Me encuentro encima de la mesa de la cocina un paquete vacío de galletas que nadie se ha dignado a tirar. Sacudo las migas en la bolsa azul y le saco el papel que hay dentro; el papel lo tiro en la bolsa de cartón y el envoltorio en la amarilla... siempre me pregunto cuándo este pequeño gesto servirá realmente para algo. Hoy, cada día más, estoy convencido de que el proceso de inculturización al que estamos siendo sometidos nos está volviendo cada día más sectarios e irracionales.
Sí, me asqueé del futbol, de los contratos millonarios, de los niñatos tatuados con voluptuosas mujeres que se lamentan de no haber ganado tal o cual competición. Es difícil ser padre e inculcar valores a tus hijos cuando tienes un contra-ejemplo constante en todas partes. ¿Qué quieren nuestros niños, ser ricos por ser buenos en algún deporte? ¿Y nuestras hijas quieren ser la pareja de uno de esos ricos? Ya: La televisión es una basura que corea consignas aderezadas de informaciones sesgadas y de desinformaciones flagrantes; mi mujer siempre dice que en el tiempo sólo salen imágenes de Galicia lloviendo y de Cádiz soleada, aunque haya días en los que la proporción de fenómenos atmosféricos entre ambos sitios sea la contraria.
Porque no vemos más allá de lo que nos quieren vender y nos preocupa poco o nada el resto de lo que pase. Todo el mundo, por ejemplo, sabe lo malvado que es Donald Trump, independientemente de que nadie pueda reprocharle nada más que su mal gusto y su incontinencia sexual (cosa que en otros, por cierto, es virtud). No, a nadie le importa que sepamos más o menos, que averigüemos quién es Soros y qué pretende o que constatemos que Obama y Clinton fueron tanto o más beligerantes que los Bush y muchísimo más que un Donald Trump que no ha atacado nada más que al buen gusto y a la continencia verbal, además de ser el único que le ha dicho a Irán que se vaya a hacer puñetas y que ha metido en cintura al orondo dictador de Corea del Norte sin pegar un solo tiro ¿Tendrá algo que ver que Trump crea que lo de suprimir los aranceles con la Unión Europea perjudica a los intereses de su país, que ataque que haya propietarios de clínicas abortistas que se han enriquecido traficando con órganos humanos, que ponga a sus ciudadanos por delante de los inmigrantes?
Con ese vergonzoso tema del Aquarius y de los que vendrán después pasa lo mismo: Acoger a los inmigrantes que pagan a las mafias libias es caridad, y eso lo defiende un mentecato que deslegitima la labor de Cáritas por considerarlo una ingerencia de la Iglesia Católica en las labores propias de un estado. Vamos, que nos estamos agilipollando a pasos agigantados. Yo sólo pregunto dos cosas ¿A cuántos barcos de seiscientos inmigrantes estamos dispuestos a conceder el estatus de refugiados? ¿Cuánto tiempo tolerará la Unión Europea que España se convierta en la puerta de atrás de Europa sin que se tambalee el Pacto de Schengen? Mis opiniones al respecto, por cierto, sólo las puedo emitir en las redes sociales, ya que incluso en la prensa local de Ferrol me han censurado por expresar que hay que ser prudente económica y estratégicamente hablando antes de abrir nuestras fronteras a todos los que quieran venir a España.
El otro día mi anti-filósofo de cabecera, gran lector del Marca y consumidor casi constante de chistes en el teléfono, me explicaba con suficiencia que UPyD es de derechas, mientras su mujer me miraba con pena por mi ignorancia de las cosas de este mundo. Ambos, y me consta, viven con más dinero negro del que yo pago en impuestos, pero defienden que a los inmigrantes hay que acogerlos porque lo contrario no sería cristiano. Me sorprende con qué facilidad me reprochan mi falta de caridad los que no practican la religión, pero me aterra pensar que no sean capaces de ver que no tenemos dinero para acoger a todo aquel que quiera salir de su país.
