La verdad es que lo de este país no tiene remedio: Un ministro, un director, una infanta de España, un banquero-predicador, un presentador... tratando de justificar que ellos no hacían nada ilegal; Bertín Osborne (que me cae fenomenal) que dice que su empresa desactivada desde hace diecinueve años la activo para hipotecar un terreno y así saldar su cuenta con Hacienda de cinco millones de euros (más de ochocientos millones de pesetas, para los que recuerden a Roldán y a esos degenerados versión ochentera). Un ex-presidente (que no hace que soltar moralina) al que le cascan una multa de casi doscientos mil euros (lo que algunos tardamos años en ganar).
Y algunos siguen creyendo que es un tema de partidos o de afinidades políticas: No, es un problema de falta total de ética, de una inmoralidad que mancha todos los ámbitos de la sociedad, de una falta total de honestidad, decencia y honradez. Ya nadie tiene escrúpulos ni conciencia. La falta de valores y el materialismo ha acabado con la vergüenza, ya nada importa cuando te metes en la cama y te quedas solo con tus pensamientos.
Muchos de ellos se dicen de izquierdas, muchos de derechas, otros católicos, otros representantes del pueblo, los trabajadores o de Dios sabe qué. O empezamos todos a actuar con responsabilidad o acabaremos siendo un estado fallido que se deshará en taifas que serán a su vez fallidas.
Espero que poco a poco empecemos a recuperar los valores, desde dentro, por nosotros mismos, y que dejemos de defender o justificar a los "nuestros".
La guinda la tenemos en los que han justificado la ocultación del pedófilo del partido de Beirás o el grito en el cielo que ha puesto parte de la extrema izquierda ante la detención de filo-etarras que justificaban los asesinatos de ETA insultando además a sus víctimas, o el concejal de Podemos en Baleares que dice que hay que acabar con los diez millones de votantes del PP "o que si no, correrá la sangre".
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