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Lo siento, Javier Gutiérrez, pero me he equivocado.

¡Qué poca perspectiva tuve! Intenté convencer a Mel Gibson para que rodara una película de la batalla de Brión, luego a la industria gallega del cine, y finalmente decidí acudir a Antonio Banderas. Un error garrafal: Tenía que haberme dado cuenta desde el principio de que la cosa era mucho más sencilla: Javier, siempre fuiste tú y no supe verte. Me dejé cegar por las luces de Hollywood sin darme cuenta de que estaban demasiado ocupados intentando que Harvey Weinstein y Kevin Spacey no abusara de ellos como para fijarse en este pequeño rincón del fin del mundo.
Perdóname, y te lo digo sinceramente: Tú eres el que tienes que rodar la batalla de Brión, no un australiano o un malagueño. Como no quiero aburrir a los que ya conocen mis argumentos los expongo rápidamente: Chico conoce chica, el padre lo rechaza por ser humilde, los ingleses atacan Ferrol, el chaval es determinante en la victoria y chuic, chuic, créditos finales con puesta de sol en Doniños mientras sellan su amor con un profundo beso.
Sí, hay demasiadas incógnitas, lo sé: ¿Cómo meter a Gomez Noya en el guion? Pues corriendo de Doniños a San Felipe a avisar y luego nadando a La Palma para ganar tiempo en la alerta.
¿Y a Paula Vázquez? Pues a modo de heroína campesina, como una Marianne ferrolana con azadón en la mano ¿Y al resto? Pues como sea, que poco importa.
Porque lo que importa es el sitio, las murallas, el mar, la piedra, los castillos, la naturaleza, el extasis del infinito mar desde Monteventoso, las casas de galerías, la Cortina, los cañonazos... ¡La cadena, olvidaba la cadena! Sí, definitivamente hay que sacar la cadena entre los castillos y a ser posible despedazar un barco inglés a cañonazos, que el hecho de que no pasara no vaya a coartar nuestra libertad creativa.
Ya llegará el tiempo de rodar el dramático hundimiento de la Magdalena, donde deberá usted morir para que su hijo hágalo propio y la Armada prohíba que embarquen juntos familiares directos, pero de eso ya hablaremos más adelante, cuando completemos la trilogía con la película de la invasión napoleónica y la Batalla de Pontesampaio.
de nada, de nada, Javier: No puedo menos que devolverte lo bien que te has portado con nosotros y, por supuesto, darte la enhorabuena por tu último premio: Eres un fenómeno y espero que te siga yendo igual de bien.


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