La postura oficial de la Iglesia, por cierto, es la misma: Acoger a los refugiados, sin pensar en si lo son o no. Doctores tiene, amigo Sancho, y por eso estoy seguro de que son conscientes de que hay oligarquías interesadas en el mundialismo y que experimentan sin gaseosa a ver qué pasa cuando esto explote y aquellos a los que creíamos acoger se levanten contra nosotros como ya están haciendo en todo el mundo. quiero apuntar que no he escuchado de ningún progre (de esos que van a esquiar todos los años) ni un solo lamento por los cristianos que han masacrado entre DAESH y Boko Haram, se ve que esa Inquisición que desconocen o que han conocido a través de alguna película americana justifica la matanza de cientos de fieles por parte de los suníes. A veces te dan ganas de pedir asilo en otra galaxia, en otro siglo, en otra especie que no sea la humana.
Luego está lo del ministro que defraudó no sé cuántos cientos de miles de euros a Hacienda, que a mi me produce hastío por el hecho en sí mismo y porque alguien pueda defraudar en una año lo que yo tardo diez en ganar y también porque nadie se cuestione por qué el ayudante de la presentadora de un programa de cotilleos tiene ese estatus económico y forma parte de un gobierno "social". A veces me planteo que si esto es el socialismo ¿Entonces qué narices es el capitalismo?
Pero a veces sale el sol y dejas de pensar en cuánto van a tardar los socialistas en asomar la patita y apoyar a los nacionalistas en su destrucción de España, y ni siquiera piensas en que Sánchez ya ha pedido a la Unión Europea que le dejen subir el déficit mientras sus nuevos impuestos no recauden lo necesario para costear sus reformitas en la Moncloa porque su rica mujer es muy chic, no como la sosa de la señora Rajoy. Incluso ni valoras que el Secretario de Defensa diga que una de las misiones de las fuerzas armadas es fomentar la ideología de género en los ejércitos y que la Ministra diga que no hay ciclo inversor pero que va a arreglar los cuarteles. Acabáramos: Cuando las cimitarras estén ante las vallas sin concertinas de Melilla no podremos utilizar nuestros carros de combate, pero tenemos que explicarles a los yihadistas que en nuestros cuarteles han cambiado todos los azulejos. Estoy seguro de que les alegrará mucho saberlo.
Y pese a todo sigo tirando las migas en la bolsa azul, dando dinero en Misa y rezando todas las noches con esos pequeños e inocentes espíritus limpios, hasta que se dejan mecer en los brazos de Morfeo, ignorantes de que hay nubes de tormenta en lontananza y que otra vez la nave corre el riesgo de zozobrar. Porque creo que todavía hay esperanza, aunque todo sea demasiado complicado.
Sí, me asqueé del futbol, de los contratos millonarios, de los niñatos tatuados con voluptuosas mujeres que se lamentan de no haber ganado tal o cual competición. Es difícil ser padre e inculcar valores a tus hijos cuando tienes un contra-ejemplo constante en todas partes. ¿Qué quieren nuestros niños, ser ricos por ser buenos en algún deporte? ¿Y nuestras hijas quieren ser la pareja de uno de esos ricos? Ya: La televisión es una basura que corea consignas aderezadas de informaciones sesgadas y de desinformaciones flagrantes; mi mujer siempre dice que en el tiempo sólo salen imágenes de Galicia lloviendo y de Cádiz soleada, aunque haya días en los que la proporción de fenómenos atmosféricos entre ambos sitios sea la contraria.
Porque no vemos más allá de lo que nos quieren vender y nos preocupa poco o nada el resto de lo que pase. Todo el mundo, por ejemplo, sabe lo malvado que es Donald Trump, independientemente de que nadie pueda reprocharle nada más que su mal gusto y su incontinencia sexual (cosa que en otros, por cierto, es virtud). No, a nadie le importa que sepamos más o menos, que averigüemos quién es Soros y qué pretende o que constatemos que Obama y Clinton fueron tanto o más beligerantes que los Bush y muchísimo más que un Donald Trump que no ha atacado nada más que al buen gusto y a la continencia verbal, además de ser el único que le ha dicho a Irán que se vaya a hacer puñetas y que ha metido en cintura al orondo dictador de Corea del Norte sin pegar un solo tiro ¿Tendrá algo que ver que Trump crea que lo de suprimir los aranceles con la Unión Europea perjudica a los intereses de su país, que ataque que haya propietarios de clínicas abortistas que se han enriquecido traficando con órganos humanos, que ponga a sus ciudadanos por delante de los inmigrantes?
