Sí, perdonad la ordinariez, pero no es otra cosa la que nos dicen desde que Sánchez consiguió al fin echar a Rajoy del poder gracias a los votos de los que quieren romper a España o subvertir el orden constitucional. Y lo reitero: el PNV, ERC, la CUP, Podemos y los de Pujol -que ahora no recuerdo qué nombre llevan- o quieren la independencia de parte del territorio o quieren la república: no hay otra.
El PSOE se alinea con todos los que han apoyado al terrorismo de ETA, al chavismo, al castrismo y a otros varios regímenes comunistas, además de con aquellos burgueses catalanes y vascos que rendían homenaje a Franco cuando era Jefe de Estado, Caudillo y Generalísimo de todos los ejércitos.
Ahora quieren desenterrar a Franco de su tumba, y niegan la legitimidad del monumento de Cuelgamuros como símbolo de la reconciliación. ¿Quiénes? Los nietos de los que fusilaron al Sagrado Corazón en el Cerro de Los Ángeles justo antes de dinamitarlo y publicarlo en su prensa, lo que provocó el unánime rechazo de toda la prensa occidental y que se unieran centenares de voluntarios a defender el cristianismo de los ataques comunistas.
El PSOE tiene antecedentes muy honorables de los que no se habla casi nunca, y aprovecho para refrescarlos ahora que todavía no está prohibido: Revolución de Asturias de 1934, asesinato del líder de la oposición Calvo Sotelo, expolio del Banco de España... y siempre se han sentido orgullosos de su pasado.
Ahora quieren prohibir que a Franco se le entierre después de exhumar sus restos del Valle de los Caídos; Izquierda Unida va más lejos: Ellos proponen su demolición completa.
Y millones de españoles proponemos que se callen de una puñetera vez y que si tienen algo de cerebro lo utilicen para dar solución a los problemas actuales de los españoles; sí, porque cuando se vendió que la ley de humillación de un bando y ocultamiento de los crímenes del otro tenía como objetivo cerrar las heridas de la guerra civil muchos creyeron en la buena voluntad del cretino integral de Zapatero (muchos ya sabíamos lo que pretendía) y admitieron que había que invertir dinero en desenterrar los cadáveres de los republicanos que seguían en las cunetas, después empezaron a ocultar a los nacionales que encontraban, para seguir con exhumaciones en cementerios católicos y con la negación de las fosas comunes que ellos mismos excavaron y rellenaron.
Y claro: Han vuelto a aparecer los dos bandos, y el único motivo es que los que lucharon en un lado perdonaron y olvidaron (que nadie me cuente gilipolleces, que mis dos abuelos fueron ejecutados en la guerra) y finalmente se disolvieron en la sociedad... y los del otro lado han seguido hasta hoy intentando justificar que partieron España en dos, que machacaron la república, que deslegitimaron a los liberales y a los conservadores, que se alzaron en armas, que declararon la independencia de parte del territorio, que quemaron iglesias, que mataron a curas, monjas, religiosos y seglares católicos, que profanaron tumbas, que atentaron contra los sentimientos religiosos de la mayoría de la población y que, exactamente igual que los independentistas catalanes, salieron por piernas cuando vieron que perdían y se intentaron dignificar en un exilio cobarde mientras los que habían luchado sufrían las consecuencias de sus infames políticas.
Y no, no soy franquista y no justifico que nadie se enseñoree en un país, lo haga bien o lo haga mal; ni siquiera considero que haya una justificación lógica, ética, moral o histórica para que España sea una monarquía y no una república. De hecho ni siquiera creo que tenga una importancia extrema esa Constitución tan santificada por unos y denostada por otros: No, la historia, las costumbres, los lazos que nos unen y otras muchas cosas son más importantes que un escrito que se convierte en papel mojado cuando a los castellano-parlantes nos conculcan nuestros derechos en varias comunidades autónomas con la total aquiescencia de los partidos del parlamento nacional.
Pero de ahí a que vengan unos petimetres a cagarse en mis muertos hay un trecho muy grande que separa mi mandato cristiano del perdón de la dignidad lógica de los que somos hijos de huérfanos que tuvieron que huir para no ser aniquilados por las hordas enardecidas por aquellos que se vendieron a Stalin.
Tal vez dentro de algún tiempo aparezca alguien en España que quiera dar un paso hacia el futuro y lidere un movimiento por la reconciliación real de todos los españoles, no lo sé; lo que sí sé es que ante este ataque desde el gobierno vamos rectos hacia un enfrentamiento social que no sufrirán estos caraduras que tienen más dinero del que les hace falta para pagarse una vida en el exilio opinando de por qué todas sus traiciones, deslealtades y tropelías nos condujeron al punto en el que estamos.
