Yo en esto de escribir ya llevo mucho años, en lo de pensar un poco menos. Una de las cosas que más me molesta es cuando la gente de cierta edad nos habla de lo mal que está ahora todo y de que nunca estuvimos peor.
Sin duda olvidan todos los regímenes dictatoriales de su juventud, las guerras mundiales, las guerras civiles, los exterminios, la explotación de las riquezas del tercer mundo, los imperialismos, el telón de acero, Yugoslavia, Vietnam,Indochina, Corea, las bombas atómicas, las matanzas de los kurdos y los armenios, olvidan a Hitler, Stalin o Mussolini, los campos de exterminio, Tiang Nam Men, Varsovia, los terrirismos francés, español, alemán o irlandés, las guerras de los israelíes o los atentados de la OLP.
También olvidan a los cientos de miles de palestinos desplazados, las matanzas raciales en África, la guerra colonial de Cuba o las descolonizaciones de las potencias europeas. Ni que decir tiene que los miles de asesinatos y secuestros perpetrados por los llamados movimientos de liberación en América.
No recuerdan el racismo, el apartheid, el black-power, la segregación, la invasión de Kuwait y la primera Guerra del Golfo. Tampoco recuerdan Malvinas o a los saharauis.
No recuerdan nada, tal vez porque nunca lo supieron, seguramente porque entonces se quejaban de que las cosas nunca habían estado tan mal.
Los pobres mártires de Roma deben asistir atónitos desde el Cielo a estas declaraciones, igual que los cientos de millones de muertos del Siglo XX, los perseguidos en la Edad Media, los de las Guerras de Religión, los de la de los cien años, los de las carlistas, los de la Independencia, los de Lepanto y todos los apresados y torturados por los piratas ingleses y holandeses, los esclavos negros cazados en África, los indios norteamericanos hacinados en sus reservas... desde luego hay veces que convendría sentarse y reflexionar un poco.
Sin duda olvidan todos los regímenes dictatoriales de su juventud, las guerras mundiales, las guerras civiles, los exterminios, la explotación de las riquezas del tercer mundo, los imperialismos, el telón de acero, Yugoslavia, Vietnam,Indochina, Corea, las bombas atómicas, las matanzas de los kurdos y los armenios, olvidan a Hitler, Stalin o Mussolini, los campos de exterminio, Tiang Nam Men, Varsovia, los terrirismos francés, español, alemán o irlandés, las guerras de los israelíes o los atentados de la OLP.
También olvidan a los cientos de miles de palestinos desplazados, las matanzas raciales en África, la guerra colonial de Cuba o las descolonizaciones de las potencias europeas. Ni que decir tiene que los miles de asesinatos y secuestros perpetrados por los llamados movimientos de liberación en América.
No recuerdan el racismo, el apartheid, el black-power, la segregación, la invasión de Kuwait y la primera Guerra del Golfo. Tampoco recuerdan Malvinas o a los saharauis.
No recuerdan nada, tal vez porque nunca lo supieron, seguramente porque entonces se quejaban de que las cosas nunca habían estado tan mal.
Los pobres mártires de Roma deben asistir atónitos desde el Cielo a estas declaraciones, igual que los cientos de millones de muertos del Siglo XX, los perseguidos en la Edad Media, los de las Guerras de Religión, los de la de los cien años, los de las carlistas, los de la Independencia, los de Lepanto y todos los apresados y torturados por los piratas ingleses y holandeses, los esclavos negros cazados en África, los indios norteamericanos hacinados en sus reservas... desde luego hay veces que convendría sentarse y reflexionar un poco.
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