Ahora ya ni siquiera tratan de ocultarnos que piensan que somos tontos de remate: Ayer un dirigente del Partido Popular defendía que la reformita de la Ley Aído es un paso en el buen camino que demuestra que el PP está implicado en la defensa de la vida.
Si mi mamá hubiera tenido hijos tontos yo podría pensar que, efectivamente, legislar que las menores de edad sólo puedan abortar con consentimiento paterno es mejor que no hacerlo. Pero como no los tuvo (o al menos no tan tontos) yo le hubiera preguntado que cuánto piensan tardar en defender la vida dando un paso a favor por cada cuatro en contra que dé el PSOE; o viceversa, que tanto da.
Porque claro, decir que buscaban una ley consensuada y que por eso han propuesto esta reforma podría resultar creíble si no fuera porque sólo han votado a favor de la misma los populares, que debían empezar a llamarse impopulares.
Ahora pongámonos en la piel de un votante de izquierdas: ¿Qué pensará de la reforma? Pues si está a favor de la ideología de género pensará que los derechos sociales se han visto recortados y que es un guiño a los católicos.
Pasemos, pues, al votante católico: Pues pensará que al final las menores pueden seguir abortando igual, que la ley de plazos se ha mantenido, que ya ni hace falta el coladero del riesgo para la salud de la madre y que los de Rajoy han mentido en su programa.
Pasemos a los que no saben no contestan... pues no han entendido nada, porque todo este desgaste no ha modificado en absoluto el espíritu de la ley actual; vamos, que para ese viaje no hacían falta alforjas.
Entonces vamos a lo esencial: ¿Han ganado votos de la izquierda? ¿De la derecha? ¿Del centro? Pues no, no y no, en mi opinión.
Y encima esa fiera política que es don Albert ha dicho que para ellos el aborto es un fracaso de toda la sociedad y que va a luchar para que se pongan los medios que posibiliten que nadie quiera abortar, pero que quiere igualarnos a los países de nuestro entorno con el establecimiento de unas garantías legales para que aquellas mujeres que "tengan" que hacerlo se vean apoyadas y no se vuelva a la clandestinidad y a la falta de control. Sí, ya sé que no es muy concreto, pero al menos es sincero.
En definitiva, y a modo de resumen, Rajoy ha perdido otra batalla ideológica y sigue fiando todo a la economía y a su impecable gestión económica.
Le auguro una sangría constante de votos hasta que él y todo su equipo de sabios vuelvan a la oposición. Yo esa burra no la compro, y como yo muchos más.
Si mi mamá hubiera tenido hijos tontos yo podría pensar que, efectivamente, legislar que las menores de edad sólo puedan abortar con consentimiento paterno es mejor que no hacerlo. Pero como no los tuvo (o al menos no tan tontos) yo le hubiera preguntado que cuánto piensan tardar en defender la vida dando un paso a favor por cada cuatro en contra que dé el PSOE; o viceversa, que tanto da.
Porque claro, decir que buscaban una ley consensuada y que por eso han propuesto esta reforma podría resultar creíble si no fuera porque sólo han votado a favor de la misma los populares, que debían empezar a llamarse impopulares.
Ahora pongámonos en la piel de un votante de izquierdas: ¿Qué pensará de la reforma? Pues si está a favor de la ideología de género pensará que los derechos sociales se han visto recortados y que es un guiño a los católicos.
Pasemos, pues, al votante católico: Pues pensará que al final las menores pueden seguir abortando igual, que la ley de plazos se ha mantenido, que ya ni hace falta el coladero del riesgo para la salud de la madre y que los de Rajoy han mentido en su programa.
Pasemos a los que no saben no contestan... pues no han entendido nada, porque todo este desgaste no ha modificado en absoluto el espíritu de la ley actual; vamos, que para ese viaje no hacían falta alforjas.
Entonces vamos a lo esencial: ¿Han ganado votos de la izquierda? ¿De la derecha? ¿Del centro? Pues no, no y no, en mi opinión.
Y encima esa fiera política que es don Albert ha dicho que para ellos el aborto es un fracaso de toda la sociedad y que va a luchar para que se pongan los medios que posibiliten que nadie quiera abortar, pero que quiere igualarnos a los países de nuestro entorno con el establecimiento de unas garantías legales para que aquellas mujeres que "tengan" que hacerlo se vean apoyadas y no se vuelva a la clandestinidad y a la falta de control. Sí, ya sé que no es muy concreto, pero al menos es sincero.
En definitiva, y a modo de resumen, Rajoy ha perdido otra batalla ideológica y sigue fiando todo a la economía y a su impecable gestión económica.
Le auguro una sangría constante de votos hasta que él y todo su equipo de sabios vuelvan a la oposición. Yo esa burra no la compro, y como yo muchos más.
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