Y aun hay quien se pregunta por qué quieren orientar la enseñanza a crear autómatas que no sepan de dónde venimos. Tal vez si se publicará de verdad el dinero que tienen todos ellos (todos y cada uno de ellos) se encenderían las antorchas y enarbolaríamos cualquier cosa para destronarlos de ese escaño de iniquidad desde el que siempre nos han vendido cuando convenía a sus intereses.
El PSOE se alinea con todos los que han apoyado al terrorismo de ETA, al chavismo, al castrismo y a otros varios regímenes comunistas, además de con aquellos burgueses catalanes y vascos que rendían homenaje a Franco cuando era Jefe de Estado, Caudillo y Generalísimo de todos los ejércitos.
Ahora quieren desenterrar a Franco de su tumba, y niegan la legitimidad del monumento de Cuelgamuros como símbolo de la reconciliación. ¿Quiénes? Los nietos de los que fusilaron al Sagrado Corazón en el Cerro de Los Ángeles justo antes de dinamitarlo y publicarlo en su prensa, lo que provocó el unánime rechazo de toda la prensa occidental y que se unieran centenares de voluntarios a defender el cristianismo de los ataques comunistas.
El PSOE tiene antecedentes muy honorables de los que no se habla casi nunca, y aprovecho para refrescarlos ahora que todavía no está prohibido: Revolución de Asturias de 1934, asesinato del líder de la oposición Calvo Sotelo, expolio del Banco de España... y siempre se han sentido orgullosos de su pasado.
Ahora quieren prohibir que a Franco se le entierre después de exhumar sus restos del Valle de los Caídos; Izquierda Unida va más lejos: Ellos proponen su demolición completa.
Y millones de españoles proponemos que se callen de una puñetera vez y que si tienen algo de cerebro lo utilicen para dar solución a los problemas actuales de los españoles; sí, porque cuando se vendió que la ley de humillación de un bando y ocultamiento de los crímenes del otro tenía como objetivo cerrar las heridas de la guerra civil muchos creyeron en la buena voluntad del cretino integral de Zapatero (muchos ya sabíamos lo que pretendía) y admitieron que había que invertir dinero en desenterrar los cadáveres de los republicanos que seguían en las cunetas, después empezaron a ocultar a los nacionales que encontraban, para seguir con exhumaciones en cementerios católicos y con la negación de las fosas comunes que ellos mismos excavaron y rellenaron.
Y claro: Han vuelto a aparecer los dos bandos, y el único motivo es que los que lucharon en un lado perdonaron y olvidaron (que nadie me cuente gilipolleces, que mis dos abuelos fueron ejecutados en la guerra) y finalmente se disolvieron en la sociedad... y los del otro lado han seguido hasta hoy intentando justificar que partieron España en dos, que machacaron la república, que deslegitimaron a los liberales y a los conservadores, que se alzaron en armas, que declararon la independencia de parte del territorio, que quemaron iglesias, que mataron a curas, monjas, religiosos y seglares católicos, que profanaron tumbas, que atentaron contra los sentimientos religiosos de la mayoría de la población y que, exactamente igual que los independentistas catalanes, salieron por piernas cuando vieron que perdían y se intentaron dignificar en un exilio cobarde mientras los que habían luchado sufrían las consecuencias de sus infames políticas.
Y no, no soy franquista y no justifico que nadie se enseñoree en un país, lo haga bien o lo haga mal; ni siquiera considero que haya una justificación lógica, ética, moral o histórica para que España sea una monarquía y no una república. De hecho ni siquiera creo que tenga una importancia extrema esa Constitución tan santificada por unos y denostada por otros: No, la historia, las costumbres, los lazos que nos unen y otras muchas cosas son más importantes que un escrito que se convierte en papel mojado cuando a los castellano-parlantes nos conculcan nuestros derechos en varias comunidades autónomas con la total aquiescencia de los partidos del parlamento nacional.
Pero de ahí a que vengan unos petimetres a cagarse en mis muertos hay un trecho muy grande que separa mi mandato cristiano del perdón de la dignidad lógica de los que somos hijos de huérfanos que tuvieron que huir para no ser aniquilados por las hordas enardecidas por aquellos que se vendieron a Stalin.
Tal vez dentro de algún tiempo aparezca alguien en España que quiera dar un paso hacia el futuro y lidere un movimiento por la reconciliación real de todos los españoles, no lo sé; lo que sí sé es que ante este ataque desde el gobierno vamos rectos hacia un enfrentamiento social que no sufrirán estos caraduras que tienen más dinero del que les hace falta para pagarse una vida en el exilio opinando de por qué todas sus traiciones, deslealtades y tropelías nos condujeron al punto en el que estamos.
Y aun hay quien se pregunta por qué quieren orientar la enseñanza a crear autómatas que no sepan de dónde venimos. Tal vez si se publicará de verdad el dinero que tienen todos ellos (todos y cada uno de ellos) se encenderían las antorchas y enarbolaríamos cualquier cosa para destronarlos de ese escaño de iniquidad desde el que siempre nos han vendido cuando convenía a sus intereses.
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