A veces empiezas a escribir acerca de nada y las palabras van surgiendo indicándote un camino en el que sólo las artes que pudieras tener te llevan a un destino prefijado; otras, en cambio, los dedos se van deslizando por el teclado como unos adolescentes que sólo pretenden escapar de la supervisión paterna. Es habitual que si te auto-impones el ejercicio de la escritura haya veces en las que no sabes si las letras encierran un mensaje o si el mensaje encierra a las letras, y depende de cómo estés a veces es más sencilla una cosa que la otra.
Pero al final todos nos nutrimos de nuestras interacciones con el entorno: Las noticias en prensa, la televisión, nuestras relaciones sociales... los que escribimos nos vemos a menudo infectados por temas que a priori no ocupaban en absoluto nuestro pensamiento, aunque escribamos en clave local. Es así: Ferrol duerme como la naturaleza, porque el invierno no está siendo fecundo en noticias que nos puedan orientar a la hora de ver lo que va a deparar el futuro.
El gobierno municipal ha presentado un borrador de presupuestos con los que pretende "mudar a faciana da cidade", y a los que residimos en el centro se nos abren los dedos de los pies ante la más que previsible reducción drástica de plazas de aparcamiento en superficie cuya única solución apuntada pasa por que se firme un convenio con Defensa que permita que los de Ferrol Vello puedan aparcar en el Sánchez Aguilera, que como todo el mundo sabe les cae muy a mano. Por lo demás la Plaza de Armas se retrasa indefinidamente porque en Ferrol hace mal tiempo en invierno (de lo que se entera uno si pretende informarse, oye), el saneamiento sigue gripado, la ría pierde productividad, los astilleros empleos, las fragatas no se hacen, el Marcide no se nota, la residencia de ancianos comparte destino con el General Armada y ni está ni se le espera, el Camino Inglés sigue sin que nadie le haga caso desde la administración, a San Felipe le vuelven a negar los fondos del estado y nada parece cambiar especialmente en este primer año de la Hégira triunfal de Ángel Mato, salvo por su ocurrencia de renombrar la Plaza de Armas con el nombre de una de las principales patriotas y defensoras de la acción social de la Iglesia Católica que haya dado nuestro país.
Como Ferrol está en Galicia, se va a haber seriamente afectado por otra infección que se llama "Eleccionavirus Autonómicus", del que ya he explicado que a los ferrolanos nos afecta poco porque no tiene capacidad de atravesar las tres barreras naturales que nos protegen de los principales males del mundo (la ausencia de tren, la escollera de Las Pías y el pastizal que se paga en el peaje de la AP-9, fundamentalmente). Ferrol es poco Galicia, poco feijoiana como lo fue poco fraguista, y resulta difícil que nos vayamos a pelear demasiado por apalpadores y peliqueiros ausentes, porque no estamos para tales tonterías cuando cada seis meses perdemos a la totalidad del contingente de los espartanos de Leónidas: En estas elecciones ya votaremos 300 menos que en las anteriores, y nuestras Termópilas están constantemente asediadas por los persas de Jerjes, lo que se traduce en que no hay niños que reemplacen a los ancianos que cruzan la Laguna Estigia mientras que los atenienses siguen enzarzados en saber a cuál de las polis más ricas se les da más dinero.
Madriz ya no es la cuna del requiebro ni del chotis, que la ministra del sí es sí no deja que esos comportamientos y costumbres machistas contaminen a nuestros niños ni a los de Teresa Rodríguez, aunque estos de vez en cuando vuelvan a sus costumbres africanas. La concertada es el enemigo, el PIN parental es criticado hasta por el entrenador que lucha porque el Dépor no descienda a la eufemísticamente llamada Segunda División "B", y a los gallegos nos encanta vivir en la diglosia y sólo tenemos dos formas de pensar: O con Feijoo o contra Feijoo. Por cierto: en eso coinciden tanto Feijoo como los líderes de nuestra madre patria, patria chica o matria galega, según el grado de tontuna con el que os hayáis levantado esta mañana.
Pero tenderemos eutanasia en breve y los impuestos serán más justos porque los habrán puesto los nuestros, y enseguida tendremos mejores noticias y las ballenas volverán a procrear en La Malata, porque habremos salvado al mundo de los malvados capitalistas.
