En la prensa española, con excepción de la prensa nacionalista, Público, La Gaceta de Intereconomía y Libertad Digital, persiste un complejo permanente que impulsa a sus editores a defender la libertad de expresar ideas con las que en absoluto comulgan. Por supuesto incluyo a los primeros porque demuestran una absoluta desvergüenza en defender cualquier cosa -incluso basándose en mentiras- con tal de proteger su línea editorial.
El caso de los otros dos está bastante más claro: Intereconomía es un diario de derechas y Federico Jiménez Losantos hace tiempo que hace de su capa un sayo y defiende lo que le parece sin complejos, como cuando dedicó la mayor parte de su tiempo a atacar a todos por las mentiras del 11-M, sin resultados aparentes, por cierto.
Pero lo que me extraña es los del ABC, El Mundo, La Razón y otros diarios menores que, pese a tener una línea de pensamiento bastante clara, sufrén de ciertos tabúes a la hora de decidir lo que quieren o no publicar; un ejemplo: Ayer la extrema izquierda y los nacionalistas gallegos organizaron una vergonzosa convocatoria política con el ánimo de atacar a la Xunta de Galicia (co gaio, dicen ellos). En La Voz de Galicia ponen una noticia con un titular aséptico acerca del rechazo de los gallegos a la ola de incendios mientras en la foto que la ilustra se ven un montón de banderas independentistas gallegas, que a diferencia de las catalanas y las vascas no tienen nombre propio, que así de humildes son los hijos de Breogán... o de poco imaginativos.
A mí no es que me importe mucho que unos extremistas se disfracen de salvadores del pueblo sin atreverse a convocar en su nombre, porque sé que llevan mucho tiempo haciéndolo; ni siquiera me importa que se convoquen actos de elogio a terroristas, que se diga que fueron asesinados por las fuerzas franquistas o que hoy, en un sorprendente giro de la historia, defienda El Confidencial que los curas asaltaban cuarteles con ametralladoras. No, a mí lo que me sorprende de verdad y además me cabrea, es que cuando escribes un comentario en el que contestas los falsarios argumentos que se defienden en el artículo te censuran. Especialistas en la censura a sus lectores son La Voz de Galicia cuando les recuerdas que también han de ser imparciales con el PP, el Diario de Ferrol cuando les haces ver que tienen a escritores defendiendo actuaciones de terroristas o el ABC cuando les recuerdas que VOX es un partido perfectamente normal que sigue una línea de pensamiento más acorde con su línea editorial que el PP.
Y claro, yo es que creo que entre maricomplejines y subvencionados los periódicos españoles son muy capaces de dejar crecer al monstruo del nacionalismo o a cualquier otro hasta que sienten sus garras clavándose en su piel. Y la prueba es que hace pocos meses sólo algunos medios se atrevían a llamar traidores y rebeldes a los gobernantes catalanes, mientras que ahora todo el mundo se pone a la sombra de la bandera para pedir firmeza contra los secesionistas.
Y se llaman cuarto poder... ¿Poder? El verdadero poder es la libertad de expresar la verdad cuando creemos que se está ocultando, y es lo único que ennoblece a un escritor. A todos los pagados que teméis decir las cosas como son os llegará la hora del rechazo, y este artículo lo dedico especialmente al ABC por su silencio encendido hacia el aborto, su difusión permanente de la ideología LGTB y de género, su vergonzante omisión de todo dato que pueda dañar la imagen de Rajoy y su asquerosa ocultación de toda alternativa al omnímodo poder de los populares (el último y vergonzoso ejemplo es no mencionar que el PP se ha abstenido en la iniciativa de Ciudadanos para frenar el adoctrinamiento en la escuela catalana).
Así no se protege a España ni la libertad, así no se defienden las ideas ni la verdad, así no sois vosotros mismos, y se os nota en que no hay día que no contéis una estupidez del Real Madrid o una intimidad de Paula Echevarría. ¿O de verdad no os dais cuenta de que sabemos que nos ofrecéis el circo para que olvidemos el pan?
El caso de los otros dos está bastante más claro: Intereconomía es un diario de derechas y Federico Jiménez Losantos hace tiempo que hace de su capa un sayo y defiende lo que le parece sin complejos, como cuando dedicó la mayor parte de su tiempo a atacar a todos por las mentiras del 11-M, sin resultados aparentes, por cierto.
Pero lo que me extraña es los del ABC, El Mundo, La Razón y otros diarios menores que, pese a tener una línea de pensamiento bastante clara, sufrén de ciertos tabúes a la hora de decidir lo que quieren o no publicar; un ejemplo: Ayer la extrema izquierda y los nacionalistas gallegos organizaron una vergonzosa convocatoria política con el ánimo de atacar a la Xunta de Galicia (co gaio, dicen ellos). En La Voz de Galicia ponen una noticia con un titular aséptico acerca del rechazo de los gallegos a la ola de incendios mientras en la foto que la ilustra se ven un montón de banderas independentistas gallegas, que a diferencia de las catalanas y las vascas no tienen nombre propio, que así de humildes son los hijos de Breogán... o de poco imaginativos.
A mí no es que me importe mucho que unos extremistas se disfracen de salvadores del pueblo sin atreverse a convocar en su nombre, porque sé que llevan mucho tiempo haciéndolo; ni siquiera me importa que se convoquen actos de elogio a terroristas, que se diga que fueron asesinados por las fuerzas franquistas o que hoy, en un sorprendente giro de la historia, defienda El Confidencial que los curas asaltaban cuarteles con ametralladoras. No, a mí lo que me sorprende de verdad y además me cabrea, es que cuando escribes un comentario en el que contestas los falsarios argumentos que se defienden en el artículo te censuran. Especialistas en la censura a sus lectores son La Voz de Galicia cuando les recuerdas que también han de ser imparciales con el PP, el Diario de Ferrol cuando les haces ver que tienen a escritores defendiendo actuaciones de terroristas o el ABC cuando les recuerdas que VOX es un partido perfectamente normal que sigue una línea de pensamiento más acorde con su línea editorial que el PP.
Y claro, yo es que creo que entre maricomplejines y subvencionados los periódicos españoles son muy capaces de dejar crecer al monstruo del nacionalismo o a cualquier otro hasta que sienten sus garras clavándose en su piel. Y la prueba es que hace pocos meses sólo algunos medios se atrevían a llamar traidores y rebeldes a los gobernantes catalanes, mientras que ahora todo el mundo se pone a la sombra de la bandera para pedir firmeza contra los secesionistas.
Y se llaman cuarto poder... ¿Poder? El verdadero poder es la libertad de expresar la verdad cuando creemos que se está ocultando, y es lo único que ennoblece a un escritor. A todos los pagados que teméis decir las cosas como son os llegará la hora del rechazo, y este artículo lo dedico especialmente al ABC por su silencio encendido hacia el aborto, su difusión permanente de la ideología LGTB y de género, su vergonzante omisión de todo dato que pueda dañar la imagen de Rajoy y su asquerosa ocultación de toda alternativa al omnímodo poder de los populares (el último y vergonzoso ejemplo es no mencionar que el PP se ha abstenido en la iniciativa de Ciudadanos para frenar el adoctrinamiento en la escuela catalana).
Así no se protege a España ni la libertad, así no se defienden las ideas ni la verdad, así no sois vosotros mismos, y se os nota en que no hay día que no contéis una estupidez del Real Madrid o una intimidad de Paula Echevarría. ¿O de verdad no os dais cuenta de que sabemos que nos ofrecéis el circo para que olvidemos el pan?
Comentarios
Publicar un comentario