido anexionarse Crimea y ya de paso unas parcelas ucranianas.
Y es que esa prensa que cree poner y quitar reyes cada día da más palos de ciego. Y que nadie piense que sólo la televisión esparce basura sociológica como si fuera un bien de primera necesidad: Daos un paseo ahora mismo por las principales cabeceras digitales y os sorprenderéis de las terribles desgracias que les están pasando a los Pantoja o Jurado, de un montón de anécdotas personales de deportistas de todo pelaje o de la vida privada de una auténtica legión de famosos, la mayoría de ellos famosos sólo por el hecho de existir y como única ocupación para subsistir.
Y claro, con todo ese exceso de información inútil como tenemos, con tantas horas dedicadas al Marca y al As y con tantos corazones y tomates olvidamos lo importante que es vivir de acuerdo con nuestros principios, o tal vez incluso olvidamos nuestros principios, si es que realmente alguna vez nos los inculcaron.
Y a mí me parece que el problema no son las clases que han tenido hace poco acceso a la educación, esos hijos o nietos de analfabetos que superan con creces en formación y educación a sus padres; no, el problema somos las clases medias acomodadas, que adolecemos de una laxitud moral que nos ha hundido en el relativismo más absoluto.
Sé que no estamos para idealismos, pero pensemos que hoy en día es peligroso no moverse, porque hay poderosoas fuerzas que ya están movilizadas y que galopan en peligrosos caballos: El marxismo vuelve por sus fueros ante la inacción de la izquierda socialista; la xenofobia y los nacionalismos excluyentes enarbolan pendones listos para una nueva batalla; el óxido de las cimitarras ya está siendo limpiado con la sangre de los infieles... Mientras tanto somos capaces de discutir acerca de la flagrante injusticia que se ha cometido con Diego López o de las nuevas pechugas de la hija adoptiva de una tonadillera.
Y eso es lo que hace que los niñatos del Barcelona (los Gasol, Piqué, Xavis...) crean que la consulta soberanista es un derecho que tienen: Que no tienen ni la más remota idea de lo que es la justicia, la legalidad, la ética o el derecho: Ellos pueden cobrar miles de dolares por promocionar una marca deportiva enfundados en la bandera de España y al día siguiente venir con el eufemismo de que una consulta es democrática.
Pues no, señores míos, lo que es democrático es cumplir la ley que el pueblo se ha dado, no cambiarla cuando algo no nos gusta. Y si creéis que esto se resuelve con una consulta empezar a estudiar lo que ha pasado en Quebec o en Escocia, y si es posible dejad de representarnos por el mundo, ya que no os sentís españoles, malditos hipócritas; ni tan siquiera tenéis el valor de decir la verdad: Vosotros no queréis votar, eso lo hacéis cada dos por tres, ni siquiera queríais la independencia hasta hace poco: Lo único que queréis, groseros insolidarios, es pagar menos impuestos.
PD: En estos días en que Artur Mas ha convocado la consulta, para mí uno de los episodios más vergonzosos de la historia reciente de España. Parece ser que las autoridades fiscales vana acontribuir a apaciguar los ánimos con ciertas cifras relacionadas con la más que saneada economía de los "convergentes" ¡Qué país, Dios mío, qué país!
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