Todos los años me pasa lo mismo, desde hace ya dieciséis: Empieza como un malestar, como una sombra en mi interior que me hace sentir pena y atonía; nunca recuerdo por qué. Después, si en la tele no están puestos los dibujos, sale la noticia en el telediario de que en San Sebastián celebran su patrón vistiéndose de cocineros y tocando el tambor en barrilillos, a veces ni así reacciono. Al cabo de unos días siempre me llega el recuerdo con retraso: Los llantos mientras me duchaba, mi extrañeza al ver a todos desencajados y al final esa frase que ni te crees hasta que pasa un rato: Parece ser que han matado a Ramón, y después un aluvión incesante de imágenes, de restos sanguinolentos esparcidos por su calle, de un amasijo de hierros que fue su coche y su cadalso, de las sonrisas socarronas de los valientes separatistas y de uno de los momentos más duros y tristes que he sufrido por culpa de la barbarie y de la sinrazón. Por supuesto fue ETA ¿Quiénes si no? Hoy se empiezan a escrib...
Llega un momento en la vida en que empiezas a creer que la palabra es importante. Estas son mis armas para luchar por y para tratar de mejorar el mundo.