Hace más de cuarenta años un grupo de terroristas trató de imponer por las armas su ideología, consistente en líneas generales en que todo el territorio vasco sin excepción debería secesionarse de España y Francia para convertirse en un estado comunista independiente.
Hoy, después de más de ochocientos asesinatos, múltiples mutilaciones, secuestros y daños materiales y sabotajes cuantificados en miles de millones han dejado de matar sin conseguir su objetivo, no habiéndose disuelto ni colaborado con la justicia ni con ninguna otra institución. En líneas generales no muestran ningún arrepentimiento y justifican las víctimas y los daños como "consecuencia del conflicto".
Algunos partidos sostienen que hay que premiarles por haber dejado de matar concediéndoles aquello que reclamaban por la fuerza de las armas y reagrupando a sus convictos en las cárceles situadas en las inmediaciones de la comunidad autónoma vasca.
Los va a votar su puta madre.
Hoy, después de más de ochocientos asesinatos, múltiples mutilaciones, secuestros y daños materiales y sabotajes cuantificados en miles de millones han dejado de matar sin conseguir su objetivo, no habiéndose disuelto ni colaborado con la justicia ni con ninguna otra institución. En líneas generales no muestran ningún arrepentimiento y justifican las víctimas y los daños como "consecuencia del conflicto".
Algunos partidos sostienen que hay que premiarles por haber dejado de matar concediéndoles aquello que reclamaban por la fuerza de las armas y reagrupando a sus convictos en las cárceles situadas en las inmediaciones de la comunidad autónoma vasca.
Los va a votar su puta madre.
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