Pasaban de las once y media de la noche cuando empezaron los fuegos sobre la Ensenada de la Malata. El paseo marítimo estaba abarrotado y los cientos de coches aparcados daban cuenta del atasco que se produciría a continuación; de pronto una estrella fugaz se sumó al espectáculo, como ansiosa por encontrar compañeros en su efímera, solitaria y luminosa vida.
Podríamos decir que una estrella fugaz es en realidad polvo estelar o los restos de un asteroide o de la cola de un cometa que entran en ignición cuando chocan con la atmósfera terrestre y estaríamos diciendo una prosaica verdad... pero los que gustamos de la escritura y de la lectura intentaríamos decir de una forma poética que en la noche de San Ramón todos los ferrolanos a la vez pidieron -pedimos- un deseo.
Por favor, que me de un beso.
Estar juntos para siempre.
Que hagamos barcos.
Que se arreglen las calles.
Que se acabe el paro.
Que se cure.
Que no sufra.
Que me deje de doler.
Una voz infantil casi lo gritó, mientras su madre confirmaba que también la había visto. Entre los miles de expectantes ojos los había nuevos y también cansados, esperanzados y descreídos, los había hastiados y también ansiosos.
Yo desee todo lo bueno y el fin de todo lo malo, y durante algo más de dieciocho minutos me olvidé de Cataluña y corea del Norte, de los ahogados del Mediterráneo y de las guerras de Oriente Medio. Sé que falta un año para que otra vez tenga ese cuarto de hora largo de total desconexión, pero en esa serena noche de jueves una estrella fugaz se unió a la fiesta de los ferrolanos. Ojalá se cumplan los sueños y deseos de todos los que la vieron. De todos los que la vimos.
Podríamos decir que una estrella fugaz es en realidad polvo estelar o los restos de un asteroide o de la cola de un cometa que entran en ignición cuando chocan con la atmósfera terrestre y estaríamos diciendo una prosaica verdad... pero los que gustamos de la escritura y de la lectura intentaríamos decir de una forma poética que en la noche de San Ramón todos los ferrolanos a la vez pidieron -pedimos- un deseo.
Por favor, que me de un beso.
Estar juntos para siempre.
Que hagamos barcos.
Que se arreglen las calles.
Que se acabe el paro.
Que se cure.
Que no sufra.
Que me deje de doler.
Miles de ferrolanos congregados (Imagen de La Voz de Galicia). |
Yo desee todo lo bueno y el fin de todo lo malo, y durante algo más de dieciocho minutos me olvidé de Cataluña y corea del Norte, de los ahogados del Mediterráneo y de las guerras de Oriente Medio. Sé que falta un año para que otra vez tenga ese cuarto de hora largo de total desconexión, pero en esa serena noche de jueves una estrella fugaz se unió a la fiesta de los ferrolanos. Ojalá se cumplan los sueños y deseos de todos los que la vieron. De todos los que la vimos.
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