Y mientras, desde los tilos holandeses, protestantes y flamencos de la Plaza de Armas, los plumillas locales nos dicen que Trump, Bolsonaro y Abascal no son más que unos machistas, xenófobos, racistas y homófobos que lo único que quieren es que vuelvan Franco, Hitler y Mussolini, y que a todos ellos les ayudan los pérfidos judíos, que tras un breve descanso obligado por el holocausto nazi, ya vuelven a ser los culpables de todo. Para que no nos salgamos de la ortodoxia bienpensante nos bombardean con esa cultura televisiva de famosos que sí necesitan presentación, en un mundo que gira en torno a mujeres a las que se subvenciona porque para ellas las cosas son más difíciles, lenguas en la UCI por culpa de los políticos, imposiciones ideológicas que tragamos sin ni siquiera un vaso de agua... enmarcado todo en un país en el que no hay españoles, nadie va a Misa, nadie es católico, nadie cree en la familia tradicional, nadie cree que todas esa patulea de lerdos inmorales debe estar alejada del alcance de los niños y todos y cada uno de nosotros escondemos a un socialista cuya moral sólo tiene relativos y ningún absoluto.
Y de pronto un rayo de sol sale entre las grises y tristes nubes y observas un lirio entre las frondas de Herrera, mientras un peregrino inicia su caminar y dos jóvenes novios despiertan al amor en un frío banco de madera... y pinesas que Sánchez, Iglesias, Casado, Rivera, Soraya, Rajoy, Zapatero y una nutrida representación del plantel político se pueden ir todos juntos a hacer puñetas vestidos de lagarterana en un crucero de vela, y que pueden invitar a Greta Thumberg, al imbécil de Monzón y a toda la plantilla de los diferentes sálvames de la telebasura española, porque hoy has comido con tus hermanos, has hecho el amor, te has tomado una cerveza con tus amigos o te has re-encontrado a algún ser querido del que hace tiempo que no sabías nada. O has lavado el coche, que ya estaba un poco guarrete.
Porque pese al martilleo constante de tirios, troyanos y de unos aqueménidas que pasaban por allí, la vida es lo único que merece la pena, y por mi vida pasan demasiadas cosas buenas y malas como para que dos o tres docenas de ricos sin escrúpulos vengan a tocarme las narices cada mañana y las pelotas cada tarde... ya ni recuerdo los años que hace que en la televisión sólo veo series americanas de policías, y dada la profusión de sus emisiones, creo que las verdaderas dos Españas son los que ven la tele y los que no.
Porque el fútbol sí: El fútbol, por supuesto, lo vemos todos.
Pero al final todos nos nutrimos de nuestras interacciones con el entorno: Las noticias en prensa, la televisión, nuestras relaciones sociales... los que escribimos nos vemos a menudo infectados por temas que a priori no ocupaban en absoluto nuestro pensamiento, aunque escribamos en clave local. Es así: Ferrol duerme como la naturaleza, porque el invierno no está siendo fecundo en noticias que nos puedan orientar a la hora de ver lo que va a deparar el futuro.
El gobierno municipal ha presentado un borrador de presupuestos con los que pretende "mudar a faciana da cidade", y a los que residimos en el centro se nos abren los dedos de los pies ante la más que previsible reducción drástica de plazas de aparcamiento en superficie cuya única solución apuntada pasa por que se firme un convenio con Defensa que permita que los de Ferrol Vello puedan aparcar en el Sánchez Aguilera, que como todo el mundo sabe les cae muy a mano. Por lo demás la Plaza de Armas se retrasa indefinidamente porque en Ferrol hace mal tiempo en invierno (de lo que se entera uno si pretende informarse, oye), el saneamiento sigue gripado, la ría pierde productividad, los astilleros empleos, las fragatas no se hacen, el Marcide no se nota, la residencia de ancianos comparte destino con el General Armada y ni está ni se le espera, el Camino Inglés sigue sin que nadie le haga caso desde la administración, a San Felipe le vuelven a negar los fondos del estado y nada parece cambiar especialmente en este primer año de la Hégira triunfal de Ángel Mato, salvo por su ocurrencia de renombrar la Plaza de Armas con el nombre de una de las principales patriotas y defensoras de la acción social de la Iglesia Católica que haya dado nuestro país.
