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Ya está todo dicho.

Desde mis inicios en esto de la escritura en la red he explicado varias veces que todo lo relativo a Cataluña es una mentira histórica (o a-histórica, más bien) cuya principal causa era la búsqueda de la impunidad de los políticos burgueses que defraudaron por diferentes vías millones de euros. A veces es necesario recordar a nuestras pesetas para recordar que dos mil millones de euros son trescientos treinta y dos mil millones de pesetas (332.000.000.000).
Para hacernos la idea de cuánto es ese dinero pensemos que se podrían construir cinco ciudades de la cultura, comprar dos fragatas de última generación o construir dos puertos como el exterior de La Coruña. Con ese dinero se podría reconstruir Gaza, casi dos instalaciones como la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia o una Exposición Universal como la de Zaragoza. Por no hablar de lo que podrían suponer si se destinasen a mejorar prestaciones sociales vía contratación de personal, mejora de equipamientos o de qué infraestructuras podrían financiarse (111 kilómetros de AVE o 3.000 de una carretera convencional).
Pujol sigue libre y casi toda su familia también, y los independentistas ya han publicado una ley que pretende hacer añicos el sistema territorial español y pasarse por el arco del triunfo todo el cuerpo legislativo internacional que regula los procesos constituyentes. a ello sin duda ha ayudado mucho las cesiones a los chantajes de los políticos catalanes y la indefinición de la izquierda con respecto al mal llamado problema catalán.
El nivel de adoctrinamiento ha llegado a tal punto que ya son legión los que están convencidos de que el 2 de Octubre van a atar los perros con salchichones de Vic o con butifarras y se han echado al monte pasando por encima hasta de las víctimas del atentado de la Rambla. ¿Qué hace Podemos? ¿Qué hace Pablo Iglesias? Reunirse con los responsables del desaguisado en su desmedida ambición de acumular poder para lograr sus objetivos. ¿Y cuáles son sus objetivos? Pues aunque la verdad es que lo ignoro a mí este siniestro personaje me da la impresión de que cumple a rajatabla con la siguiente definición:


1. persona que falta a la lealtad o la fidelidad debidas.


Y claro, como esa palabra ya no existe en el castellano de España hay que ir a buscar de dónde viene y nos encontramos con lo siguiente:


1. s. f. Quebrantamiento de la lealtad o fidelidad que se le debe a una persona.
2. DERECHO Delito cometido contra la patria por los ciudadanos o contra la disciplina por los militares.
3. alta traición DERECHO Delito cometido contra la persona del soberano o contra la seguridad e independencia del estado.
4. a traición loc. adv. Con engaño, faltando a la lealtad o confianza de una persona.

Y sí, las palabras son traidor y traición; la lealtad debida la juraron a la Constitución y sólo queda definir a qué enemigo sirven. Porque la otra opción es que el enemigo sean ellos, con el peligro que para todos conllevaría.
Que nadie dude de que los papeles de Venezuela van a dar que hablar, y que no sería extraño que empezásemos a entender cómo es que en la manifestación de Barcelona se abucheó al Rey y a los representantes de los poderes del Estado español pero nunca a los autores de la masacre ni a los responsables de velar por su seguridad. Se avecinan tiempos difíciles ¿Vamos a seguir diciendo que la culpa es del gobierno?

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