Con ese vergonzoso tema del Aquarius y de los que vendrán después pasa lo mismo: Acoger a los inmigrantes que pagan a las mafias libias es caridad, y eso lo defiende un mentecato que deslegitima la labor de Cáritas por considerarlo una ingerencia de la Iglesia Católica en las labores propias de un estado. Vamos, que nos estamos agilipollando a pasos agigantados. Yo sólo pregunto dos cosas ¿A cuántos barcos de seiscientos inmigrantes estamos dispuestos a conceder el estatus de refugiados? ¿Cuánto tiempo tolerará la Unión Europea que España se convierta en la puerta de atrás de Europa sin que se tambalee el Pacto de Schengen? Mis opiniones al respecto, por cierto, sólo las puedo emitir en las redes sociales, ya que incluso en la prensa local de Ferrol me han censurado por expresar que hay que ser prudente económica y estratégicamente hablando antes de abrir nuestras fronteras a todos los que quieran venir a España.
El otro día mi anti-filósofo de cabecera, gran lector del Marca y consumidor casi constante de chistes en el teléfono, me explicaba con suficiencia que UPyD es de derechas, mientras su mujer me miraba con pena por mi ignorancia de las cosas de este mundo. Ambos, y me consta, viven con más dinero negro del que yo pago en impuestos, pero defienden que a los inmigrantes hay que acogerlos porque lo contrario no sería cristiano. Me sorprende con qué facilidad me reprochan mi falta de caridad los que no practican la religión, pero me aterra pensar que no sean capaces de ver que no tenemos dinero para acoger a todo aquel que quiera salir de su país.
La postura oficial de la Iglesia, por cierto, es la misma: Acoger a los refugiados, sin pensar en si lo son o no. Doctores tiene, amigo Sancho, y por eso estoy seguro de que son conscientes de que hay oligarquías interesadas en el mundialismo y que experimentan sin gaseosa a ver qué pasa cuando esto explote y aquellos a los que creíamos acoger se levanten contra nosotros como ya están haciendo en todo el mundo. quiero apuntar que no he escuchado de ningún progre (de esos que van a esquiar todos los años) ni un solo lamento por los cristianos que han masacrado entre DAESH y Boko Haram, se ve que esa Inquisición que desconocen o que han conocido a través de alguna película americana justifica la matanza de cientos de fieles por parte de los suníes. A veces te dan ganas de pedir asilo en otra galaxia, en otro siglo, en otra especie que no sea la humana.
Luego está lo del ministro que defraudó no sé cuántos cientos de miles de euros a Hacienda, que a mi me produce hastío por el hecho en sí mismo y porque alguien pueda defraudar en una año lo que yo tardo diez en ganar y también porque nadie se cuestione por qué el ayudante de la presentadora de un programa de cotilleos tiene ese estatus económico y forma parte de un gobierno "social". A veces me planteo que si esto es el socialismo ¿Entonces qué narices es el capitalismo?
Pero a veces sale el sol y dejas de pensar en cuánto van a tardar los socialistas en asomar la patita y apoyar a los nacionalistas en su destrucción de España, y ni siquiera piensas en que Sánchez ya ha pedido a la Unión Europea que le dejen subir el déficit mientras sus nuevos impuestos no recauden lo necesario para costear sus reformitas en la Moncloa porque su rica mujer es muy chic, no como la sosa de la señora Rajoy. Incluso ni valoras que el Secretario de Defensa diga que una de las misiones de las fuerzas armadas es fomentar la ideología de género en los ejércitos y que la Ministra diga que no hay ciclo inversor pero que va a arreglar los cuarteles. Acabáramos: Cuando las cimitarras estén ante las vallas sin concertinas de Melilla no podremos utilizar nuestros carros de combate, pero tenemos que explicarles a los yihadistas que en nuestros cuarteles han cambiado todos los azulejos. Estoy seguro de que les alegrará mucho saberlo.
Y pese a todo sigo tirando las migas en la bolsa azul, dando dinero en Misa y rezando todas las noches con esos pequeños e inocentes espíritus limpios, hasta que se dejan mecer en los brazos de Morfeo, ignorantes de que hay nubes de tormenta en lontananza y que otra vez la nave corre el riesgo de zozobrar. Porque creo que todavía hay esperanza, aunque todo sea demasiado complicado.
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