A ver, recapitulando:
Primero dimitió un ministro que había defraudado en un sólo año unas diez veces lo que gana un licenciado y al que, como pillaron, pagó la multa y se creyó limpio de polvo y paja.
Luego fue una ministra que hizo un master de no se qué de género y que, como estaba embarazada, no iba nunca, hasta el punto de no saber dónde era y justificarse diciendo que iba en taxi. Dimitió, después de poner a Casado a parir diciendo que no todos eran iguales, porque la pillaron: Había plagiado el trabajo de fin de máster. Creo que dimitió, y ahora que ya no es ministra ha solicitado una pensión de 4.500 euros al mes durante tres meses, que es lo que ha durado en el cargo.
Luego vino lo del presidente del gobierno, que hizo una basura de tesis doctoral a la que unos coleguis le pusieron un cum laude y que resulta que era en parte un corta-pega de otros trabajos y estudios, hasta el punto de que le cogió gustillo a lo del plagio y se desmarcó publicando un libro con los mismos plagios -más otros que encontró- para engordar a la foca. En medio, por cierto, hubo un descontrol acerca de si estaba publicado o no (no lo estaba), amenazas de denuncia a ciertos medios de comunicación y un uso fraudulento de un programa cuyos dueños han negado los datos que presentó Presidencia del Gobierno, que es un organismo del estado que se dedica a trabajar por y para su presidente, parece ser. Antes ya había utilizado un avión para ir a un concierto con la excusa de entrevistarse con el presidente de la Diputación de Castellón (opaco, según ese mismo gabinete es secreto de estado), cinco veces el helicóptero para moverse por Madrid y una más para ir a la boda de su cuñado. Además colocó a su mujer y a su hermano.
Después vino la ministra esa que está tan enfadada porque no acepta que la chantajeen por mentir, llamar maricón a otro ministro, conocer siendo fiscal que compañeros suyos se relacionaban con menores en viajes de trabajo y no denunciarlos, además de alabar que un comisario practicara el proxenetismo con objeto de recabar datos de políticos en activo y otras personalidades. Todo eso fue en una comida de la que todos sus coemensales están en la cárcel menos tres: Garzón (inhabilitado para ejercer la judicatura por cohecho impropio), uno que falleció y ella misma.
El penúltimo caso ha sido el del simpático (lo digo en serio) astronauta Pedro Duque, que compró una vivienda de lujo por medio de una sociedad instrumental y ha zanjado la polémica diciendo que no ahorro nada. Se ve que lo hacía porque se aburría.
Sánchez ha reaccionado diciendo que no va a convocar las elecciones que prometió, que pretende ser presidente hasta 2030 y también ordenando la publicación de una encuesta del CIS en la que saca diez puntos al PP, cuando ninguna otra le da un porcentaje de más del 27% al PSOE ni menor del 23% al PP.
Mientras tanto ha mandado al cretino de Borrell y a otros cantamañanas a dorarles la píldora a los separatistas catalanes, que de la sorpresa ya ni saben lo que pedir. Ahora han mandado a Zapatero a negociar con Otegui y a Borrell a pedir en Bruselas que se legitime el régimen dictatorial de Venezuela, mientras el guapísimo presidente sigue plagiando campañas de prensa, copiando fotografías de otros presidentes y negociando los presupuestos con Iglesias, que se ha ido a la cárcel a preguntarle a "Hojo de Halcón" Junqueras si está de acuerdo.
Y su vicepresidenta y su portavoz siguen insistiendo en que a la prensa hay que quitarle la libertad de prensa, porque se están portando mal y eso desestabiliza al país (¿A cuál, a la nación de naciones, a alguno de los que citó el presi, a Andorra la Vella, al periódico global?)
Pues no entiendo de que os quejáis, la verdad, con Mariano no erais tan exigentes.
Primero dimitió un ministro que había defraudado en un sólo año unas diez veces lo que gana un licenciado y al que, como pillaron, pagó la multa y se creyó limpio de polvo y paja.
Luego fue una ministra que hizo un master de no se qué de género y que, como estaba embarazada, no iba nunca, hasta el punto de no saber dónde era y justificarse diciendo que iba en taxi. Dimitió, después de poner a Casado a parir diciendo que no todos eran iguales, porque la pillaron: Había plagiado el trabajo de fin de máster. Creo que dimitió, y ahora que ya no es ministra ha solicitado una pensión de 4.500 euros al mes durante tres meses, que es lo que ha durado en el cargo.
Luego vino lo del presidente del gobierno, que hizo una basura de tesis doctoral a la que unos coleguis le pusieron un cum laude y que resulta que era en parte un corta-pega de otros trabajos y estudios, hasta el punto de que le cogió gustillo a lo del plagio y se desmarcó publicando un libro con los mismos plagios -más otros que encontró- para engordar a la foca. En medio, por cierto, hubo un descontrol acerca de si estaba publicado o no (no lo estaba), amenazas de denuncia a ciertos medios de comunicación y un uso fraudulento de un programa cuyos dueños han negado los datos que presentó Presidencia del Gobierno, que es un organismo del estado que se dedica a trabajar por y para su presidente, parece ser. Antes ya había utilizado un avión para ir a un concierto con la excusa de entrevistarse con el presidente de la Diputación de Castellón (opaco, según ese mismo gabinete es secreto de estado), cinco veces el helicóptero para moverse por Madrid y una más para ir a la boda de su cuñado. Además colocó a su mujer y a su hermano.
Después vino la ministra esa que está tan enfadada porque no acepta que la chantajeen por mentir, llamar maricón a otro ministro, conocer siendo fiscal que compañeros suyos se relacionaban con menores en viajes de trabajo y no denunciarlos, además de alabar que un comisario practicara el proxenetismo con objeto de recabar datos de políticos en activo y otras personalidades. Todo eso fue en una comida de la que todos sus coemensales están en la cárcel menos tres: Garzón (inhabilitado para ejercer la judicatura por cohecho impropio), uno que falleció y ella misma.
El penúltimo caso ha sido el del simpático (lo digo en serio) astronauta Pedro Duque, que compró una vivienda de lujo por medio de una sociedad instrumental y ha zanjado la polémica diciendo que no ahorro nada. Se ve que lo hacía porque se aburría.
Sánchez ha reaccionado diciendo que no va a convocar las elecciones que prometió, que pretende ser presidente hasta 2030 y también ordenando la publicación de una encuesta del CIS en la que saca diez puntos al PP, cuando ninguna otra le da un porcentaje de más del 27% al PSOE ni menor del 23% al PP.
Mientras tanto ha mandado al cretino de Borrell y a otros cantamañanas a dorarles la píldora a los separatistas catalanes, que de la sorpresa ya ni saben lo que pedir. Ahora han mandado a Zapatero a negociar con Otegui y a Borrell a pedir en Bruselas que se legitime el régimen dictatorial de Venezuela, mientras el guapísimo presidente sigue plagiando campañas de prensa, copiando fotografías de otros presidentes y negociando los presupuestos con Iglesias, que se ha ido a la cárcel a preguntarle a "Hojo de Halcón" Junqueras si está de acuerdo.
Y su vicepresidenta y su portavoz siguen insistiendo en que a la prensa hay que quitarle la libertad de prensa, porque se están portando mal y eso desestabiliza al país (¿A cuál, a la nación de naciones, a alguno de los que citó el presi, a Andorra la Vella, al periódico global?)
Pues no entiendo de que os quejáis, la verdad, con Mariano no erais tan exigentes.
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