Como un tren puntual que siempre pasa a las 05:30, así he pretendido escribir este blog y cuando publico suelo programar las entradas para que aparezcan precisamente a esa hora. No me preguntéis por qué, por que no tengo ni idea del motivo, aunque tiene algo que ver con que me gusta levantarme y comprobar que en otros países ya han leído la entrada.
Sé que mis publicaciones son mordaces en ocasiones y que mi temática siempre es similar; es lo que tiene escribir por afición: No estoy sujeto a que guste o no a editores, lectores o publicistas. Todo empezó con un cierto afán de remover conciencias y hacer ver a la gente que la inmoralidad ha arraigado en muchos ámbitos de nuestra sociedad en particular y del llamado mundo civilizado en general.
Pero yo soy una persona optimista en mi percepción del mundo. Vamos, que aun creyendo que el mal existe y que hay gente mala creo que la cultura es la mayor salvaguarda que tenemos contra la barbarie. No pretendo con esto autoproclamarme un filósofo de ningún tipo de corriente, antes bien unirme a tantos que creen que es mejor que tres millones lean el Marca a que no lean nada, o a aquellos que sostienen que hay salvación.
No pretendo justificar mi optimismo; soy una persona que me enfado con facilidad leyendo el periódico o viendo las noticias, especialmente cuando se manipulan. Pero sé que una persona que busca la verdad está más cerca de la misma que aquellas que dan todo por sentado. Y es posible que en esa búsqueda nos perdamos a menudo, e incluso que nunca lleguemos a la meta pretendida, pero sí sé que hoy tenemos acceso a todo tipo de plataformas, bibliotecas, prensa, páginas web, etc. que nos pueden ir acercando poco a poco a algo más cercano al equilibrio que al abismo.
No quiero decir tampoco que no estemos en peligro y que no haya amenazas de todo tipo rodeándonos por todas partes, pero (otro pero) hoy hay más que son conscientes del mismo y de ahí que surjan nuevos partidos con nuevas o viejas ideas, para alertar a tirios y troyanos de que lo único inmutable es el cambio.
Si alguna vez mis letras denotan rabia no es porque crea que no existe solución, sino porque creo que nos alejamos de la misma. Perdonadme estos errores y los demás que pueblan nuestras páginas y no os dejéis llevar por la desesperanza ni caigáis en la indolencia, porque muchas veces hay cosas que se solucionarán si nosotros ponemos las medidas para ello. Espero que estas palabras os sirvan de acicate para salir al mundo y descubrir las cosas que están bien y las que están mal, pero también para daros cuenta de cuántas veces creemos que algo es cierto y es, al menos, discutible.
Sé que mis publicaciones son mordaces en ocasiones y que mi temática siempre es similar; es lo que tiene escribir por afición: No estoy sujeto a que guste o no a editores, lectores o publicistas. Todo empezó con un cierto afán de remover conciencias y hacer ver a la gente que la inmoralidad ha arraigado en muchos ámbitos de nuestra sociedad en particular y del llamado mundo civilizado en general.
Pero yo soy una persona optimista en mi percepción del mundo. Vamos, que aun creyendo que el mal existe y que hay gente mala creo que la cultura es la mayor salvaguarda que tenemos contra la barbarie. No pretendo con esto autoproclamarme un filósofo de ningún tipo de corriente, antes bien unirme a tantos que creen que es mejor que tres millones lean el Marca a que no lean nada, o a aquellos que sostienen que hay salvación.
No pretendo justificar mi optimismo; soy una persona que me enfado con facilidad leyendo el periódico o viendo las noticias, especialmente cuando se manipulan. Pero sé que una persona que busca la verdad está más cerca de la misma que aquellas que dan todo por sentado. Y es posible que en esa búsqueda nos perdamos a menudo, e incluso que nunca lleguemos a la meta pretendida, pero sí sé que hoy tenemos acceso a todo tipo de plataformas, bibliotecas, prensa, páginas web, etc. que nos pueden ir acercando poco a poco a algo más cercano al equilibrio que al abismo.
No quiero decir tampoco que no estemos en peligro y que no haya amenazas de todo tipo rodeándonos por todas partes, pero (otro pero) hoy hay más que son conscientes del mismo y de ahí que surjan nuevos partidos con nuevas o viejas ideas, para alertar a tirios y troyanos de que lo único inmutable es el cambio.
Si alguna vez mis letras denotan rabia no es porque crea que no existe solución, sino porque creo que nos alejamos de la misma. Perdonadme estos errores y los demás que pueblan nuestras páginas y no os dejéis llevar por la desesperanza ni caigáis en la indolencia, porque muchas veces hay cosas que se solucionarán si nosotros ponemos las medidas para ello. Espero que estas palabras os sirvan de acicate para salir al mundo y descubrir las cosas que están bien y las que están mal, pero también para daros cuenta de cuántas veces creemos que algo es cierto y es, al menos, discutible.
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