Como Ferrol está en Galicia, se va a haber seriamente afectado por otra infección que se llama "Eleccionavirus Autonómicus", del que ya he explicado que a los ferrolanos nos afecta poco porque no tiene capacidad de atravesar las tres barreras naturales que nos protegen de los principales males del mundo (la ausencia de tren, la escollera de Las Pías y el pastizal que se paga en el peaje de la AP-9, fundamentalmente). Ferrol es poco Galicia, poco feijoiana como lo fue poco fraguista, y resulta difícil que nos vayamos a pelear demasiado por apalpadores y peliqueiros ausentes, porque no estamos para tales tonterías cuando cada seis meses perdemos a la totalidad del contingente de los espartanos de Leónidas: En estas elecciones ya votaremos 300 menos que en las anteriores, y nuestras Termópilas están constantemente asediadas por los persas de Jerjes, lo que se traduce en que no hay niños que reemplacen a los ancianos que cruzan la Laguna Estigia mientras que los atenienses siguen enzarzados en saber a cuál de las polis más ricas se les da más dinero.
Madriz ya no es la cuna del requiebro ni del chotis, que la ministra del sí es sí no deja que esos comportamientos y costumbres machistas contaminen a nuestros niños ni a los de Teresa Rodríguez, aunque estos de vez en cuando vuelvan a sus costumbres africanas. La concertada es el enemigo, el PIN parental es criticado hasta por el entrenador que lucha porque el Dépor no descienda a la eufemísticamente llamada Segunda División "B", y a los gallegos nos encanta vivir en la diglosia y sólo tenemos dos formas de pensar: O con Feijoo o contra Feijoo. Por cierto: en eso coinciden tanto Feijoo como los líderes de nuestra madre patria, patria chica o matria galega, según el grado de tontuna con el que os hayáis levantado esta mañana.
Pero tenderemos eutanasia en breve y los impuestos serán más justos porque los habrán puesto los nuestros, y enseguida tendremos mejores noticias y las ballenas volverán a procrear en La Malata, porque habremos salvado al mundo de los malvados capitalistas.
Y mientras, desde los tilos holandeses, protestantes y flamencos de la Plaza de Armas, los plumillas locales nos dicen que Trump, Bolsonaro y Abascal no son más que unos machistas, xenófobos, racistas y homófobos que lo único que quieren es que vuelvan Franco, Hitler y Mussolini, y que a todos ellos les ayudan los pérfidos judíos, que tras un breve descanso obligado por el holocausto nazi, ya vuelven a ser los culpables de todo. Para que no nos salgamos de la ortodoxia bienpensante nos bombardean con esa cultura televisiva de famosos que sí necesitan presentación, en un mundo que gira en torno a mujeres a las que se subvenciona porque para ellas las cosas son más difíciles, lenguas en la UCI por culpa de los políticos, imposiciones ideológicas que tragamos sin ni siquiera un vaso de agua... enmarcado todo en un país en el que no hay españoles, nadie va a Misa, nadie es católico, nadie cree en la familia tradicional, nadie cree que todas esa patulea de lerdos inmorales debe estar alejada del alcance de los niños y todos y cada uno de nosotros escondemos a un socialista cuya moral sólo tiene relativos y ningún absoluto.
Y de pronto un rayo de sol sale entre las grises y tristes nubes y observas un lirio entre las frondas de Herrera, mientras un peregrino inicia su caminar y dos jóvenes novios despiertan al amor en un frío banco de madera... y pinesas que Sánchez, Iglesias, Casado, Rivera, Soraya, Rajoy, Zapatero y una nutrida representación del plantel político se pueden ir todos juntos a hacer puñetas vestidos de lagarterana en un crucero de vela, y que pueden invitar a Greta Thumberg, al imbécil de Monzón y a toda la plantilla de los diferentes sálvames de la telebasura española, porque hoy has comido con tus hermanos, has hecho el amor, te has tomado una cerveza con tus amigos o te has re-encontrado a algún ser querido del que hace tiempo que no sabías nada. O has lavado el coche, que ya estaba un poco guarrete.
Porque pese al martilleo constante de tirios, troyanos y de unos aqueménidas que pasaban por allí, la vida es lo único que merece la pena, y por mi vida pasan demasiadas cosas buenas y malas como para que dos o tres docenas de ricos sin escrúpulos vengan a tocarme las narices cada mañana y las pelotas cada tarde... ya ni recuerdo los años que hace que en la televisión sólo veo series americanas de policías, y dada la profusión de sus emisiones, creo que las verdaderas dos Españas son los que ven la tele y los que no.
Porque el fútbol sí: El fútbol, por supuesto, lo vemos todos.
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