Ya tenemos un nuevo líder mediático en España, y no me refiero al pitufo gruñón que está capitalizando los votos de todos aquellos que están hartos del latrocinio permanente al que se ha sometido y presumiblemente se sigue sometiendo a esta nación. Se llama Pedro Sánchez y dicen que sus iniciales se corresponden con las de su partido, que es muy alto, que es guapísimo, que habla tres idiomas y muchas lisonjas más que sonrojarían a la mismísima Linda Evangelista.
El caso es que cuando abre la boca dice cosas de este estilo:
"Yo suprimiría el Ministerio de Defensa".
"Sálvame es un referente social".
"Hay que reformar la Constitución para dar encaje a Cataluña".
"La violencia de genero es terrorismo y sus víctimas deberían tener funerales de estado".
Esto en el poco tiempo que lleva ni merece que se le conteste que sin Defensa seríamos parte de cualquier califato, que Sálvame es uno de los más lamentables ejemplos de telebasura en esta nación, que si los catalanes quieren un nuevo encaje que se vayan a Camariñas, que allí las palilleiras los hacen preciosos y que no frivolice con un tema tan lamentable como es el asesinato, y que mucho menos lo mezcle con el espinoso asunto del terrorismo.
Pero esto promete tantas incongruencias que no hay más que sentarse y lamentar que el partido que debería servir de rompeolas ante las embestidas de la izquierda radical se convierta en una fábrica de frasecitas al más puro estilo El Club de la Comedia. Y algunos estamos empezando a pensar que no hay nada que lamentar, que se merecen perder aun más votos y que sus votantes acudan en tropel a votar a Ciudadanos y a UPyD.
El problema es que dicen que cerca de cinco millones se han radicalizado tanto que se van a pasar a Pablemos.
El caso es que cuando abre la boca dice cosas de este estilo:
"Yo suprimiría el Ministerio de Defensa".
"Sálvame es un referente social".
"Hay que reformar la Constitución para dar encaje a Cataluña".
"La violencia de genero es terrorismo y sus víctimas deberían tener funerales de estado".
Esto en el poco tiempo que lleva ni merece que se le conteste que sin Defensa seríamos parte de cualquier califato, que Sálvame es uno de los más lamentables ejemplos de telebasura en esta nación, que si los catalanes quieren un nuevo encaje que se vayan a Camariñas, que allí las palilleiras los hacen preciosos y que no frivolice con un tema tan lamentable como es el asesinato, y que mucho menos lo mezcle con el espinoso asunto del terrorismo.
Pero esto promete tantas incongruencias que no hay más que sentarse y lamentar que el partido que debería servir de rompeolas ante las embestidas de la izquierda radical se convierta en una fábrica de frasecitas al más puro estilo El Club de la Comedia. Y algunos estamos empezando a pensar que no hay nada que lamentar, que se merecen perder aun más votos y que sus votantes acudan en tropel a votar a Ciudadanos y a UPyD.
El problema es que dicen que cerca de cinco millones se han radicalizado tanto que se van a pasar a Pablemos.
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